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El maratón de la Edad de Piedra

A más de cuarenta años de su creación, �Los Picapiedras� es uno de los mejores ejemplos de cómo utilizar una familia tipo para generar humor. Cartoon Network le dedica mañana doce horas de emisión.

Por Patricia Chaina
t.gif (862 bytes)  Un nuevo Maratón Picapiedras sumirá a la pantalla del Cartoon Network –mañana, de 6 a 18– en la colorida era de piedra imaginada por William Hanna y Joseph Barbera en “Los Picapiedras”. Cuando comenzaba 1960 y la TV se masificaba, Hanna como guionista y Barbera como dibujante crearon la serie animada que fue la primera en su género en ocupar un horario central en la nueva vedette de las comunicaciones. El programa fue transmitido por la cadena ABC durante seis años y luego por NBC hasta 1970. Cada episodio de 30 minutos se convirtió así en la piedra basal de una poderosa industria dedicada a la animación. Hoy la firma Hanna y Barbera, adquirida por Turner en 1991, desarrolla productos tanto para la filmoteca de Cartoon Network como para la división animación de Warner Bros. a través de la fusión de Turner con Time Warner en 1996. Y “Los Picapiedras” se emite en 22 idiomas en más de 80 países del mundo. Además de haber generado una versión cinematográfica en 1994 –de la mano de Steven Spielberg y George Lucas–, cuyo estreno en EE.UU. obtuvo un record de 37 millones de dólares en recaudación.
A 40 años de su lanzamiento, el programa mantiene sus premisas esenciales: mostrar, a través de la relación de dos familias vecinas y amigas del pueblo de Piedradura, un imaginario social donde la inocencia y las buenas intenciones pueden soportan el peso de las desventuras en las que se ven envueltos sus protagonistas. Y resultar gracioso amparándose en la consigna que indica que la comedia surge del fracaso.
Es que la serie se construyó sobre las relaciones entre Pedro y Vilma Picapiedra, la dulce Pebbles y la mascota Dino, con sus vecinos Pablo y Betty Mármol y su hijito Bam Bam, el más fuerte de los niños en ese mundo cavernícola. Entre ellos experimentan los problemas, ambiciones, frustraciones y logros de la familia tipo. Pero esta saga animada de hombres de las cavernas dotados de una civilizada sensibilidad y provistos de todos los elementos del confortable “progreso” para realizar sus hazañas –desde un helicóptero a una cámara de video, todo de piedra–, quizá deba su permanencia en el tiempo no sólo a la ductilidad de sus personajes –tanto en el diseño de los dibujos como en la actitud positivista que presentan ante las adversidades– sino al hecho de mostrar un cierto transcurso cronológico a lo largo de sus largas vidas de fantasía. Es que el show de “Los Picapiedras” fue sufriendo cambios a lo largo del tiempo, como el nacimiento de la pequeña Pebbles y la adopción de Bam Bam por parte de Betty y Pablo Mármol. El desarrollo de los personajes niños y su impacto en la teleaudiencia los llevó además a tener sus propios ciclos.
Para comenzar por el principio, la maratón propuesta por Cartoon rescata, entre otros, el primer episodio emitido por TV, aunque fue el segundo en grabarse: “The Flintstone Flyer” (El picapiedra aviador). Allí Pedro y Pablo arreglan ir al bowling con sus amigos en lugar de acompañar a sus mujeres a la ópera, como habían prometido. Pedro simula estar enfermo y Pablo dice preferir quedarse a cuidarlo como un enfermero. Y, por supuesto, nada saldrá de acuerdo con lo planeado. También se repondrá “La fiesta de disfraces”, en la que Pedro y Pablo compiten por el premio mayor de un concurso de máscaras en el Club Búfalo Mojado. Y el episodio que cuenta la ocasión en la que Vilma y Betty se disfrazaron de hombres para saber con certeza qué es lo que pasa durante las reuniones de Búfalo Mojado. Tampoco faltará, en las doce horas de emisión, el capítulo dedicado al nacimiento de Pebbles: todo un festín para los seguidores de los antihéroes de las cavernas.

 

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