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�El ni se imaginaba que lo podía apresar una Justicia extranjera�

La abogada francesa Sophie Thonon consiguió el primer arresto fuera del país de un represor argentino. Reporteada por Página/12, relata el caso, su estrategia, sus esperanzas, su mensaje a la Argentina.

Por Eduardo Febbro
Desde París

t.gif (862 bytes)  La abogada francesa Sophie Thonon, que representa a varias familias de los desaparecidos franceses en la Argentina, logró lo inesperado: que por primera vez en la historia judicial del viejo continente un ex militar argentino implicado en el arresto y desaparición de personas, en este caso franceses, fuera arrestado en un país europeo a pedido de otro. Fue Thonon quien el pasado mes de octubre presentó el caso de Jorge Olivera al juez de instrucción Roger Le Loire. Según pudo saber Página/12 en París, la Justicia francesa “esperaba el momento oportuno” para arrestar a Olivera en Italia. El caso particular de Olivera figuraba junto a otros 140 militares argentinos en una comisión rogatoria enviada en mayo a Buenos Aires por el juez Le Loire, pero una “misteriosa” mano parisina arrancó de esa comisión 10 páginas de las 26 que contenía. Como el documento llegó incompleto a la Argentina, hubo que comenzar todo otra vez en medio de una aguda controversia que sacudió a la Cancillería francesa a raíz de la desaparición de las páginas. Tanto Le Loire como Thonon pidieron a la Fiscalía de París que abriera una investigación. Entre tanto, el viaje de Olivera acercó a Europa a uno de los sospechosos. En esta entrevista con Página/12, Sophie Thonon explica los detalles del sumario, al tiempo que pide a la Justicia argentina que siga el ejemplo de la europea.
–Usted presentó la querella en Francia contra Jorge Olivera. ¿En base a qué argumentos la Justicia francesa pidió su detención?
–Es la primera vez que se detiene en el exterior a un torturador argentino. Hasta ahora, ni en los casos en Italia o en España se logró detener a un argentino. Astiz se pudo salvar y el caso de Scilingo es distinto. El juez Roger Le Loire tenía desde el pasado mes octubre el caso de Marie Anne Erize, desaparecida en San Juan el 15 de octubre de 1976. El legajo contenía el testimonio de quienes vieron a Olivera actuando en ese operativo. Luego, cuando supe que estaba en Europa, me ocupé de que la Justicia activara mi pedido. La policía lo siguió y cuando llegó el momento adecuado el juez Le Loire lo hizo arrestar por los italianos. Por lo que sabemos, tal vez después descubramos otras cosas, Jorge Olivera intervino en todo el proceso de arresto de Mari Anne Erize. Los testigos lo vieron a la cabeza de un grupo de tareas de San Juan (ver página 2/3).
–¿Cómo explica que Olivera haya viajado a Europa sabiendo el expediente que colgaba sobre su cabeza?
–Pienso que él no se imaginaba que una Justicia extranjera lo pudiera agarrar. Creo que no sospechó que esto le podría ocurrir. En el caso concreto de Italia, debido a los acuerdos que existen entre los países europeos, Italia no puede negarse a cooperar en una acción de justicia. Tampoco hay que olvidar la eficacia de la Justicia italiana. Los jueces fueron muy activos en el caso de Leighton y llegaron a condenar a Contreras en 1995. La Justicia italiana también investiga de manera muy activa el caso de desaparecidos italouruguayos desaparecidos en la Argentina y Uruguay. Junto con Francia y España, Italia es uno de los países más activos en ese sentido.
–¿Cuáles son los pasos a seguir en adelante?
–Ahora él tiene el derecho de presentar recursos, después viene el pedido de extradición mismo, que está a cargo del juez. Pero éste es un hecho histórico para los derechos humanos. Para mí fue una cosa inesperada hasta último momento. Cuando me enteré de la noticia sentí una inmensa satisfacción: al final la justicia pasó. Esa persona que presentaba su pasado como algo ya enterrado, como una cosa de la juventud, pues bien, ese mismo pasado ahora lo alcanzó. Lo que demuestra el caso de Olivera es que la justicia tarde o temprano llega. De repente él no se esperaba que le ocurriera una cosa así, que su pasado volviera sobre sus pasos. Esta es la demostración de que en Europa la Justicia sigue actuando, es muy activa y muy eficaz. Al gobierno argentino se le plantea preguntarse qué hace la Justicia argentina. Espero que el ejemplo que Francia dio, es decir que la Justicia sigue su curso incluso más de 20 años después, también pueda ser dado por la Argentina y que la Justicia empiece a hacer algo. De alguna manera, esto que acaba de ocurrir en Europa con Olivera es una pregunta indirecta a la Argentina: Y bueno, Justicia argentina, usted ¿qué está haciendo?
–¿Qué espera ahora de la Justicia argentina y del nuevo gobierno con respecto a los franceses desaparecidos en la Argentina?
–Espero del nuevo gobierno una participación total. En primer lugar espero que diga qué piensa hacer, en especial en lo que atañe a la reapertura de los juicios. La justicia debe seguir su curso en la Argentina. Lo menos que le puedo pedir es que permita ir hasta el final las comisiones rogatorias enviadas por el juez de instrucción francés. Quisiera que todas las personas involucradas por los juicios hicieran lo necesario para que el juez francés pueda ir a la Argentina. Por ahora, Buenos Aires hace pasar a la justicia con muchas restricciones. Entonces lo mínimo que se puede esperar es que deje actuar a la Justicia francesa. Las comisiones rogatorias del juez tienen como objetivo ir a la Argentina y escuchar a todos los responsables y a las víctimas que aún no pudieron ser interrogadas.

 

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