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LOS ULTRAORTODOXOS VOLVERIAN AL GOBIERNO EN ISRAEL
Un paleonazi arrepentido

El anciano rabino Ovadia Yosef se desdijo de su justificación del Holocausto. Hay versiones de otra cumbre israelo-palestina.


Por Pablo Rodríguez
t.gif (862 bytes)  Quizás las feroces críticas que se lanzaron en su contra hayan funcionado como un Nuremberg del que salió arrepentido. El rabino ultraortodoxo Ovadia Yosef, luego de declarar alegremente que las víctimas del régimen nazi “eran almas pecadoras que fueron reencarnadas en el Holocausto para que se hiciera justicia”, se arrepintió. “Esos seis millones de judíos eran todos sagrados y puros y unos verdaderos santos”, declaró. Yosef es el líder espiritual del partido religioso Shas, imprescindible con sus 17 diputados para la formación de cualquier gobierno. Por eso desde el gabinete del alicaído premier Ehud Barak salieron sólo críticas tenues e incluso declaraciones sobre un eventual retorno del Shas al gobierno. Aunque Yosef haya recapacitado, otros rabinos no le van a la saga en provocación: ayer se reunió el Gran Rabinato de Israel para estudiar la construcción de una sinagoga en la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentra la mezquita de Al Aksa y el Domo de la Roca, el tercer lugar más sagrado para el Islam. Ayer, un grupo de ultraortodoxos fueron a rezar allí mismo, generando un enfrentamiento con un grupo de palestinos.
En este contexto no demasiado pacífico, crecen paradójicamente las versiones sobre una segunda cumbre israelo-palestina, luego del fracaso muy fresco de la cumbre de Camp David entre el premier israelí Ehud Barak y el líder palestino Yasser Arafat. El mismo Arafat declaró ayer que “el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, indicó que una nueva cumbre podría tener lugar después de la convención demócrata que termina el 17 de agosto”. Por su parte, el partido opositor israelí Likud emitió un comunicado en el que afirma que, “según las informaciones que nos han llegado, la cumbre se celebrará el 27 de agosto en Estados Unidos”. El documento señala además que la gira que el enviado estadounidense para Medio Oriente, Dennis Ross, hará a partir del 13 de agosto en la región tiene como objetivo preparar esta segunda cumbre. “Es demasiado pronto para hablar de una cumbre”, respondió la portavoz del gobierno israelí, Merav Parsi Tsadok, “por ahora no hay nada nuevo al respecto”.
El punto álgido que desembocó en el fracaso de la cumbre de Camp David es el estatuto final de Jerusalén, cuya parte oriental es reclamada por el mundo árabe como la capital del futuro Estado palestino. En la residencia presidencial norteamericana fueron discutidas diversas particiones de la Ciudad Santa para dejar conformes a las partes, pero el acuerdo no llegó. Quizá por eso, y envalentonados por declaraciones extravagantes como las del rabino Yosef, el resto de los rabinos de Israel están considerando la posibilidad de construir una sinagoga junto a uno de los lugares sagrados del Islam, bajo el pretexto de que allí también hubo alguna vez (en la época de los romanos) un templo sagrado judío. El Gran Rabinato israelí postergó el tratamiento de este asunto en una reunión realizada ayer.
Lo cierto es que las huestes ultraortodoxas parecen dispuestas a gritar su verdad y poner así toneladas más de pólvora a unas relaciones israelopalestinas que de por sí pasan por un mal momento. Mientras el diputado árabe-israelí Ahmed Tibi, así como 15 abogados árabes, presentaban ante la Fiscalía israelí una queja por las declaraciones de Yosef sobre los árabes (había dicho que “Dios se arrepiente de haber creado a los árabes”), el líder de la organización fundamentalista islámica Hamas, Ismael Abu Shanab, hacía un ejercicio de demencia similar al destacar que “el Corán nos enseñó que los judíos son gente de la que nunca se puede uno fiar”.
El que está puesto en un aprieto con este tema es el gobierno israelí. “Por supuesto que las opiniones no incitan a hacer regresar al Shas a la coalición, pero Barak no descarta ni a ésta ni a ninguna otra formación para el gobierno que piensa formar”, declaró Merav Parsi-Tsadok. “Shas sigue siendo un elemento central de toda coalición”, tuvo que decir el ministro de Cultura y de Ciencia, Matan Vilnai. Responsables del partido que tiene por líder espiritual a Yosef reconocieron que existe una posibilidad de volver al gobierno, luego de que éste quedara con una minoría parlamentaria la semana pasada.

Ecos en Argentina
Sergio Bergman, rabino de la Congregación Emanu-El (reformista): “Son expresiones aberrantes. La raíz de este tipo de pensamiento se encuentra en la literatura profética. Los profetas de Israel, ante la destrucción del templo de Jerusalén, explicaron que eso tenía que ver con que el pueblo se alejaba de la alianza con Dios. Pero eso puede darse en el contexto del hombre bíblico. En el contexto del hombre contemporáneo, plantear este tipo de posiciones es una manipulación política, con la cual se trata de amenazar y atemorizar.”
Natan Grunblatt, rabino de Jabad Lubavitch (ortodoxo): “(Yosef) no es un viejo senil. Es un genio talmúdico, pero tomaron sus palabras en forma parcial. El rabino aplicó un principio existente en la Torá: cuando se verifica un homicidio, tenemos el daño que recibió la víctima por motivos que van más allá de lo humano y tenemos al victimario. Esa persona fue elegida por Dios para serlo porque en su alma tiene arraigado el mal y esto lo convierte en un conducto perfecto para que a través de él Dios traiga sobre la víctima lo que crea apropiado.”
Simón Moguilevsky, rabino de la Congregación Israelita de la República Argentina: “Es una opinión muy extremista, fuera de lugar. Yosef es una persona que sabe, que conoce; es un líder espiritual, pero me parece que sus palabras son desafortunadas.”

 

OPINION
Por Herman Schiller *

El talibán judío

El 21 de julio de 1994, apenas tres días después de producida la masacre de la AMIA, un rabino ortodoxo le dijo al periodista Abraham Felperín en FM JAI que “eso había sucedido por castigo de Dios”. ¿Entonces Dios es nazi?, le inquirió con indignación el reportero. Ya no importa qué sandeces le respondió el rabino, pero la anécdota se suma al cuadro de avances del pensamiento irracional en los últimos años. Y, además, cobra dramática actualidad por el exabrupto que acaba de vomitar el rabino Ovadia Yosef al convertir en victimarios a las víctimas judías del nazismo.
Ovadia Yosef, versión judía de los curas fascistas o de los talibanes afganos o de los ayatolas más reaccionarios, estuvo en Buenos Aires hace algo más de veinte años, en plena dictadura. Y, para sorpresa de algunos incautos, eligió la sede del Banco Mayo de la calle Paso entre Tucumán y Viamonte para convocar a la prensa. Por supuesto que a Ovadia Yosef no le pasó siquiera la idea de decir algo sobre el horror que estaba ocurriendo en la Argentina –inclusive el tratamiento diferenciado que los militares dispensaban a los judíos en la tortura de los “chupaderos”, ya conocido por la judeidad–, pero sí lanzó anatemas y diatribas sobre los judíos que no resguardaban el Shabat.
Desde la tribuna de Memoria Activa, en noviembre del ‘95, alertamos sobre la utilización que la derecha local y los “servicios” harían del asesinato de Yitzhak Rabin a manos de Yigal Amir, un fundamentalista judío. No pasó mucho tiempo y Norberto Ceresole (uno de los ideólogos de los carapintada) lanzó la “hipótesis” de que las masacres de la AMIA y la Embajada fueron obra de los propios judíos. Ahora, esta arremetida del rabino Ovadia Yosef, lejos de ser una cuestión “psíquica” porque es representativa del fanatismo y la exacerbación religiosa, les da argumentos servidos en bandeja a los herederos del Tercer Reich que niegan el horror del hitlerismo.
En 1939, apenas los nazis entraron en Varsovia, los dirigentes comunitarios judíos de derecha se dieron a la fuga para salvar el pellejo. La organización y la resistencia del ghetto estuvo a cargo de los jóvenes de los movimientos “jalutzianos” (pioneros), los bundistas (socialistas) y los comunistas. Sin duda, fue una rebelión de izquierda, de la Organización Judía Combatiente, y no de los ritualistas. Ovadia Yosef, continuador de los que se escaparon, ahora coincide con los antisemitas para descalificar a las víctimas del Holocausto. Entre bueyes no hay cornadas.
* Periodista. Ex candidato a vicejefe de Gobierno de la Ciudad por Izquierda Unida.

 

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