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OPOSICION UNANIME DE LA ALIANZA AL PROYECTO DE BAJAR JUBILACIONES
Como surgido de la cabeza del enemigo

El proyecto elaborado a instancias de Economía generó el repudio de los legisladores aliancistas. En forma coincidente, señalaron que la propuesta va en sentido opuesto a lo que debería hacerse.


Darío Alessandro, Jefe del bloque 
�No es forma de resolver�

�El bloque de Diputados de la Alianza tiene una posición unánime en contra de rebajar las jubilaciones y declarar la emergencia previsional. No hay espacio en la sociedad para pensar en un saneamiento a mediano o largo plazo del sistema previsional que pase por descuentos a jubilados que ganan 700 u 800 pesos. Si hay un problema estructural de desfinanciamiento del régimen de reparto, una medida como la que pensó Economía sería lo mismo que una gota en el océano. No es la forma de resolver el problema, ni siquiera desde una visión economicista. Ese proyecto fue un grave error. En el bloque pensamos en un ataque a fondo de las jubilaciones de privilegio, pero eso es otra cosa. Tal como se resolvió el descuento a los jubilados de privilegio en mayo pasado, se cometieron graves injusticias. Hay personas que no tienen nada que ver con ese grupo a las que se les pretende descontar sus haberes. Estamos trabajando para corregir esa situación. Me parece correcto que Economía tenga en cuenta la viabilidad económica de las propuestas previsionales. Es un aspecto que no puede faltar en ningún proyecto. Pero discrepo con que ésa sea la única visión. También es esencial analizar sus consecuencias sociales y políticas. El Gobierno debe trabajar para convencer al FMI y a otros organismos internacionales de separar el tema previsional del resto de las cuentas públicas. Estamos padeciendo un fuerte déficit porque cada vez son menos los que aportan al sistema público y más al régimen privado. Este problema se corregirá recién dentro de diez años, cuando haya menos gente que se jubile por el régimen estatal. Mientras tanto, el FMI debe aceptar ese desfinanciamiento y no exigir ajustes a costa de cualquier cosa. El gobierno no puede tampoco limitarse a la política del ajuste permanente, y menos en el sistema previsional�  

 

Eduardo Santín, Diputado (Alianza)
�Mejorarlo, no empeorarlo�

�Los jubilados tienen congelados sus haberes desde 1991. La obligación que tenemos desde la Alianza es ver cómo les mejoramos la calidad de vida, no cómo se la empeoramos. Es absolutamente imposible pensar que el Congreso votaría una rebaja a las jubilaciones como planeaba Economía. En lo único que podemos trabajar es en recortar las jubilaciones de privilegio. Ideas como la de declarar la emergencia previsional atentan contra el sistema jubilatorio público, porque alientan la evasión. Más allá de que a algunos tecnócratas se les puedan ocurrir estas cosas, el sistema previsional es algo lo suficientemente serio como para que se lo manosee por problemas de caja. Economía presentó en mayo un proyecto de rebajaba de la PBU, y ahora esta nueva iniciativa. Pero que se olviden de pensar que el Congreso aceptará un achicamiento del sistema previsional. Nosotros trabajamos para mejorarlo y resolver los múltiples problemas que presenta. Hay mucha gente fuera del mercado laboral que, al no hacer sus aportes previsionales, no podrá jubilarse. Deberíamos apuntar a una PBU universal, no menor a los 200 pesos. Tenemos que hacer algo parecido a Canadá, donde existe un sistema previsional mixto (estatal y privado), y los aportes personales financian la jubilación y las contribuciones patronales, una asignación universal, tanto para jubilados como para quienes no lo son.�

 

América González Diputada (Alianza)
�Lo contrario a lo esperado�

�Esperaba que desde la Alianza pusiéramos toda nuestra inteligencia y a todos nuestros economistas a trabajar por el saneamiento del sistema previsional. Me preocupa que en lugar de eso haya gente haciendo todo lo contrario. No acepto que algunos le quieran seguir sacando plata al régimen estatal. Domingo Cavallo intentó derogarlo y fracasó. Por eso hoy tenemos un sistema mixto, con problemas evidentes, como el de la evasión de aportes. Este es un aspecto en el que tiene que trabajar Economía, no en pensar planes para disminuir los haberes. También es inconstitucional el último recorte, que se suponía afectaría sólo a las jubilaciones de privilegio. La Corte Suprema de Justicia ha reconocido en el pasado que descuentos mayores al 15 por ciento son confiscatorios. Pero en el decreto 438 (de mayo pasado) se aplicaron rebajas del 33 al 50 por ciento. Los juicios que iniciaron los afectados por esa medida los vamos a perder. No entiendo cómo se hizo una cosa así. Otro problema que desfinancia al sistema previsional es que pagamos mal las jubilaciones y generamos nuevos juicios. Y no sólo eso, sino que también se liquidan mal las sentencias, por lo que hay juicios sobre los juicios. Esto agiganta el déficit de la Anses. Para resolver estas situaciones tiene que haber voluntad política de sanear el sistema, no para derrumbarlo, como parece querer Economía.�

 

José Dumón Diputado (Alianza)
�En terreno de la fábula�

�De ninguna manera podemos aceptar una rebaja a las jubilaciones. Hablar de eso está en el terreno de la fábula y la imaginación. En el Congreso existe preocupación por otro tema. Somos varios los diputados que hemos planteado, incluso de distintas bancadas, la necesidad de corregir el decreto que disminuyó las jubilaciones de privilegio. En realidad, ésa fue la intención, pero la implementación fue pésima. El recorte se dispuso por la edad de los beneficiarios. Para las personas de 50 a 60 años, la quita es del 33 por ciento, y para los menores de esa edad, alcanza al 50 por ciento. Hay jubilados de privilegio que tienen más de 60 años y siguen cobrando fortunas. En varias provincias, el Estado obligó a jubilarse a empleados públicos, y hoy perciben haberes de 400 o 500 pesos. Ese grupo no forma parte de lo que llamamos jubilados de privilegio, aunque resulta el principal afectado por los descuentos. Desde el bloque de la Alianza se estudian diferentes alternativas para solucionar el problema. Los descuentos tienen que hacerse en función del monto de la jubilación y de la edad, pero no sólo en base a este último factor. Más allá de esta situación coyuntural, el Gobierno debe combatir la evasión previsional, porque de ese modo se está desfinanciando al régimen de reparto. Se trata de uno de los temas centrales en el que debe trabajarse, porque dentro de algunos años será aún más grave.�

 

 

La obsesión por halagar al mercado

Por David Cufré
Cuando el lunes pasado se informó que el déficit fiscal de julio trepó a 1025,5 millones de pesos, José Luis Machinea negó que estuviera pensando en un nuevo ajuste de gastos para cumplir con el FMI. Tres días más tarde, Página/12 reveló el primer proyecto en esa línea: el que propone rebajar las jubilaciones mayores de 800 pesos y cancelar con bonos deudas previsionales. La difusión de la medida provocó un cimbronazo en la Alianza. El bloque de Diputados expresó �su más enérgico rechazo� a la iniciativa, y entre Economía y la Anses se desató un interna feroz. Nadie quiso asumir la autoría del proyecto, que fue redactado por el representante de Hacienda en la Anses, Guillermo Nielsen. La pelea por un proyecto con altísimo costo político anticipa la que vendrá, cuando se discuta en el Congreso el proyecto de Presupuesto de 2001.
La propuesta oficial será presentada en setiembre y contendrá un nuevo ajuste fiscal. La respuesta de cuatro diputados aliancistas a este diario sobre el tema previsional demuestra que existe un espacio político casi nulo para que el Congreso le acepte a Economía mayores recortes. Pero Machinea siente que debe seguir dando muestras de ortodoxia a los mercados, y por eso surgió la idea de recortarles el sueldo a los jubilados.
Ese proyecto establece una rebaja de entre 3 y 7 por ciento a las jubilaciones de más de 800 pesos. La medida intentó corregir un error previo. En mayo el Gobierno dispuso una rebaja a las jubilaciones especiales, suponiendo que se ahorrarían 240 millones de pesos. Pero la obsesión fiscal no tomó en cuenta que entre las jubilaciones especiales están las de los discapacitados y las de jubilados por tareas insalubres. El recorte también alcanzó a los pensionados y a los docentes. Ante el revuelo político, Economía dio marcha atrás, excluyó a ese grupo, y el ajuste quedó reducido a 60 millones. Para cubrir el agujero, elaboró el proyecto de descuentos a todos los jubilados. Y fue más allá, dado que propuso dar bonos en lugar de efectivo por las deudas de la Anses. La jugada no prosperó, pero demostró que Economía sigue pensando en cómo continuar con el ajuste.

 

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