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HABLA UNO DE LOS DOS SOBREVIVIENTES DE LA MARQUESITA
�Hasta las manos, Polaco�

Jorge �El Polaco� Moroy fue detenido por el mayor Daniel Olivera, preso en Roma. Fue compañero de Marie Anne Erize. Aquí habla de ella, del militar, de las torturas y de la memoria.

Jorge Moroy es uno de los dos sobrevivientes de La Marquesita.
Olivera lo detuvo en la casa de sus padres, en diciembre de 1976.


Por Victoria Ginzberg
Desde San Juan

t.gif (862 bytes) �Hasta las manos, Polaco�, le dijo el represor Jorge Olivera cuando allanó su casa. Se llama Jorge Moroy, pero desde siempre le dicen El Polaco. Es uno de los dos sobrevivientes del centro clandestino de detención La Marquesita, donde llevaron a Marie Anne Erize. Además, militó con ella. De la ciudadana francesa por cuyo secuestro está ahora preso Olivera en Roma, Moroy destaca su compromiso y su entrega. Y admite que -como a casi todos los que la conocieron� lo cautivó. 
Habla lento y se pierde en los detalles que consiguió no olvidar. El Polaco conoció a Marie Anne Erize en febrero de 1976. La mujer acababa de llegar a San Juan huyendo de Mendoza, donde habían detenido a su compañero Daniel Rabanal. �En ese momento yo no estaba militando activamente. Pero ella me convenció de que hiciéramos algo. No queríamos estar de brazos cruzados porque ya sabíamos de las torturas y los secuestros�, dice El Polaco mientras toma mate. 
Por ese entonces, las acciones políticas de Moroy y Marie Anne consistían en ir a los barrios y bodegas y pinchar con un alambre las denuncias sobre las desapariciones y muertes fraguadas. Después del golpe militar, la mujer era responsable de establecer las relaciones con los familiares de los presos. 
�La actitud de ella era de gran compromiso, de gran entrega, sabía que corría riesgo. Y tenía una particularidad: a pesar de haber sido criada en un medio social diferente era muy de pueblo, siempre trataba de ayudar a la gente de abajo. Era una etapa de terror, yo tenía mucho miedo y aunque ella también, no lo demostraba tanto. Su miedo era un miedo político, sabía que teníamos que hacer algo y no quedarnos cruzados de brazos ante la barbarie�, narra Moroy y su cara colorada y sus bigotes canosos se sonríen al recordar a Marie Anne. 
La francesa y el Polaco se veían todos los días. Una tarde, mientras caminaban por el cruce de las calles Santiago del Estero y San Martín, el hombre que era y es muy introvertido se animó a confesarle que le gustaba: �Se lo dije de frente march, porque no soy bueno para chamuyos y en esa época todo era muy simple. Se veía venir el fin de nuestra situación y eso nos acercaba más. Pero yo comprendí que no había dejado de querer a su compañero�. 
El Polaco tiene hoy 52 años y es jardinero de profesión, aunque también pinta muebles y conduce un remise. Cuenta que una vez �chicaneó� a Marie Anne diciéndole que era una �pequeñoburguesa que ayudaba a los pobres pero que seguramente no sabía lo que era laburar�. Y recuerda que se impactó cuando ella le mostró sus manos callosas y cortadas, producto de su trabajo en la cosecha de aceitunas. 
El mismo 15 de octubre de 1976 Moroy se enteró de que a Marie Anne la habían secuestrado en la bicicletería de Domingo Palacios. Enseguida se escondió con otros compañeros, pero después de un tiempo volvió a su casa, donde vivía con sus padres. 
El 16 de diciembre de 1976, el Polaco estaba durmiendo en el cuarto del fondo de la casa �de donde casi nunca salía de día� cuando lo despertó el caño de una escopeta que le apoyaron en las costillas. Al abrir los ojos, vio a su padre, a quien le estaban apuntando en la cabeza. Los militares revolvieron su casa, buscaban un arsenal pero sólo encontraron un libro sobre la historia de la revolución china. Ahí fue cuando Olivera le dijo: �Hasta las manos, Polaco�. De los que participaron en ese operativo recuerda al mayor arrestado en Roma, a un tal �Pichi� y al �Coya�. 
La Marquesita era �y sigue siendo� el camping de la mutual de las Fuerzas Armadas. Actualmente un cartel de chapa celeste y blanco con letras rojas anuncia antes del camino de piedras �Complejo DeportivoSargento Cabral. La Marquesita�. En el horizonte se ve la quebrada del Zonda, donde Domingo Faustino Sarmiento escribió, en francés, �Las ideas no se matan�. 
�El interrogatorio me lo hacen afuera, en un banco, con los ojos vendados. Enfrente se sienta un tipo con una máquina de escribir y despacito siento que al lado se me sienta un vago. Y cada vez que me preguntaban algo el vago me pegaba una piña�. 
En la Marquesita, el Polaco estuvo en una pieza larga con una ventana a la izquierda. Lo supo porque se refregó la venda de los ojos con el catre de alambre tejido donde lo habían encadenado. ViO también una puerta y afuera una enredadera que no sabe si era parra o algún jazmín. En menos de un día, Moroy fue trasladado al penal de Chimbas. Allí volvió a reconocer a Olivera. �Ahí también me cagaron a palos. Olivera estaba en una piecita cerca del directorio donde estaban los de inteligencia. Ese era uno de los cuartos de torturas, el otro estaba encima del comedor� , relata el Polaco. 
En el penal, Moroy presenció cómo los militares trataron de hacer pasar el asesinato de Alberto Carabajal como un suicidio: �Lo sacaron para torturarlo y lo mataron. Apagaron las luces del pabellón, pero dejaron dos prendidas y yo vi cómo dos miembros de infantería lo trajeron colgando. Estuvieron como quince minutos en la celda caminando entre puntillas. Al otro día Carabajal apareció colgado en la celda de un pullover�. Ese día el pabellón 6 recibió la visita de coronel Julio Menvielle. 
De Chimbas, el Polaco fue trasladado a Sierra Chica y en 1978 lo sometieron un Consejo de Guerra. Fue condenado a cinco años por �encubrimiento de asociación ilícita�. En 1981 pudo volver a San Juan.
�¿Qué hizo cuando se enteró de la detención de Olivera?
�Me entere por la radio. Dije �al fin� y pensé �ahí no va a haber más lola�. 

 


 

LA CASA, LA BICICLETERIA, EL REGIMIENTO 22
Por las calles de sol y alameda...

Por V. G.

La casa de Sabattini al 100 donde Marie Anne Erize vivió en San Juan sigue estando en el mismo lugar. De techo de tejas inclinado, ahora su frente de ladrillos está pintado de celeste y rosa. Nadie acude a la puerta, aunque se la nota habitada. La mayoría de los vecinos ha cambiado. Aunque Gladys, que vive en la misma cuadra, recuerda el operativo realizado un día después del secuestro de la francesa. �Fue en la siesta y fue un fin de semana, de eso estoy segura. Camiones repletos de conscriptos rodearon la manzana. Yo tenía 19 años y corrí volando a meterme adentro. ¿Que si me acuerdo de ella? Cómo no me voy a acordar de su cara�, dice Gladys, pero prefiere no dar su nombre completo.
La esquina de Abraham Tapia y General Acha se transformó un poco. La bicicletería de Domingo Palacios, de donde se llevaron a Marie Anne Erize ya no está. En cambio, funciona ahora allí un negocio de venta de equipos de GNC. Pero Palacios sigue viviendo arriba. Eloy Camus �quien con su hermana Margarita y el abogado Horacio Méndez Carreras reconstruyó el secuestro de Marie Anne� resalta la calidad humana de los Palacios, siempre dispuestos a colaborar. Recuerda que un día después del secuestro de Marie Anne, balearon a la vuelta a Daniel Russo y la mujer del bicicletero se expuso para llevarle agua. 
El Regimiento de Infantería de Montaña 22 también está allí donde estuvo hace 24 años. Pero desde el miércoles tiene enfrente tres paneles de acrílico. En uno hay fotos de Marie Anne y el dibujo de una persona con una estaca en la cabeza. En otro, está Olivera y en el tercero dice: �en memoria de los desaparecidos, torturados, perseguidos y exiliados�. Es la obra plástica de un sanjuanino de 22 años que estudia arte en París. El arresto de Olivera lo sorprendió de vacaciones en su tierra natal y lo conmovió tanto que instaló su homenaje a las víctimas en la cara de los victimarios. El miércoles se hizo allí un pequeño acto. No había más de veinte personas pero desde el regimiento llamaron a la policía. �Pueden creer que éstos son tan maricones que dijeron que había una manifestación�, comentó un oficial a algunos participantes. 
Margarita Camus, copresidenta de la Asamblea por los Derechos Humanos local y víctima directa del represor Jorge Olivera dice que la detención del mayor conmovió a San Juan. Y que durante la semana sólo recibió muestras de afecto y solidaridad. 

 

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