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HENOCH AGUIAR DEFIENDE LA APERTURA TELEFONICA TRAS CRITICAS DE GALLO
"No es la varita mágica para tarifas"

El secretario de Comunicaciones rechaza la calificación de elitista para la desregulación telefónica, aunque admite que los primeros beneficiados serán los sectores de mayor poder económico. Se resiste a medirla sólo por el efecto tarifas en un primer momento. Un día después de la entrevista de Página/12 a Nicolás Gallo, sale a defenderse pero sin entrar en polémica.

Henoch Aguiar, secretario de Comunicaciones. "Los operadores de cable nos pueden dar muy buenas sorpresas."


Por Raúl Dellatorre
t.gif (862 bytes)  Con heridas en el bloque legislativo de la Alianza (votó dividido), cuestionamientos del ministro de Infraestructura (reportaje publicado por este diario ayer) y rechazo de las actuales operadoras (Telefónica y Telecom), la desregulación telefónica sigue avanzando. El secretario de Comunicaciones, Henoch Aguiar, se siente ganador y no lo oculta. "No puedo estar más contento", manifiesta, y proyecta su gestión hacia los libros de historia cuando señala que "el presidente de la Nación será recordado como el artífice de haber dado este paso clave para la modernización del país". Sobre las críticas de Nicolás Gallo pide no opinar, pero rechaza explícitamente la postura de quienes pretenden "centrar el debate en si mañana van a bajar las tarifas" y que ven en la actual apertura un modelo elitista. "Definitivamente, sí", había respondido Gallo a Página/12, cuando se lo consultó si los principales beneficios de la desregulación "estarán limitados al sector de la población con mayor poder adquisitivo". --La desregulación ya cuenta con dictamen favorable de la Comisión Bicameral del Congreso, pero también recogió muchas críticas. ¿Está conforme?
--No puedo estar más contento: no hay partido político que no diga que la desregulación telefónica es necesaria; el dictamen de mayoría de la Bicameral del Congreso ratifica muchos puntos del reglamento del servicio que elaboró el Poder Ejecutivo, y las reacciones de los potenciales inversores se van ampliando. Ahora ya tenemos ofertas de Irlanda, Canadá, España e Inglaterra que se han sumado.
--En el debate parlamentario también hubo críticas a que este modelo beneficiaba a los grandes centros urbanos pero postergaba al interior. ¿Quiénes serán los beneficiarios de las rebajas en la telefonía básica?
--Al año de haberse iniciado la apertura, en el interior del país seguramente habrá ofertas de tarifas más bajas. Las empresas que operan los sistemas de TV por cable, ahora habilitadas a dar telefonía, nos pueden dar muy buenas sorpresas. Los cables, por definición, prestan el servicio domiciliario, su clientela no son las empresas o comercios. En el interior tienen un desarrollo brutal, y eso se nota más en las provincias donde la teledensidad (cantidad de teléfonos cada 100 habitantes) es más baja. También va a haber oferta de telefonía básica a clientes residenciales por sistemas inalámbricos, donde vemos que las dos prestadoras actuales (Telefónica y Telecom) van a ofrecer sus servicios cada una en territorio del otro. También las cooperativas eléctricas van a ofrecer servicio telefónico en el interior, y esperamos que las cooperativas telefónicas se expandan. En los grandes centros urbanos, la TV por cable y los sistemas inalámbricos van a ser los promotores de la competencia a nivel residencial.
--¿Pero estos beneficios también van a alcanzar a las comunicaciones locales?
--Las bajas van a llegar a las comunicaciones locales en la medida en que se ofrezcan tarifas planas (precios básicos independientes de la cantidad de llamadas). Este proceso se verá en un año y medio, aproximadamente, que es lo que demanda la instalación de una red de cableado o inalámbrica completa. Si las empresas de TV por cable se lanzan a la telefonía es para dar servicios de llamada local. Puede ser que pasen a ofrecer los dos servicios (televisión y teléfono) por un precio inferior, pero único, por efecto de integración. Después se va a discutir si bajó uno u otro. Pero la apertura no es una varita mágica que en un año les baja los costos a todo el mundo. Es el inicio de un proceso irreversible de introducción de las comunicaciones en todos los ámbitos de la vida social, hasta el último espacio. Esta es su característica fundamental.
--Si bien es cierto que nadie cuestiona en el ámbito político la desregulación, sí se debate en torno al modelo elegido. El hecho de beneficiar en una primera etapa a grandes empresas y a los consumidores de más alto poder adquisitivo, ¿no lo convierte en un modelo elitista?
--Parecería que todo el debate quisiera centrarse en si mañana a mí me van a bajar las tarifas. Pero no se trata de una "medida aspirina", sino que es todo un cambio estructural. Un modelo posible es éste, el que tenemos hasta hoy, que por un lado resultó buenísimo, pero por otro hoy nos tiene con tarifas de comunicaciones internas tres veces más caras que las de Chile. No hay posibilidad de pensar el futuro sin una apertura plena a la competencia. Claro, como todo en la economía, se da una caída en pendiente: primero se van a beneficiar aquellos sectores en los que se crea más riqueza. Las provincias con más bajo crecimiento no van a tener un desarrollo a la misma velocidad que los centros urbanos. Pasa con el parque automotor, por ejemplo, en el que siempre los modelos más remozados los va a ver primero la Capital Federal. Pero también es cierto que en las zonas más alejadas hoy es impensable el desarrollo sin buenas comunicaciones. Hoy es imposible pensar en educación de zonas remotas sin internet. La apertura de las comunicaciones es el primer peldaño para la entrada al desarrollo.
--¿La telefonía básica seguirá considerándose un servicio público? ¿Qué rol cumplirá el Estado en materia de control de tarifas?
--En la medida en que no haya competencia en un determinado lugar, se mantendrán los topes tarifarios. Si hay competencia, hay libertad de precios. Jurídicamente, el Estado puede establecer topes máximos de tarifas y dejar por debajo un espacio de libertad. El Gobierno no puede definir, por ejemplo, la obligación de la tarifa plana: no la puede ordenar, sí la puede inducir, pero será fruto de la competencia.
--En pocos días más estará lanzando el reglamento definitivo para la desregulación. El 9 de noviembre el mercado quedará abierto a la competencia. ¿En qué está pensando para su futuro personal, cuando esté concluida esta etapa?
--Puede parecer muy fanático, pero si hoy tengo que elegir dónde quisiera estar, elijo ser secretario de Comunicaciones. Quizá me gustaría estar en Educación, pero en otro momento, porque sería una forma de desarrollar y demostrar lo que se puede crecer en base a esta apertura de las comunicaciones.

CLAVES

Henoch Aguiar, secretario de Comunicaciones, defendió el modelo de desregulación telefónica un día después de que fuera cuestionado por el ministro de Infraestructura, en un reportaje publicado por Página/12.

Nicolás Gallo había señalado que "el impacto de las rebajas para el ciudadano común va a ser inexistente". Aguiar cuestionó a quienes "centran el debate en ver si mañana me baja el precio".

"Como todo en economía, hay una caída en pendiente de los beneficios. Primero se van a beneficiar los sectores que crean más riqueza. Las provincias con bajo crecimiento no van a tener la misma velocidad de desarrollo de las telecomunicaciones", apuntó.

El secretario confió en que la TV por cable y los sistemas inalámbricos serán los promotores de la competencia en los grandes centros urbanos, y en el interior se sumarán las cooperativas eléctricas y las de teléfonos "que se expandan".

"La apertura no es una varita mágica que en un año les baja los costos a todo el mundo", admitió sin embargo Henoch Aguiar.

"El presidente de la Nación será recordado por haber dado este paso clave para la modernización."

 

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