
PASION
Por la tarde, Madelaine Albright había dejado en claro por qué considera su “gran amigo” al ex canciller Guido Di Tella. “El me enseñó a bailar el tango”, confesó. Adalberto Rodríguez Giavarini no quiso ser menos y decidió enseñarle la otra pasión argentina. Por la noche, el palco oficial del Monumental albergó a una curiosa pareja: ella, ávida por desentrañar los secretos del ignoto soccer; él, moderado hincha de River. Los dos salieron felices. Ella, dueña de una nueva pasión; él, pese al empate, convencido de ser, por lo menos, otro “gran amigo”.
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