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TRAS LA DERROTA DEL PRI EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES
El golpe de gracia viene en Chiapas

Chiapas, donde una variedad de actores libra un conflicto en torno de la guerrilla zapatista, podría ser escenario hoy de lo que no pudo ser a nivel nacional: el PRI volvería a ser derrotado, pero ahora por una coalición que incluye al centroderechista PAN y al centroizquierdista PRD. Aquí, la situación en el lugar y un reportaje al candidato opositor.

La insurgencia zapatista es el trasfondo más preocupante de las elecciones para gobernador que se celebran hoy en Chiapas. Una indígena tzotzil en San Cristóbal de las Casas.

Por Darío Pignotti
Desde San Cristóbal de las Casas

t.gif (862 bytes) Bill Clinton votaría a Marcos, pero no podrá hacerlo. Sucede que el líder zapatista no encabeza ninguna fórmula en los comicios provinciales que hoy se celebran en Chiapas. Además Clinton aún no vota: es un niño tojolabal, hijo de zapatistas que con ese nombre lo bautizaron en La Realidad, aldea donde se asienta parte de la comandancia guerrillera.
En ese confín de la Selva Lacandona la guerra de baja intensidad no se suspende por elecciones: así lo prueba el convoy del ejército mexicano que la atraviesa a diario. �La campaña electoral estuvo signada por una densa militarización, la persistencia de los grupos paramilitares y su actuar impune y la consecuente existencia de miles de desplazados�, informa el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.
�¿Cómo define la situación en Chiapas? �preguntó Página/12 al senador Adolfo Aguiar Zinser, hombre del entorno de Vicente Fox. 
�El cuadro conflictivo no ha sido superado pero estamos en óptimas condiciones para hallar una solución. 
Ante la misma pregunta, Javier Elorriaga, líder del Frente Zapatista de Liberación Nacional, respondió a este diario con tres palabras: �Sigue la guerra�.
El candidato opositor Pablo Salazar Mendiguchía, de la Alianza por Chiapas, y el oficialista Sami David, del PRI, protagonizaron una campaña impregnada de la belicosidad que atraviesa la zona. El período preelectoral dejó un saldo de asesinatos y escaramuzas donde estuvieron involucrados el ejército mexicano, el EZLN, los paramilitares, el gobierno estadual, las bases civiles zapatistas, las organizaciones campesinas, las facciones religiosas y la recientemente creada Policía Federal Preventiva. Quien resulte electo hoy ya sabe que la gobernabilidad está hipotecada por el conflicto que desde 1994, año del levantamiento zapatista, vio pasar por el palacio de Tuxtla Gutiérrez a seis mandatarios provinciales. 
Chiapas fue sólo un tema más en la campaña que concluyó el 2 de julio con la victoria de Vicente Fox, contrastando con las presidenciales de 1994, cuando el asunto dominó la escena. Sin embargo, ya en la madrugada del 3 de julio Fox implantó el tema, colocándolo entre sus prioridades y repitiendo su disposición a reanudar el diálogo con el EZLN. La táctica foxista fue tomar la iniciativa frente a la guerrilla y respaldar al candidato opositor Salazar, a quien recibió en sus oficinas. De ese modo Fox también juega en Chiapas y, con ello, nacionaliza las elecciones. 
Chiapas pudo lo que no pudo México. Mientras en las elecciones presidenciales el centroderecha del PAN y el centroizquierda del PRD presentaron fórmulas separadas (Vicente Fox y Cuauhtémoc Cárdenas), hoy PAN y PRD irán juntos buscando asestar el golpe de gracia al Partido Revolucionario Institucional.
Aunque fue derrotado en las presidenciales del 2 de julio, el PRI triunfó en las provincias sureñas como Chiapas, Tabasco y Oaxaca, donde se registran los mayores índices de pobreza y corrupción electoral de México. En Chiapas el PRI obtuvo 11 de los 12 distritos electorales. Ese día la abstención, por ejemplo en la comunidad de Bill Clinton, La Realidad, y otros puntos zapatistas fue casi total y el promedio en toda la provincia llegó al 54,40 por ciento de los cerca de 2.000.000 de electores.
Si los priistas chiapanecos consiguen repetir el éxito de julio asestarían un golpe doble. De un lado desmentirán a quienes les han librado certificado de defunción y, de otro, emitirán una señal hacia la interna priista disputada entre neoliberales y dinosaurios. Detrás de la candidatura de Sami David está Roberto Madrazo, referente del ala jurásicay apadrinado de Carlos Salinas de Gortari (el ex presidente juega en varios frentes, se dice que fue generoso hasta con la campaña de Fox).
Pero los sondeos de opinión no favorecen al PRI sino a Salazar Mendiguchía, un ex priista con destacada intervención en la comisión parlamentaria que negoció con los zapatistas, la Cocopa (Comisión de Concordia y Pacificación).
Un triunfo aliancista abriría la transición democrática en Chiapas y facilitaría la distensión, si no la pacificación automática. Esa fue una fantasía propalada por Vicente Fox en un eslógan de campaña: �La solución al conflicto se alcanza en 15 minutos�. El presidente electo es proclive a los manuales de autoayuda y las lecturas livianas como Exitoso de la noche a la mañana, un opúsculo que suele recomendar. Sería grave si Fox creyera en una solución de ese tipo: las razones del alzamiento se arraigan en siglos de sometimiento. �Lo que más tenemos los zapatistas es tiempo y lo que menos tenemos es apuro�, dice Javier Elorriaga, entrevistado en Ciudad de México. En las montañas, Marcos parece darle la razón guardando silencio a pesar de la impaciencia foxista por celebrar un encuentro cara a cara (si cabe la expresión, teniendo en cuenta el pasamontañas del jefe zapatista). El mutismo guerrillero se argumenta en que todavía no han oído ofertas ciertas de desmilitarización. Pero detrás del silencio zapatista también están las vacilaciones que campean entre sus cuadros: tras cuatro años de diálogo roto con Zedillo saben que será difícil hacer lo mismo con Vicente Fox, quien sí cuenta con las credenciales democráticas. También son conscientes del debilitamiento sufrido en otros frentes. Las posiciones militares del EZLN han sido neutralizadas por el ejército y sus aliados del obispado de San Cristóbal: Samuel Ruiz y Raúl Vera fueron desterrados por el Vaticano atendiendo el pedido del gobierno priista.
Así resulta sensata la interpretación de algunos analistas como Carlos Tello Delarbe, que coloca a Marcos en un callejón sin salida y sin un enemigo claro, como fue el PRI, que justifique la rebelión armada. Para otros la sobrevivencia zapatista está garantizada con Fox, quien acabará profundizando las brechas entre los dos Méxicos, el septentrional y el austral. Probablemente por allí va la lectura zapatista de los tiempos que vendrán. En un ensayo publicado en mayo, Marcos refiere precisamente a la exclusión generada en la �globalización fragmentada�, que restringe el lugar en el mundo sólo para quienes pueden pagar. Un planeta �pay per view� dice, y luego pregunta: �¿Quién tiene el control remoto de esta pantalla audiovisual? y ¿quién hace la programación?�.

 


 

14 MUERTOS EN REFRIEGAS LANZADAS POR EL PRI
La ley del revólver mexicano

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió el poder después de 71 años de ejercerlo ininterrumpidamente y ahora sus internas se arreglan a los tiros. Anteayer, en la localidad de Chimalhuacán (a 30 kilómetros del Distrito Federal, con 1.200.000 de habitantes), las bandas locales de un sector del superpartido se apostaron en las azoteas del palacio municipal para impedir la asunción de Jesús Tolentino como nuevo alcalde de la ciudad. Desde allí lanzaron varios disparos y miembros de la organización Antorcha Campesina, leal al alcalde electo Tolentino, salieron a enfrentarlos con palos y piedras. El resultado de la gran gresca es impresionante: ayer la cifra de muertos llegó a 14; los heridos de bala, a más de 100, y los detenidos, a más de 200, según informó el mismo Tolentino.
�Fue una reacción de la gente de �La Loba� porque perdió el poder que tenía�, dijo un periodista local que pidió no ser identificado por temor a �represalias�. �La Loba� es Guadalupe Buendía, una poderosa líder priísta local que pertenece a la familia que por décadas controló Chimalhuacán y que hace años estuvo presa por este tipo de conductas políticas. �La Loba� cumplió anteayer su promesa de �no permitir� que Tolentino asumiera como alcalde de �su� ciudad, pero luego de la batalla campal se fugó. A la espera de nuevos incidentes (que también se produjeron en otras localidades mexicanas en los últimos días) se resolvió que 1000 policías del estado de México �adonde pertenece Chimalhuacán� permanezcan en la ciudad y que la policía municipal amplíe sus efectivos a mil personas. El Partido Acción Nacional (PAN, que ganó los comicios presidenciales el 2 de julio pasado) y el opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) exigieron al gobernador del estado, Arturo Montiel, que se realice una investigación para deslindar responsabilidades.

 


 

HABLA PABLO SALAZAR, EL OPOSITOR
�Es la prueba de fuego de la democracia mexicana� 

La Jornada de México
Por Jaime Avilés 
Desde San Cristóbal de las Casas

Hoy vota Chiapas. Y, por primera vez, el PRI tiene las de perder. Según el más reciente sondeo, Pablo Salazar Mendiguchía, candidato a gobernador por la Alianza por Chiapas, una amplia coalición que incluye a los partidos PAN y PRD, es el favorito con el 55 por ciento de la intención de voto. Quien romperá la eterna hegemonía del PRI en Chiapas nació hace 45 años en el municipio montañoso de Soyaló. Hizo su aparición en la escena política en 1994, cuando como secretario general del gobierno estadual impulsó una política diametralmente opuesta a la mano dura con la que el PRI intentó repetidas veces sofocar el conflicto. Como senador, en febrero de 1995 se incorporó a la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), donde cumplió un papel decisivo en las negociaciones que culminaron en los históricos pero más tarde incumplidos Acuerdos de San Andrés. En una entrevista exclusiva, Pablo Salazar expone su visión para el Chiapas después del PRI. 
�¿Cree que su elección es parte del proceso más amplio que llevó a Vicente Fox a ganar las elecciones presidenciales del 2 de julio? 
�Nunca hay que olvidar que eso abrió un nuevo escenario. El futuro comandante supremo de las fuerzas armadas ya no pertenece a la misma camarilla que obstaculizó los acuerdos de San Andrés y que generó un ambiente totalmente adverso al proceso de paz. La gobernación priista optó por la estrategia de la contrainsurgencia, en sustitución de la negociación. La llegada de (candidato priista Francisco) Labastida a la presidencia hubiera sido el signo más nocivo para Chiapas. Por fortuna no fue así, y por lo tanto no habrá continuidad de esa política de beligerancia. Se espera que la nueva administración de Fox tenga un planteamiento diferente para la atención del conflicto. 
�¿Chiapas es un paso más en la democratización de México? 
�Para la democratización nacional es esencial el respeto a la voluntad popular en Chiapas. Un real ambiente de distensión, gobernabilidad e interlocución sólo será posible con un cambio en el gobierno del Estado, con el triunfo de la Alianza por Chiapas. Eso ha sido percibido por la gente, que ha respaldado mayoritariamente nuestra propuesta. 
�¿Cómo definiría estas elecciones? 
�Actualmente existe de hecho una polarización en Chiapas entre dos opciones: entre un régimen injusto, y las fuerzas unidas que luchan por la democracia. Los intereses del pueblo chiapaneco no se encuentran representados por el PRI. La soberanía de Chiapas ha sido negada durante mucho tiempo. Las gobernaciones siempre fueron imposiciones de la Federación. No hay puntos intermedios en esta elección. O prevalece el conjunto de condiciones que llevaron al estallido del conflicto armado en 1994, o se permite libremente al pueblo de Chiapas elegir su destino. La gente dirá sí o no al gobierno emanado del PRI, y lo que hemos visto en las encuestas nos da la seguridad de afirmar que la elección ya está decidida por los chiapanecos. Vamos a ganar. El pueblo de Chiapas ya decidió que quiere un gobierno honesto, y eso no se lo puede dar el PRI. Chiapas será la prueba de fuego para saber si la nueva realidad democrática del país llega a todos los rincones.
�¿Qué sucedería si gana el PRI?
�Un remoto, imposible, triunfo de (candidato priista) Sami David tendría implicaciones negativas a causa de los grupos de interés económico y político que están detrás de su campaña. Ellos quieren refugiarse en Chiapas para consolidar una fuerza política y hacerse de las riquezas económicas, cuyo beneficiario era el gobierno federal, pero ya no más. Vienen por Chiapas, y los chiapanecos no lo podemos permitir. El proyecto del PRI no puede cambiar: representa la deshonestidad, la corrupción, el pillaje político y económico. Es todo lo contrario a nuestra candidatura, que la gente ha entendido como la esperanza de cambiar todo lo que ha padecido y lo ha sumergido en el más ofensivo subdesarrollo de toda la nación. 
�El 2 de julio, a escala nacional el PRI logró 35.78 por ciento pero en Chiapas alcanzó 42.59. El abstencionismo promedio fue de 36 por ciento, pero en Chiapas llegó a 54.40. ¿Cómo explica estos datos? 
�Chiapas siempre es el último en todo. Incluso la democracia llegará un mes después de la fiesta nacional por la derrota del PRI. En Chiapas, el PRI celebra que ganó Labastida y se llevó 11 de 12 diputados federales. Pero es una mancha para el país, porque aquí hubo formas de fraude y coacción que no se veían desde hace varias elecciones. Por ejemplo, �alquilaron� las credenciales de elector para que sus dueños no voten. Otra táctica era canjear boletas electorales reales por otras marcadas y hacer el pago. También hubo expulsión de fiscales de mesa, horas antes del cómputo, para poder maniobrar con las actas. Es lo más escandaloso que se ha observado en la historia política de Chiapas. 
�¿Considera que la presencia de observadores extranjeros ayuda o estorba a la distensión en el conflicto? 
�Nosotros siempre deseamos que su presencia fuera abrumadora. En especial, la observación tiene que estar en la parte más vulnerable de todo proceso electoral: el área rural. 
�¿Cuál es la tarea de la sociedad civil para hoy? 
�La sociedad civil ya demostró que sabe muy bien lo que tiene que hacer. Mucha gente, los taxistas por ejemplo, han manifestado que ellos vigilarán, sin nombramiento y en la calle, cada una de las casillas. La intención es que la misma sociedad cuide su voto: que vayan por grupos de 20 personas o más a vigilar las urnas y, desde ese momento, a cazar mapaches.

 

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