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EL GLOBO LE GANO BIEN A INDEPENDIENTE Y SUBIO A LA PUNTA
Qué agrande, Huracán

Con dos golpes fulminantes sobre el final, el cuadro de Babington noqueó a Independiente y resolvió un interesante partido que iba ganando por puntos. Fabián Carrizo fue la figura, pero Gastón Casas, que no había jugado bien, tuvo una participación decisiva en los dos goles. El equipo de Piazza encontró algunos refuerzos mientras sigue buscando una identidad.


Por Juan José Panno
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Desde el balcón más alto del campeonato, Huracán saluda abriendo los brazos y se lleva en sus oídos la música más maravillosa que es la voz del hincha. ¡Qué grande sos!
Grande era, convengamos, hasta que se achicó por los sucesivos cachetazos de la implacable realidad, pero hoy, por un tiempito al menos, está de nuevo en la primera plana y en los primeros planos, agrandado, agrandadísimo. Los números lo engordan: tres jugados, uno empatado, dos ganados, siete puntos, la misma cantidad que River, Boca y Newell’s. Hasta hace un par de meses jugaba los sábados; hoy está arriba de San Lorenzo, es puntero e invicto.
Huracán, se aclara con la prisa del caso para evitar confusiones, está agrandado, pero no apunta para equipazo ni ningún “azo” que se le parezca. Tiene un equipo austero, cuya base está conformada por los mismos que ganaron el Nacional B. Respecto de aquel equipo que logró el ascenso en un empate contra Quilmes en Patricios, ayer hubo ligeras variantes: entraron Chaparro (libre de Ferro) y Lobos (ex Los Andes) y salieron Cáceres (se fue a Cerro Porteño) y Saboredo (está en el plantel). También jugó Brandán, mientras que Godoy, que había estado contra Quilmes, ayer entró sobre la hora. Sin demasiados refuerzos, Babington se planteó objetivos módicos: a) zafar del descenso; b) sumar una buena cantidad de puntos que mejoren el promedio y eviten el descenso en la temporada siguiente; c) mantenerse en la mitad de la tabla, con la posibilidad de pegar un saltito y clasificarse para alguna copa. Hasta ahora, las cosas van saliendo mucho mejor de lo esperado: empate con Colón en Santa Fe, victoria ante Central en Patricios y triunfo (merecido, por cierto) contra Independiente, en Avellaneda.
Juega bastante bien Huracán, con prescindencia de los beneficios que implica para cualquier equipo enfrentarse a este Independiente actual. El cuadro de Patricios no se mete atrás, no especula, trata de tocar, mantiene el orden defensivo que impone el grandote Morquio, circula más prolijo que rápido en el medio siguiendo el tren de marcha de Fabián Carrizo y maneja más de una variante ofensiva con los arranques solitarios de Casas o con los encuentros de González con Soto o de cualquiera de los dos con Casas. Chaparro todavía anda medio perdido, pero mejorará en la medida en que sintonice con los demás.
Ayer liquidó recién sobre el final un partido que le había sido favorable en gran parte de su desarrollo. Hasta los 43 minutos del segundo tiempo los visitantes habían generado más y mejores situaciones de gol que su rival y seguramente sentían que el cero a cero que parecía cantado los dejaría insatisfechos. Pero llegaron en un par de minutos los goles, la merecida recompensa para que el que había sido superior.
El primero fue de Graieb, quien recibió un excelente pase de emboquillada de Casas y después de acomodar muy bien el cuerpo ante la marca de Milito, fusiló a Passet con un derechazo. Fue una especie de devolución de gentilezas porque unos minutos antes Graieb le había dado un pase excelente a Casas, dejándolo solo frente al arquero, quien, en esa ocasión ganó el duelo. El segundo gol lo convirtió Soto, culminando un contraataque fulminante en tándem con Casas. Entre el arranque de la jugada, en el área de Huracán, y el cierre, en la red de Independiente, pasaron apenas diez segundos.
Independiente mantiene su virginidad en el campeonato: cero ganados. Es cierto que peor le va al vecino de Avellaneda, Racing, que ni siquiera empató, pero el consuelo es insuficiente. Ayer, en el primer tiempo, jugó discretamente y hasta logró entusiasmar a la gente con un remate de Galván en el palo y con una brillante jugada de conjunto en la que participaron Cambiasso, Rozental, Galván y Panchito Guerrero. Pero fueron sólo momentos, estrellitas fugaces. La vuelta de Cambiasso es un dato central para aspirar a una mejoría, aunque el pibe, solo, no puede; el zurdísimo Rozental arrancó bien y después encontró un lugar libre dondeestacionarse, sobre la izquierda, y nunca más se supo de él; Galván fue de los que más y mejor intentó, aunque hay demasiado contrapeso con Domizi (se hizo echar), Guerrero y Forlán, candidato permanente al insulto de los impacientes plateístas de Independiente. Rambert y Garnero, que entraron en el segundo período, poco pudieron hacer.
En lo que va del campeonato, los rojos jugaron con dos recién ascendidos (Almagro y Huracán) y uno que disputó la promoción y casi se va a la B (Belgrano). Contra esos rivales sacaron sólo dos puntos. Los gritos de Piazza pidiendo auxilio y refuerzos (que es lo mismo) se escuchan cada vez desde más lejos.

 

Poniendo el pecho
Cuando la derrota por 2-0 ante Huracán ya había quedado atrás, el director técnico de Independiente, Osvaldo Piazza, reconoció que su equipo “no jugó bien”, y remarcó que “lo más justo hubiera sido un empate”. Ante la difícil situación que atraviesa el equipo, el técnico señaló que le meterá “el pecho” a esta realidad. Y agregó: “Esto obliga a seguir esperando que el grupo se consolide. No es excusa, pero me llama mucho la atención que un grupo de la hinchada se preocupe más en insultar, que en alentar”. Cuando el partido todavía estaba empatado sin goles, la hinchada local comenzó a criticar a los jugadores y pidió que la camiseta “se debe transpirar”.
Más tarde, cuando los jugadores se retiraban del vestuario fueron duramente reprobados por algunos simpatizantes que se encontraban en el lugar. En ese momento, el defensor Javier Páez dijo que era “lógico que la gente pierda la paciencia, porque ve que el equipo no le está brindando satisfacciones”.

INDEPENDIENTE RIMA CON IMPACIENTE
Disparan contra Piazza


Por Adrián De Benedictis
A sólo tres fechas del inicio del campeonato, Independiente ya se encuentra sumergido en una profunda crisis futbolística. Pero lo más preocupante es que algunos dirigentes de la entidad de Avellaneda ya están pensando en la posibilidad de despedir al entrenador Osvaldo Piazza. Luego de la derrota de ayer, un alto directivo lanzó la frase “hay que tomar la decisión ya”, mientras se encontraba con otras autoridades del club. Hay que tener en cuenta que, cuando se resolvía el tema, varios directivos estaban en desacuerdo con la contratación del ex director técnico de Colón.
Uno de los que más se opuso al arribo de Piazza fue el coordinador del fútbol profesional, Alberto Fernández Arsuaga. Además, Arsuaga se molestó mucho cuando Piazza determinó que el arquero Leonardo Fernández no tendría un lugar en el plantel, luego de que el club le hiciera firmar un precontrato. Precisamente, el dirigente fue el que autorizó la aparición de Fernández. Pero la relación entre el entrenador y Arsuaga también tiene otros cortocircuitos relacionados con la adquisición de jugadores nuevos. Primero, Piazza había expresado por lo bajo que no le interesaba contar con Oscar Passet, después de que se anunció su llegada. Y para colmo, cuando el club creía que desafectaría al colombiano Fram Pacheco y al paraguayo Carlos Estigarribia (ningún dirigente conocía los antecedentes futbolísticos de ambos), el técnico ordenó que se quedaran en la institución.
Por estas horas, Piazza insiste en que el equipo necesita un delantero de área, y el elegido para esa posición es Daniel Jiménez, quien la última temporada se desempeñó en Instituto. Esa exigencia tampoco fue bien recibida por algunos miembros de la comisión directiva, teniendo en cuenta que se concretó el regreso de Sebastián Rambert. En la tarde de ayer, Jiménez explicó que espera que todo se pueda resolver esta semana y que tiene ganas de comenzar a trabajar cuanto antes, “y si es en Independiente mucho mejor”. Inclusive, el delantero –como se alejó de Instituto después de perder la promoción hace varios días que no se entrena– remarcó que jugar en Independiente sería “el desafío más grande de mi vida”.
Mientras, la relación técnico-dirigentes puede traer consecuencias graves en los próximos días. Inclusive, todavía muchos recuerdan las palabras de Piazza cuando veía que no llegaban jugadores: “Para qué me voy a enojar si en tres partidos me voy a tener que ir”.

 

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