Por
Horacio Cecchi
¡Gané! ¡Gané! gritó desde
la puerta de su casa la mujer, mientras recibía el envío
de correo expreso ¡Gané! ¡Me voy a Las Leñas
cinco días!
¿Cómo que ganaste? preguntó, incrédulo,
el marido.
Después
recordó que ella le había comentado, al pasar, lo del cupón
en el shopping, uno de aquellos sorteos que jamás gana nadie, pero
que acababa de obtener su esposa. Dejó de mirar el partido de fútbol
cuando ella le extendió la carta certificada, con sus datos y la
mención del premio al que había sido acreedora: Cinco
días en Las Leñas con todos los gastos pagos. En realidad,
cupón, sorteo y premio eran una simple y sencilla coartada montada
por una de las tres empresas locales dedicadas a armar excusas para facilitar
escapadas y trampas. Amorios.com.ar, Zcuza.com.ar y Alibi.com.ar son las
páginas virtuales especializadas en cubrir todas las huellas dejadas
por sus clientes, sean hombres o mujeres, incluyendo diseño de
invitaciones a congresos truchos, cupones de sorteos falsos, pagos fuera
de resúmenes de tarjetas de crédito, teléfonos de
cobertura. Todo bajo la más estricta reserva de identidad. Para
que no peligre su situación familiar, social, patrimonial, etc.,
aclara en su propuesta una de las cobertoras de trampas en su página
web. Lo ayudamos a proteger a los suyos de los resultados de un
arrebato indebido, asegura otra.
La propuesta no es la trampa en sí, sino cómo resolverla,
cosa que de por sí ya es una trampa. Evitar el qué dirán
ignominioso, la convulsión familiar, lo que pensarán los
hijos y, especialmente, evitar el estrés financiero de un juicio
contencioso y por alimentos. Ojos que no ven, corazón que no siente,
es la premisa. El cliente, previo abono anual de entre 100 y 150 pesos,
quedará en contacto con la empresa mediante un password y una dirección
de correo personal. A partir de ese momento, podrá pedir todo tipo
de servicios relacionados con un affaire. Desde la compra y el envío
de un regalo sin que el gasto aparezca en el resumen de la tarjeta, hasta
una invitación a un evento determinado para cubrir las fechas en
rojo. El o la clienta nos dice dónde y cuándo quiere
que lo justifiquemos. En su casa, en el trabajo. Nosotros le proponemos
la forma de acuerdo a su actividad, sostiene Raúl T., alma
mater de Amorios, que no quiere dar su apellido por una cuestión
de discreción.
La
idea se me ocurrió cuando una amiga me pidió consejos para
cubrirse en una trampita casual, dijo, aunque nadie sabe si habría
que creerle. La derivé a un amigo que sabía del tema,
pero me quedé con la idea de montar una empresa de excusas,
una especie de proveedora de respuestas para todo. Con su mujer y dos
parejas más avanzaron con el plan. Durante seis meses, reunieron
información sobre todas las actividades y profesiones. Asistieron
a congresos de médicos, abogados, ingenieros y demás. Hasta
hicimos una carpeta sobre espelología aclaró Raúl.
Uno nunca sabe qué cliente puede llamar, y tenemos que estar preparados
para todo y en forma inmediata. Todo esto es una gran mentira y lo hacemos
en forma seria y confidencial, sostiene Raúl T.
Después, llegó el período de pruebas. Lo hicimos
con amigos o amigas. Armamos invitaciones a congresos, desfiles de modas,
concursos. Sus maridos o esposas no sospecharon nada, y ellos venían
a tomar mate a casa. En julio pasado, la página de Amorios
estaba en pantalla. Sus clientes son fifty-fifty: la mitad son hombres;
la otra, mujeres. En total son unos 120. Ellas son más osadas,
asegura Raúl T. En esta sociedad machista, uno se imagina
que las aventuras sólo son para los hombres.
Alejandro de Mayo, a la cabeza de Zcuza, sostiene que estamos en
franca expansión. Tenemos servicios de todo precio. Si alguien
quiere hacerse una escapada al Caribe con su amante, le cubrimos todo.
Zcuza nació en octubre del año pasado y, como sus colegas,
el perfil de sus clientes es de alto poder adquisitivo. Aunque no
discriminamos a nadie. Alejandro relata un caso, guardando los detalles
más esclarecedores: viernes por la noche, llega una camioneta arrastrando
una lancha sobre un trailer. El vehículo está lleno de amigos
nuevos. Son la gente de la que te hablé, dice el marido,
al despedirse de su mujer, antes de partir en fin de semana de pesca.
Al regreso comentó Alejandro, llevaba una cantidad
de trofeos de su recorrida por el Paraná. Un equipo nuestro tuvo
que salir a pescar para cubrir al señor cliente.
En otra ocasión, las sospechas de un marido llevaron a su mujer
-clienta de Zcuza a organizar una cena con él, su amante
y su esposa, que no era otra que una mujer contratada por la empresa para
que madame zafara de las sospechas. Todo salió bien,
asegura Alejandro. Por encima de todo, tenemos una ética
profesional que garantiza absoluta reserva.
El sistema de trabajo en el rubro es del tipo nunca te he visto.
El cliente jamás tiene contacto con la empresa. A través
de un password se comunica por mail o vía telefónica, previo
pago del arancel. Nos hacemos cargo de todo. Si se le inventa un
viaje dice Alejandro, un equipo de creativos diseña
la invitación, contestamos las llamadas como si fuera una recepcionista
o el coordinador del congreso. Lo cubrimos en el trabajo.
En definitiva, lo de Alejandro del Mayo y Raúl T. no es nuevo.
Lo que han inventado es cobrar por lo que el mundo vino haciendo desde
hace siglos como cuentapropista.
Un servicio al detalle
La aclaración
es obvia: �Se garantiza una absoluta reserva�, sostienen los empresarios
de la excusa. Todas cobran un abono anual de entre 100 y 150 pesos,
a enviar a una casilla de correo. El contacto entre el cliente
y la empresa es vía mail o teléfono. El cliente utiliza un nombre
de fantasía para garantizar la reserva. Y a partir de allí, todo
depende del servicio solicitado. Por ejemplo, se envían a domicilio
invitaciones a congresos, eventos de cualquier tipo por un valor
de 35 a 45 pesos, y otros 15, �si desea agregarle el diploma o
certificación de concurrencia�, informa Amorios. Cubrir la llamada
que pueda hacer la eventual esposa o jefe del potencial cliente
tiene un costo de unos 20 a 25 pesos. El precio de hoteles, pasajes,
compras de regalos y envíos dependerá del costo del pedido. Todos
aseguran cobertura en casos de �emergencia�. Amorios asegura ocho
líneas telefónicas a disposición de los clientes. �Un momento
señora (o señor), ya busco a su marido (o esposa). Lo vi hace
un ratito por acá. Apenas lo encuentre, le diré que la llame�,
dirá la voz del presunto coordinador. De inmediato, la empresa
se comunicará con su cliente para informarle que lo están buscando
desde su casa o empresa.
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