
PRIMO
Cuando lo descubrieron en México, Ricardo Miguel Cavallo negó ser quien era. Para ello utilizó un oportuno cambio de nombre a Miguel Angel. Así conseguía evitar que su ficha saltara cuando se la comparaba con la lista de represores. No fue su único ejercicio de simulación. “Yo lo conocí cuando llegó con su empresa Talsud a El Salvador, donde también ganó una licitación para el servicio de otorgamiento de licencias de conducir –le contó a Página/12 un empresario que se lo cruzó en su periplo centroamericano–. Allá tampoco decía que era militar, pero juraba que era el primo de Domingo Cavallo.”
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