Después de prometer que echará a cualquier corrupto y de amenazar con suplir con decretos la parálisis del Senado, Fernando de la Rúa corrió hacia la tradicional cena benéfica de “Conciencia”. Para juntar fondos, los organizadores “venden” los lugares en las mesas de acuerdo con el rating de los que las presiden. La de De la Rúa trepó a 15.000 pesos, bastante alejados de los entre cinco y diez mil que costó cenar junto a Domingo Cavallo, Aníbal Ibarra, Cecilia Felgueras o el meneado Alberto Flamarique. Pero la nota la dieron los ausentes Carlos Menem, José Manuel de la Sota y Carlos Ruckauf. Sus mesas se habían cotizado entre siete y diez mil pesos.
Después de prometer que echará a cualquier corrupto y de amenazar con suplir con decretos la parálisis del Senado, Fernando de la Rúa corrió hacia la tradicional cena benéfica de “Conciencia”. Para juntar fondos, los organizadores “venden” los lugares en las mesas de acuerdo con el rating de los que las presiden. La de De la Rúa trepó a 15.000 pesos, bastante alejados de los entre cinco y diez mil que costó cenar junto a Domingo Cavallo, Aníbal Ibarra, Cecilia Felgueras o el meneado Alberto Flamarique. Pero la nota la dieron los ausentes Carlos Menem, José Manuel de la Sota y Carlos Ruckauf. Sus mesas se habían cotizado entre siete y diez mil pesos.