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Diez anuncios en la fiesta fabril

Con presencia y discurso de Chacho Alvarez, la UIA celebrará mañana sin euforia tras las módicas medidas que obsequiará Machinea.

Por Julio Nudler

t.gif (862 bytes)  Carlos “Chacho” Alvarez, por estar Fernando de la Rúa de viaje, presidirá mañana a las 19, en el Alvear Palace Hotel, la desfasada celebración del Día de la Industria, que se festeja cada 2 de setiembre. El vicepresidente llamó a Osvaldo Rial, titular de la Unión Industrial Argentina, para confirmarle su presencia en el acto. Después de los discursos de Rial y de Alvarez, José Luis Machinea lanzará una decena de anuncios que intentan estar a la altura de las expectativas generadas en el sector tras la asunción de Javier Tizado, quien probablemente no hable. Las medidas serán éstas.
Habrá un tercer vencimiento para que las pymes puedan pagar a 120 días sus facturas de electricidad, afrontando por ese lapso una tasa del 14 por ciento anual, Banco Nación mediante. De esta manera, no serán las distribuidoras eléctricas las que otorguen la facilidad. Ahora los empresarios esperan la adhesión al acuerdo de otras privatizadas, en particular las gasíferas.
Se reflotará el compre nacional, aunque con mayor énfasis en el desarrollo de proveedores locales por parte de las multinacionales que en la reserva de mercado para las firmas argentinas. Como sólo les da a las empresas nacionales la ventaja de adjudicarse una licitación de organismos estatales o de compañías privatizadas de servicios públicos cuando el precio ofertado por ellas coincida con el de postulantes extranjeros, para que haya oportunidad de que ese privilegio se plasme debería darse el hecho altamente improbable de que dos ofertas coincidan exactamente.
El régimen, dicen en el Gobierno, busca generar presión política sobre las privatizadas para que empiecen a aceptar proveedores locales.
Estos tendrán acceso a una línea de crédito del Nación para que puedan ofrecer financiación en condiciones similares de tasa y plazo a las de proveedores del exterior en las licitaciones que convocan empresas privatizadas. La tasa será subsidiada con recursos presupuestarios. En un cálculo a mano alzada, el costo rondaría los $ 20 millones anuales, suponiendo que genere operaciones por 500 millones y se subsidien 4 puntos de tasa.
El Gobierno reiterará su vocación de impulsar la factura negociable (ex factura de crédito). El proyecto de ley para crearla ya está en el Congreso. Con ellas las pymes tendrán un instrumento de crédito.
La AFIP potenciará la unidad de precios de transferencia, un área cuya misión es controlar los valores a que exportan e importan empresas vinculadas, o subsidiarias de una misma corporación transnacional.
Se anunciarán medidas referidas a las investigaciones aduaneras de la certificación de origen, para desbaratar el uso de países del Mercosur como factorías por parte de terceras potencias. El caso concreto ya descubierto es el del armado de bicicletas chinas en Uruguay, para abordar desde allí el mercado regional. Hay sospechas de que hay muchas más maniobras de este tipo.
Habrá un decreto para acortar drásticamente los tiempos para abrir la investigación de los casos de dumping que se denuncien, respondiendo así a las quejas de los productores locales. Estos suelen reprocharle al Estado que para el momento en que la Comisión Nacional de Comercio Exterior se expide, el daño de la importación subvaluada ya está hecho.
Se acelerará la nueva normativa sobre etiquetado, básicamente para alimentos importados. Los envases deberán indicar en español todos los datos que se requiere a los productos nacionales. Esta medida, tomada en nombre de la “simetría informativa”, forma parte del típico arsenal de barreras extraarancelarias para entorpecer determinadas importaciones.
Habrá una segunda ronda de aumento de reintegros, complementaria de la que se anunció con el “paquete procompetitivo”. Esta ronda, bastante más restringida, abarca a un grupo de productos que quedaron afuera del beneficio: orgánicos, ferrosilicio, carburo de calcio, arroz blanqueado yotros. El costo fiscal de este estímulo, que mejora por vía fiscal el tipo de cambio efectivo, se calcula en unos $ 15 millones base anual.

 

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