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HISTORIA DE LA FAMILIA QUE DESCUBRIO LA CONTAMINACION EN DEL VISO
Para saber qué le está pasando a la tierra

La empresa Edenor acaba de anunciar que revisará sus transformadores para descartar que estén contaminados. Todo empezó por la familia Lorenzo: después que su hijo Nahuel enfermó de leucemia, descubrieron que muchos en la zona habían padecido cáncer. Después se detectó PCB en la tierra. 

Mabel Bastías es docente, catequista y mamá de Nahuel.
Un médico le explicó que la leucemia de su hijo no era hereditaria.

Por Sonia Santoro

t.gif (862 bytes) �Mabel, nos llaman de Lisandro de la Torre, entre Santa Cecilia y Santa Celia, ¿tenemos algún caso ahí? �pregunta Guillermo Lorenzo, en una impasse de su conversación telefónica. 
�Sí, ahí también explotó un transformador �confirma su mujer. Por un momento su cara se tensa y sus ojos saltones se agrandan más aún. Esa llamada implica que un nuevo nombre se agregará a su lista, el de una persona enferma de cáncer o leucemia. Mabel Bastías es docente y catequista. Cuando se enteró de que su hijo de cuatro años tenía leucemia, decidió dejar las lágrimas para otro momento y encontrar el factor contaminante que provocó la enfermedad. Así se enteró de que un vecino tenía cáncer y que otro de más allá se había muerto por el mismo motivo y que la señora de la vuelta también y que el nene de la otra cuadra... Todos vivían a menos de 60 metros de un transformador de energía eléctrica. Entonces empezó a confeccionar una lista que se engrosó hasta tomar proporciones irracionales en un par de meses: ya perdió la cuenta, pero los casos en la zona superan los 100. La empresa Edenor acaba de anunciar que va a revisar sus 12 mil transformadores para descartar que estén contaminados.
La relación con el cáncer no la estableció Mabel: un análisis realizado por la Secretaría de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires determinó que la tierra de Villa del Carmen, en Del Viso, está contaminada con PCB �una sustancia que se utiliza como refrigerante en los transformadores eléctricos�, aunque Edenor siempre negó haberla usado. Con su hijo ya recuperado, Mabel sigue batallando para lograr �que se haga un saneamiento del suelo y que las personas afectadas por la contaminación tengan un centro donde atenderse gratis�. 
A quince minutos de Pilar y en el mismo partido �pujante� �como ironizan los Lorenzo�, se levanta Villa de Carmen, un barrio de calles de tierra y casas con paredes despintadas, sin agua corriente ni cloacas. Mabel llega tarde a la entrevista, acompañada de su hijo Nahuel. Viene de participar de una reunión, en un country de la zona, en la que intentó �concientizar a aquellos que se piensan que porque tienen cuatro paredes y personal de seguridad en la puerta están exentos de la contaminación; creen que ese policía les va a parar el PCB�. Su marido, Guillermo, recién llegado de trabajar, la espera junto con su hija Mayra, de 8 años.
Mabel viste riguroso negro y un rosario en el cuello. No hace falta que le pregunten demasiado. Toda la familia vive en torno a un solo tema, que se cuela en todo momento y brota, imparable, apenas abren la boca, en lo que a veces parece más una clase de química �sobre cadenas de fenoles y cloros, dioxinas y cromo� que una charla cotidiana. Desde que el 2 de agosto su caso se hizo público en el programa �Telenoche investiga�, podría decirse que su rutina cambió. Se asemeja más a esa búsqueda afiebrada por la verdad que tan bien suelen registrar las películas que a la de una familia tipo. �Nuestra vida es como estar todo el tiempo corrigiendo exámenes. Agarramos toda la información que tenemos y vamos tildándola, buscando el detalle que antes se nos pasó por alto�, dice ella. Una carpeta de quince centímetros de alto es el registro claro de tanto trabajo. Allí guardan todo tipo de documentación sobre el tema: estudios, cartas, análisis, notas. Además, reciben unos 20 llamados telefónicos diarios: de periodistas, funcionarios o personas que quieren sumarse a la lista. Tienen reuniones informativas. Hablan con especialistas. Atienden consultas de vecinos. Compran el diario todos los días para seguir el tema. Y cada semana llevan a Nahuel a los controles de rutina. 
La transformación empezó a fines del año pasado, cuando se le declaró la enfermedad a Nahuel. �La oncóloga nos dijo que tenía leucemia linfoblástica, que no es hereditaria sino que se produce porcontaminación�, cuenta Mabel, que después de pasarse dos días llorando, cambió de actitud. Primero, adoptó todas las medidas necesarias para cuidar a su hijo. �Mandamos todos sus peluches a Chaco y atamos a las dos perritas afuera porque los pelos transmiten contaminación.�
Mabel nunca dejó de ir a la parroquia Nuestra Señora del Carmen, donde es catequista. Un día empezó a tomar las intenciones que luego serían leídas en la misa y se dio cuenta de que la gente pedía, básicamente, por enfermos o personas que habían fallecido. La pregunta reiterada de Mabel fue ¿por qué? Y las respuestas fueron muy parecidas. Todos estaban enfermos de cáncer o leucemia o habían muerto por el mismo motivo. En un solo día anotó las primeras ocho personas de la lista, con nombre, apellido y dirección. Y en una semana, la lista ya sumaba 16. Todos en un perímetro de seis cuadras por seis. La coincidencia le llamó la atención. Y en la búsqueda de ese factor químico que desencadenó la enfermedad de su hijo, los Lorenzo se pusieron en contacto con un ingeniero que les dio la pista de los transformadores.
Mabel recordó que enfrente de su casa, en la calle Maza, hubo un transformador que había explotado un par de veces. Ahora ya no está, pero hay otro a la vuelta. Y daba la casualidad de que las personas enfermas estaban o habían vivido cerca de uno de estos aparatos. 
Entonces empezó a escribir cartas a autoridades municipales y provinciales, al defensor del pueblo y a los medios, con resultados prácticamente nulos. Hasta que la Secretaría de Política Ambiental de la provincia de Buenos Aires se acercó y tomó unas muestras de tierra y agua. No esperaba demasiado de eso, fue a La Plata dispuesta a discutir y pelear. �Cuando nos dijeron que efectivamente en la tierra había PCB, no lo podía creer�, Mabel se tapa la cara con las dos manos. Sabía que no iba a ser fácil �luchar contra las grandes empresas �dice�. Pero yo no tengo miedo�.
Como era de esperar, los Lorenzo son parte en una denuncia penal iniciada por Marcelo Fernández, el defensor del pueblo de Pilar, contra la empresa Edenor y el Ente Nacional Regulador de Energía (ENRE) �por afectar el medio ambiente y la salud�.
Por lo pronto, Mabel ya no arregla el jardín, y no sólo porque no tiene tiempo: �No quiero ni tocar la tierra�. Mayra va de casa a la escuela y de la escuela a casa y su único entretenimiento es mirar la televisión. �Ella me pide salir a andar con los rollers y le digo: �No me pidas algo que vos sabés que no te puedo dejar hacer�, pero sé que no puede comprender todo lo que yo estoy preservando con su estadía adentro�, dice Mabel, acariciando a su hija con la mirada. Llama la atención que ella todavía sienta que las paredes de su casa puedan protegerlos de algo. Sobre todo porque dice también que nunca pensaron en mudarse para alejarse de los factores de riesgo. �Está bien, mi hijo sigue en medio de la contaminación, pero nadie me asegura que saliendo de este lugar yo no vaya a otro lado igual o peor que éste�, explica. 
Y una de las tantas llamadas telefónicas que recibe diariamente la convenció más aún. Una señora que vive en la calle Camilo Costa, de Pilar �a media cuadra de donde ellos vivieron antes de mudarse a Villa del Carmen�, le comentó que su hijo se había muerto de un tumor cerebral. �Cuando llegué a esa casa, se me cambió la cara �por primera la voz de Mabel se entrecorta y deja lugar a las lágrimas�; el transformador está tan cerca de la que era nuestra casa... Yo pensé que ninguno de mis hijos estaría a salvo porque yo ya estuve en el medio de la contaminación.�
Pero Mabel no se da tiempo. No se permite parar. Respira hondo y se seca las lágrimas. Su marido toma la posta en la charla y ella enseguida se acerca al espejo, que está ahí nomás, detrás suyo. Vuelve a delinearse sus grandes ojos, casi con furia, hasta dejarlos bien marcados. Nahuel va y viene pidiendo comida y su madre le dice que ya va, mientras se maquilla,se pinta los labios, acomoda su pelo negro con una vincha tejida y sonríe. �A mí no me van a ver mal�, dice, con una certeza que provoca cierto escozor. 

 

 

Transformadores a examen

Edenor decidió dar un golpe de efecto ante las denuncias de que transformadores de su red están contaminados con PBC: la empresa anunció que revisará los refrigerantes utilizados en los más de 12 mil transformadores instalados en toda su área de concesión.
�Cuando estalló el problema en Pilar, la empresa negó que existiera contaminante en sus transformadores. ¿Esta revisión implica una marcha atrás en esa postura? �le preguntó este diario a un representante de Edenor.
�No es un cambio de postura. Seguimos sosteniendo lo mismo. Pero estamos en una situación límite, con la gente muy sensibilizada. Se está hablando del tema sin rigor científico. Entonces queremos demostrar con un estudio serio cuál es la situación real.
La revisión incluye el norte de la Capital y veinte partidos del conurbano; será hecho por una empresa contratada y demandará tres meses.
�Después de todo lo que se dijo �insistió la fuente�, parecería que una gota de PBC equivale a la muerte. Esto es descabellado. En Francia hay 70 mil transformadores con PBC que con cuidado funcionan normalmente. Con el análisis, se verá su algún transformador tiene partículas de PBC y en qué grado. Y la empresa tomará medidas, aunque legalmente esté permitida cierta presencia de PBC.�
Ayer, también el ENRE se hizo cargo del problema y anunció que comenzará a controlar a todas a las empresas eléctricas para verificar que sus equipos no estén contaminados con PBC.

 

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