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ASI LO VEN

La actualidad segun otros diarios del mundo

Fujimisterios de la fujicracia

El presidente peruano Alberto Fujimori anunció su intención de convocar nuevas elecciones generales, que no lo contarían como candidato. Pero el fin de su régimen es por ahora sólo una hipótesis: los comicios serán en marzo del año que viene. Mientras tanto, el asesor presidencial Vladimiro Montesinos se encuentra en Panamá, donde pidió asilo.

El Comercio
Hoy, el Perú pone en juego su porvenir institucional. Y la anhelada “salida política” sólo será viable si nace de una gran premisa: nuestra “transición democrática” no se resolverá sólo con elecciones. No estamos ante un cambio de gobierno sino ante un cambio de régimen. De ahí la necesidad, primero, de no confundir “transición democrática” con “transición electoral” y, luego, de pactar un consistente acuerdo para adoptar vías constitucionales y legales que procuren garantizar un nuevo escenario institucional, propicio para realizar elecciones libres. Si la transición exige desmontar el actual andamiaje institucional, parece claro que no lo hará quien contribuyó a diseñarlo y a perpetuarlo. (Pedro Planas)

Expreso
Contra todo pronóstico, la oposición parece no estar dispuesta a facilitar la transición pacífica y ordenada a nuevas elecciones generales. Ello se hace evidente cuando exige el cumplimiento de una serie de condiciones previas para comprometer su necesaria participación en el proceso que, en las actuales circunstancias, resultan posiciones de fuerza que agravan aún más la ya delicada coyuntura política. En ese sentido, la oposición, como representante de un apreciable sector de la población, debe comprender y meditar sobre lo peligroso que sería para el país sabotear las instituciones de la República en aras de ver cumplidos sus intereses o satisfechos sus deseos de justicia. (Editorial)

La República
La dictadura nos demanda “constitucionalidad”. Quien cerró el Congreso e impuso fraudulentamente una Constitución autoritaria, centralista y cercenadora de innumerables derechos sociales nos exige respetar su engendro. ¿Con qué autoridad moral o política? No queremos una transición “pinochetizada”, como en Chile, donde la tutela de Pinochet, su control, sobre la Corte Suprema, su derecho a nombrar senadores, su control y presencia en instituciones fundamentales le garantizó impunidad por muchos años y recién 27 años después del golpe se le puede procesar. Queremos un Gobierno de Emergencia Nacional para conducir el proceso, un gobierno provisional producto de una negociación política y auténticamente representativo. (Javier Diez Canseco)

Vascos fracturados

En pleno descabezamiento por parte de las policías española y francesa, la ETA sigue su ofensiva. Esta semana mató al concejal barcelonés José LuisRuiz Casado. El sábado, unas 100.000 personas recorrieron San Sebastián contra la ETA, cuyo brazo político abandonó el gobierno regional. Hoy, los nacionalistas vascos en el poder enfrentarán dos mociones de censura.

Deia (Bilbao)
El asesinato del concejal del PP en Sant Adrià de Besòs no constituye, por desgracia, una novedad. Sólo confirma que ETA sigue extendiendo el dolor allá donde encuentra más facilidades y que su debilidad política la suple con más violencia. La mayoría de la sociedad reclama que, junto al respeto a los derechos humanos, se persiga eficazmente a los criminales. Pero reducir el problema de la violencia al plano estrictamente policial es una irresponsabilidad. ETA ha demostrado que asesinar es demasiado fácil y que las detenciones, aunque mermen la posibilidad de cometer nuevos crímenes, no los evitan. Por eso es exigible a los políticos que busquen soluciones que huyan de triunfalismos engañosos amparados en relativos éxitos policiales. (Editorial)

La Vanguardia (Barcelona)
Nos ha tocado ahora a nosotros, quiero decir a todos los catalanes, a todos los ciudadanos del mundo que creemos en la dignidad del ser humano. Aquí no existen PP, Euskadi, nacionalismos, ETA, sino sólo asesinos y víctimas. Esta tragedia prueba una vez más que el nacionalismo catalán nada tiene que ver con la violencia, mientras que con Franco y compañía el nacionalismo español sí la tuvo. Cataluña se erige en el mayor enemigo de la concepción nacional etarra: la tolerancia y el respeto forman parte de nuestra práctica y creencia política en todos los órdenes y al margen de ideologías partidistas. Por ello también el PNV ha tenido que descubrir, ¿o no lo hace?, que primero ETA y después HB-EH eran también sus enemigos. (Baltasar Porcel)

El Mundo (Madrid)
La ETA ha vuelto a pesar de los descabezamientos. Su dirección política cambiará de siglas, la dirección militar reclutará a sus comandantes entre los hombres de acción y el terror continuará mientras haya doscientos mil etarras en la reserva y un gobierno títere nacionalista que ignora que los que aspiran a sucederle no son los partidos constitucionalistas, sino un nuevo nacionalismo armado. Los de ETA quieren hablar directamente con el gobierno, no con un PNV en retroceso. ETA, que piensa más que Ibarretxe, apuesta todo a la escalada de violencia porque parte del supuesto de que la paz se basa en el equilibrio inestable de grupos listos para recurrir a la fuerza. (Raúl del Pozo)

La difícil vigilia serbia

Las elecciones presidenciales de ayer en Yugoslavia pueden significar la derrota del líder Slobodan “Slobo” Milosevic. Los resultados estarán recién mañana, pero las encuestas previas entregan la ventaja para el candidato opositor Vojislav Kostunica. De todos modos, nadie descarta que Milosevic eche mano al fraude masivo.

El País (Madrid)
Todo puede pasar en eso que todavía algunos llaman Yugoslavia menos que Milosevic pierda pacíficamente el poder. Un golpe más policial que militar no es improbable; el pucherazo es seguro y la lucha entre quienes tienen claros sus intereses que están en la supervivencia política y económica y quienes defienden confusos y difusos mensajes y proyectos con buena voluntad. La desnazificación de la propia idea de identidad en Serbia no se va a producir con estas elecciones. Por desgracia. De ahí que la victoria de la oposición en las presidenciales sea, dicho en términos leninistas, una agudización del conflicto. Pero sólo eso. (Hermann Tertsch)

The Independent (Londres)
El opositor Vojislav Kostunica lideró las encuestas. En teoría, sería el final del juego para Milosevic. Sin embargo, hay demasiados “peros” para esta interpretación. Las chances reales de un triunfo opositor son muy pequeñas. En parte, porque el apoyo de Kostunica no es para nada unificado dentro de la oposición. Las peleas que marcaron la oposición serbia en los últimos años crearon una fuerte apatía en el electorado. Una y otra vez, los líderes opositores proclamaron el fin de los días de Milosevic. Y ese fin nunca llegó. Así estando las cosas, la cuestión es otra. Desde 1989, las multitudes de Europa del Este tomaron las armas para sacarse de encima a las dictaduras. Y no parece que los serbios tengan esa determinación. (Editorial)

L’Humanité (París)
Vojislav Kostunica, el que aspira a derrotar a Milosevic, es un nacionalista moderado. Alguna vez dijo: “Me han dicho que debo renunciar a mis convicciones nacionalistas, pero no puedo ni quiero hacerlo”. Llegó a fustigar a Estados Unidos “por poner a los serbios en prisión” y juzga la inculpación contra Milosevic en el Tribunal Penal Internacional como “infame y contraproducente”. Kostunica no significa algo demasiado distinto frente a un electorado que está más resignado que nunca. Están muy persuadidos de que Milosevic no dejará el sillón presidencial sino con los pies por delante. El hombre fuerte de Belgrado tiene 59 años y muchos y saludables años por delante. (Damien Roustel)

 

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