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![]() La historia que comenzó a enfrentar a Estados Unidos con los jerarcas de la dictadura chilena a los que supo apoyar comenzó cuando Augusto Pinochet estaba detenido en Londres. En aquel momento, el Departamento de Estado había desclasificado algunos documentos secretos que mostraban la participación norteamericana en el golpe de Estado de 1973 contra Salvador Allende. Ahora el nuevo capítulo en el deslinde de responsabilidades apunta directamente a Contreras y a su DINA, con la cual la Casa Blanca se supone habría iniciado un distanciamiento luego del asesinato del ex canciller socialista Orlando Letelier en Washington. El informe elaborado por la CIA a pedido del Congreso indica que la agencia norteamericana inició sus contactos con Contreras en 1974, un año después del golpe, que siguió hasta 1977 y que recibió plata en calidad de informante. Se me achaca haber recibido un pago por una vez en 1975, pero no se sabe quién me pagó, cuánto ni dónde. ¡No se sabe nada! Jamás habría aceptado tampoco un pago desde el punto de vista de mi dignidad y mi honor de soldado. Nosotros no nos vendemos a nadie, aprendemos que nuestra lealtad es a la Patria y al Ejército, declaró ayer Contreras en el reportaje a El Mercurio. Cuando el gobierno norteamericano pidió mi extradición el año 78 envió 180 pruebas a Chile y ninguna decía que yo era agente de la CIA o que me habían pagado, señaló. El ex jefe de la DINA aprovechó además para cargar más las tintas contra la CIA. Según Contreras, fue la propia inteligencia norteamericana la que mató a Letelier. El Instituto de Estudios Políticos de Letelier estaba considerado un instituto marxista, incluso el FBI lo tenía infiltrado, pero la CIA no podía actuar dentro de los Estados Unidos, sólo podría hacerlo a través de extranjeros. Entonces lo mataron y nos echaron la culpa a nosotros, explicó.
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