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LOS
MERCADOS QUIEREN A UN MINISTRO CUSTODIADO
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La Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), que nuclea a los principales
bancos extranjeros que operan en el país, le dio una fuerte señal
de respaldo a José Luis Machinea en Praga, donde se lleva a cabo
la reunión anual conjunta del FMI y el Banco Mundial. “No es
usual que la conducción de ABA en pleno haga el gesto de participar
públicamente en una conferencia de prensa con el ministro Machinea
y en las reuniones que tendrá en Praga”, afirmó su director
ejecutivo, Norberto Peruzotti. Machinea, en tanto, aprovechó el foro
de Praga para concretar las típicas reuniones con figuras emblemáticas
para los mercados y cosechar luego los elogios de ocasión: se encontró
con William Rhodes, el número dos del Citibank a nivel mundial, quien,
sin embargo, fue cauto al evaluar la situación argentina. El aval
de los banqueros también se extendió al titular del Banco
Central, Pedro Pou, cuestionado por las principales figuras del ala política
de la Alianza y hasta por el propio Machinea, quien se opone al proyecto
de dolarización que aquél auspicia. “Nosotros convencimos a los financistas internacionales de que una muestra de madurez de Argentina era precisamente la independencia que tenía, respecto del Gobierno, el presidente del Banco Central, y no podemos ahora dar marcha atrás en esto”, dijo Peruzotti, al comentar las versiones que circularon en las últimas semanas sobre el desplazamiento de Pou. ABA es comandada por el influyente Eduardo Escasany, presidente del Banco Galicia, unos de los pocos bancos de bandera nacional que aún integra la entidad que, precisamente por el acelerado proceso de extranjerización del sistema financiero, cambió su nombre original de “Asociación de Banco Argentinos” por “Bancos de la Argentina”. Además de Peruzotti, se encuentran en Praga el propio Escasany y Guillermo Stanley, vicepresidente de la filial argentina del Citibank, entre otros banqueros. Se alojan en el Marriot, mismo hotel de la delegación argentina encabezada por Machinea. En las últimas semanas, Pou volvió a ocupar el centro de la escena económica, ya que desde diversos ámbitos se reflotó el proyecto de dolarización de la economía argentina, iniciativa que el titular del Central apoya desde los tiempos de Carlos Menem. Tal posición ya le valió una fuerte condena del ala política de la Alianza. Y el ex presidente Raúl Alfonsín pidió públicamente su renuncia. Machinea, en tanto, descartó de plano la dolarización, admitió diferencia en este aspecto con Pou, pero se cuidó de dejar en claro que, por ley, el Banco Central es autónomo y su titular tiene mandato hasta el 2004. Los banqueros quisieron transmitir la idea ayer de que el apoyo de los “mercados” a la conducción económica de la Alianza es un combo: Machinea y Pou, juntos. Machinea, por su parte, mantuvo un encuentro reservado con William Rhodes, vice del Citi, quien a la hora de las declaraciones fue cauto. “Ahora la Argentina tiene que dar señales de que va a comenzar el crecimiento de la economía y generar con ello un cambio de expectativas en torno del nivel de actividad”, afirmó Rhodes. Y explicó que “la Argentina debe competir por atraer inversiones con socios como Brasil que en estos momentos muestra mejores indicadores”. En tanto, pidió un cambio de humor a los operadores locales: “El humor es parte del crecimiento. La Argentina tiene condiciones macroeconómicas adecuadas, pero debe cambiar la mala expectativa sobre el crecimiento”, aseguró.
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