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ENTERRARON A LUIS RUBEN DI PALMA
El alma, en boxes

22 mil personas despidieron en Arrecifes los restos del ídolo fallecido el sábado. De la Rúa y Menem mandaron sus coronas.

t.gif (862 bytes)  Arrecifes amaneció como el alma de todos sus habitantes: gris y silenciosa. Sólo en la calle Francia, en su cruce con Ocaris y Sargento Cabral, se producía un incesante ir y venir de personas, ya que allí se encuentra ubicada la Escuela Técnica Nº 1, el lugar donde fueron velados los restos de Luis Rubén Di Palma, el personaje más querido de la ciudad, a cuyo velatorio asistieron 22 mil de los 26 mil habitantes. Los restos del ídolo fueron enterrados ayer en el cementerio de la ciudad bajo una intensa lluvia que en nada disminuyó la voluntad del pueblo de despedir a su ídolo, que sufrió un accidente mortal el sábado cuando volaba su helicóptero.
A partir de las 12, la gente de Arrecifes se acercó al gimnasio donde se había implementado la capilla ardiente y desfiló frente al féretro que contenía los restos de Di Palma. Muchos se ubicaron luego en las pequeñas tribunas del gimnasio de la escuela técnica y permanecieron allí en silencio, con el rostro bañado en lágrimas.
Afuera, mientras tanto, algunos colocaron banderas en las rejas que se habían implementado para delimitar el lugar por donde debía ingresar la gente.
“El corazón late por Di Palma”, “Gracias por todas las alegrías que nos diste”, “Siempre te llevaremos en el corazón - Familia de ‘tuercas’ del ‘Loco’ Di Palma y sus hijos” o “Grande Di Palma y Chevrolet”, rezaban algunas de las banderas.
El presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, y el ex mandatario Carlos Menem enviaron sendas coronas.
Hacia las 16.40, un cura párroco de la zona ofició en el mismo sitio del velatorio una misa de responso que se extendió por algo más de 30 minutos, que concluyó con un cerrado y respetuoso aplauso de una concurrencia que no reparó en despedir masivamente al ídolo, a pesar de la intensa lluvia que se abatió sobre la ciudad.
De esta manera, minutos antes de las 18.30 el cortejo fúnebre partió hacia el cementerio, en una larga caravana de vehículos y dos autobombas de los Bomberos Voluntarios de Arrecifes.
Los herederos de la dinastía Di Palma, Ernesto Bessone y Tito Hanley, el mejor amigo de Di Palma, transportaron el féretro desde la autobomba hacia la bóveda en la que fue ubicado.
Muchísimas personalidades del mundo de los fierros, impresionadas y consternadas por la noticia, se acercaron a despedir al piloto. José Froilán González, Norberto Fontana, Juan María Traverso, Carlos Pairetti, Edgardo Lavari, René Zanatta, el cantante de tangos Néstor Fabián, Luis Minervino, Ernesto Bessone, Guillermo Ortelli, Pablo y Cristian Satriano, Jorge Oyhanart, entre otros, estuvieron en el velatorio.
“Era un ser humano extraordinario. Le gustaba, desde siempre, más volar que los autos de carrera, era su pasión. No sé... quizá tuvo una falla el helicóptero, o por ahí estaba cansado, porque había trabajado mucho”, dijo Luis Delconte.

El automovilismo le dio su adiós

“Es un dolor muy fuerte para mí y toda la gente... es difícil de explicar. La gente lo despidió de la mejor manera y ahora hay que recordarlo como a él le hubiera gustado: siendo un ganador en la vida y el automovilismo” (Norberto Fontana).
“Quería estar en la despedida de este gran amigo. Hoy es un día de duelo para el deporte argentino. Desde chico siempre estuvo al lado de los fierros y por eso trabajó toda su vida para el automovilismo” (José Froilán González, uno de los primeros en llegar).
“Le queda un consuelo muy grande: que su apellido va a seguir adelante en el automovilismo nacional. La semana pasada, cuando nos juntamos en Arrecifes con (Néstor) García Veiga y (Carlos) Marincovich, lo vi llegar con la cara colorada y entonces en broma le dije: ‘¿Te estuviste bronceando?’y él me contestó: ‘No... estuve todo el día soldando en el taller’” (Carlos Pairetti).
“Siento un dolor muy grande, era un tipo especial, tirando a único. Era un tipo extraordinario, alegre, más allá de los problemas que pudiera tener” (Angel Monguzzi).
“Me siento mal. Luis era un gran tipo. El me insistió para que comprara un helicóptero y, además, me enseñó a manejarlo. No lo puedo creer. O se metió entre las nubes, en cuyo caso el helicóptero se dio vuelta y lo desorientó, o bajó tanto para escaparle a la tormenta que chocó contra algo que estaba en el campo” (Jorge Cupeiro).
“Bajó como 40 kilos en 17 días. Marcos y yo lo cargábamos porque estaba muy gordo y quería volver a correr” (Luis Delconte).
“Era un tipo auténtico, que hacía lo que quería. Lo vamos a recordar siempre verborrágico y desfachatado” (Oscar Aventín).

 

 

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