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EN ITALIA IBARRA LLAMO AL JEFE DEL FREPASO PARA HABLAR SOBRE LA ALIANZA
Esperando la respuesta de Chacho

El jefe de Gobierno porteño sabe que sus declaraciones tienen repercusión nacional y quiso conversarlas con Alvarez desde Roma.
Página/12
en Italia

Por Sergio Moreno
Desde Roma

t.gif (862 bytes)  Las llamadas que recibió desde Buenos Aires le confirmaron a Aníbal Ibarra lo que supo desde el momento en que concedió el reportaje que este diario publicó en su edición del domingo: que estaba parado en otro sitio al de un gobernador de distrito, que ahora estaba metido, de lleno, en la política nacional y que su opinión es escuchada y causa consecuencias. Y lo definió así: “Yo no soy sólo un dirigente localista”. El jefe de Gobierno porteño ayer cumplió con su agenda distendido, aunque pendiente del teléfono. “Estoy conforme, convencido de que lo que le dije a Página/12”, afirmó ayer a este cronista. Sólo una llamada no llegó, una que le interesa particularmente: la de Chacho Alvarez.
Las noticias que llegaban de Buenos Aires a Roma ayer marcaron el tempo de la delegación argentina. Todas ellas hablaban del efecto causado por las palabras y definiciones que Ibarra desgranó el sábado pasado en Beijing, China, y que fueran publicadas el domingo pasado. En la entrevista que le efectuó este diario, el ex fiscal fijo su posición respecto a la encrucijada que atraviesa el Gobierno.
Sobre la crisis surgida a partir de los sobornos:
“Las crisis no resueltas siempre desgastan”.
“Esta crisis se resuelve con más Alianza”.
“Esto no se resuelve contra De la Rúa o contra Chacho. Esto se resuelve con De la Rúa y con Chacho. Si no, veo un problema muy serio por delante”.
Sobre la relación Fernando de la Rúa-Chacho Alvarez:
“Tiene que haber un marco de acuerdo estratégico entre el Presidente y el vicepresidente. Esto no se puede resolver a costa de uno o de otro”.
“No es bueno un acuerdo donde se diga que acá no ha pasado nada, que se pretenda salir de la crisis hablando de gobernabilidad o haciendo defensas corporativas”.
“El saldo de la crisis tiene que ser un Presidente fortalecido y un vicepresidente fortalecido y no desautorizado”.
Sobre Alvarez:
“Chacho expresó lo que siempre dijo la Alianza: que la corrupción no es un tema negociable”.
Sobre el Frepaso:
“Hay que renovar en términos políticos al Frepaso, no puede ser la oposición dentro del Gobierno, sino que debe estar fuertemente involucrado con el gobierno del país”.
Sobre el gabinete:
“La cuestión va más allá de cambiar el gabinete. Más allá de la suerte de algún ministro me interesa la suerte del país”.
Con esta miríada de definiciones, Ibarra se centró en la tormenta que tiene a la Alianza al borde de un ataque de nervios. Decidido a jugar un papel más importante en la crisis desatada hace ya más de dos meses, el frepasista jefe del segundo distrito más importante que gobierna la Alianza (después de la Nación) propuso un acuerdo entre De la Rúa y Chacho, aceptando el desacuerdo que existe entre ambos y que asfixia al Gobierno; en esa asintonía, se paró en medio de los dos, criticando sus roles pero defendiendo sus posiciones, mientras exhortó a acordar sin heridas; envió un mensaje claro a todo el Frepaso –él es su segundo dirigente en importancia– y al propio Chacho; dejó claro que si ello no ocurre el futuro es negro para la coalición y el Gobierno y, finalmente, alertó sobre una pelea que dará: no aceptará que Cavallo ingrese a la administración, ni en la cúpula del Banco Central ni en ningún lado.
El mensaje de Ibarra surtió efecto. Ayer, los teléfonos celulares que manejan la secretaria de Comunicación del Gobierno porteño, Verónica Torras, y el director de Relaciones Exteriores, Aníbal Gotelli, no dejaronde sonar. Desde el gobierno nacional y municipal llegaron en dosis similares palabras de apoyo y reconocimiento tanto de frepasistas como de radicales.
Sólo un mensaje no llegó. Uno que Ibarra sigue esperando: Chacho no respondió los llamados. Puede que lo haga hoy, a pesar del mutismo al que se entregó desde antes de que Ibarra se metiese de lleno en la crisis. Si no lo hace hasta el jueves, no pasará el fin de semana sin que, ya el jefe de Gobierno de regreso en Buenos Aires, se encuentren, como solían hacerlo a menudo antes de que Ibarra emprendiese su gira por China e Italia.

Olivera, el justiciero

El represor Jorge Olivera, quien estuvo 43 días preso en Roma acusado por la desaparición de la joven de origen francés Marie Anne Erize, denunció ayer ante la Justicia una “persecución política por medio de amenazas e intimidaciones, a través de los medios de prensa” y acusó al Gobierno de ser “cómplice” de la campaña que dice estar sufriendo.
Dijo que “la persecución no tiene límites e iguala las persecuciones de los regímenes comunistas” y acusó además al juez correccional porteño (Eduardo) “Etcharrán, a su secretario y a los fiscales” que, dijo, “se negaron a intervenir” en el escrache en su contra.

 

Menem anticorrupción

Sin ruborizarse, el ex presidente Carlos Menem aseguró que en los nueve meses que lleva la administración de la Alianza “la corrupción es lo peor que se ha dado en los últimos tiempos en la Argentina”. Y remarcó que lo que pretende el PJ “es que sea uno sólo el que gobierne y tome todas las decisiones para que la Argentina comience a crecer nuevamente”. Como viene haciendo últimamente, el ex presidente se entretuvo marcando las diferencias entre el presidente Fernando de la Rúa y su vice, Carlos “Chacho” Alvarez. Dijo que lo menos que se le puede pedir al Presidente “es que ejerza ese liderazgo que le ha dado el pueblo” y añadió que “no sabe quién gobierna, si es el Presidente o el vicepresidente”.

 

 

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