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Por
Adriana Meyer
El tesorero y un empleado cobraron los cheques de seis millones y
medio de pesos, los pusieron en una valija con rueditas de madera, salieron
de la sede central del Banco Nación, frente a la Casa Rosada, cruzaron
25 de Mayo y entraron en la SIDE. Ferrero, el tesorero de la Secretaría
de Inteligencia del Estado, y su subordinado, Marchi, le explicaron al
juez federal Carlos Liporaci –a cargo de la investigación
sobre el supuesto pago de sobornos en el Senado– que así fue
como retiraron el dinero porque ésa es la “práctica
habitual”. Era el 13 de abril y un día después el Gobierno
anunciaba que se había destrabado la sanción de la Reforma
Laboral. Esos empleados de la SIDE entregaron los billetes a su jefe,
el secretario de Finanzas, Juan Gallea, quien aseguró que “no
se usaron con fines ilícitos”, pero no pudo explicar en qué
fueron utilizados. “Eso sólo puede responderlo el secretario
(Fernando de Santibañes)”, indicó el funcionario. Los
fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado pedirán en los próximos
días la citación del jefe de los espías.
El diario Río Negro publicó que en las cuentas de la SIDE
se había detectado una merma de fondos por seis millones, pocas
horas antes que se destrabaran las negociaciones por la polémica
norma que modificó la legislación del trabajo. El Banco
Nación le confirmó al juzgado el movimiento de dinero e
informó que dos empleados de la SIDE –Ferrero y Marchi–
lo habían retirado en dos cheques. El presidente Fernando de la
Rúa levantó por decreto el secreto que cubría esa
operación y así Liporaci recibió los cheques originales.
El primero fue cobrado el 11 de abril y correspondía a 1,5 millón
de pesos, mientras que el segundo de 5 millones salió de las ventanillas
del Nación el 13 de ese mes. De Santibañes había
explicado ante la Oficina Anticorrupción (OA) que ese mes el Ministerio
de Economía había reducido su habitual partida a la SIDE
(de los 14.581.465 pesos de marzo a 12.559.891) porque debía cerrar
los números para mostrar al Fondo Monetario Internacional. En consecuencia,
aseguró que autorizó la transferencia de una de las tres
cuentas que tiene la SIDE en el Banco Nación (la 1581/11) hacia
el Tesoro de la secretaría para cubrir ese faltante.
Sin embargo, el secretario de Finanzas del organismo, Juan Gallea –que
amplió ayer su declaración testimonial–, aseguró
que ese dinero “no se utilizó para cubrir ningún faltante”
sino para cubrir “necesidades futuras”. El funcionario precisó
que el millón y medio se usó para cubrir gastos de las distintas
dependencias de la SIDE y pago de haberes, mientras que los cinco millones
fueron al Tesoro para “operaciones”. Cuando le preguntaron cuáles
fueron esas operaciones, Gallea se amparó en el secreto que cubre
las actividades de la SIDE, pero aclaró que –en realidad–
él tampoco conoce el destino de esos fondos. Y agregó que
esas decisiones son “actos discrecionales del secretario” (De
Santibañes). Aclaró que el dinero se fue gastando “paulatinamente”,
en dos meses.
Una fuente del caso explicó a Página/12 que, “aunque
sepamos lo que entra al Tesoro de la SIDE, es muy difícil de probar
lo que sale de esa caja y para qué sale, porque todo se hace con
actas secretas y el único que las firma es De Santibañes”.
Por ese motivo, los fiscales estudian la citación del funcionario
–ex banquero y amigo personal del presidente Fernando de la Rúa–,
aunque aún no definieron si será como testigo o como sospechoso.
Los investigadores se mostraron decepcionados al comprobar el alcance
restringido que tuvo el levantamiento del secreto de Estado sobre los
cheques. “Avanzamos un paso, pero nos frenan enseguida porque el
secreto sigue cubriendo el destino del dinero”, se quejó uno
de ellos. Además, el decreto sólo autoriza al juez a interiorizarse
al respecto, pero deja afuera a la fiscalía. Sin embargo, Freiler
y Delgado no quisieron hacer un planteo de inconstitucionalidad, como
tampoco lo formularon ante la nueva ley de Fueros, para que el caso “avance
rápido”. En caso de serinterrogado, De Santibañes podría
evitar responder a las preguntas, amparándose en el secreto de
Estado.
El senador justicialista Eduardo Bauzá –uno de los once legisladores
imputados– será interrogado hoy. El mendocino fue uno de los
tres senadores mencionados ante Liporaci por Antonio Cafiero, quien afirmó
que uno de ellos cobró una coima y los otros dos sabían
del asunto.
La SIDE estrena vocero
La Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE),
que preside Fernando de Santibañes, tendrá por primera
vez un portavoz oficial. Una suerte de carrera por transparentar los
actos de la SIDE se desató desde que el organismo comenzó
a ser investigado por la Justicia ante la sospecha de que de sus gastos
reservados podría haber salido el dinero de las supuestas coimas
pagadas a senadores. El nuevo vocero es Ricardo Rivas, quien hasta
ahora desempeñaba la misma función en la Secretaría
de Seguridad Interior. También trabajó como periodista
en la agencia Noticias Argentinas y en los canales de televisión
11 y 9. Rivas explicó que su tarea se basará en la “relación
de la secretaría con la ciudadanía. El subsecretario
de Inteligencia, Darío Richarte, dijo: “Creemos en la
publicidad de los actos de gobierno”. |
OPINION
Por
Patricio Echegaray*
Lo
corrupto es el modelo
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La denominada crisis del
Senado es parte de una crisis más general de todo el sistema
político. Las coimas y los sobornos no son nuevos, pero no
es casual que se hayan utilizado, particularmente ahora, para la sanción
de una ley laboral que debe ser anulada por su contenido antiobrero
y su corrupta forma de sanción.
Queda al descubierto la verdadera esencia de las fuerzas políticas
dominantes: el PJ, la UCR, el Frepaso y Cavallo se reúnen y
confabulan para salvar al modelo que comparten. Es hora de que la
corrupción se combata desde su verdadera raíz. Sería
ingenuo acotar la lectura sólo a unos cuantos senadores.
El escándalo produce bronca e indignación. Y fundamentalmente
un legítimo shock de desconfianza popular que se viene gestando
sobre frustraciones sucesivas, tanto de aquello de que “con la
democracia que se come, se cura y se educa” de Alfonsín,
como con el “salariazo y la revolución productiva”
de Menem.
Mientras aumentan las cifras de desempleo, pobreza y recesión,
De la Rúa, Alvarez y los ministros ensayan un relanzamiento
del gobierno que modifica el “Chau Menem” de la campaña
electoral por el “Hola Menem” del reciente convite en la
Casa Rosada e incluso el “Hola Cavallo”.
Con estos hechos, la situación argentina se ha transformado.
De una crisis económica y social con algunas repercusiones
políticas se pasa a una crisis de carácter político-institucional
con base en un grave deterioro de la economía del país,
de los trabajadores y el pueblo, que seguirán maltratados con
más ajuste y represión. Y menos democracia.
El modelo responsable de la pobreza y la exclusión se corresponde
con un sistema político atravesado de manera insalvable por
el flagelo de la corrupción y con ello crecen el escepticismo
y el rechazo a la política en general, enfoques sobre los que
cabalga una derecha autoritaria acechante.
Hay vacío político creciente. Para llenarlo de modo
progresista es imprescindible construir un nuevo movimiento histórico
sobre la base de la unidad de los que confrontan contra este modelo
de injusticia y exclusión, una alternativa que sea capaz de
llevar adelante una democracia real, de contenido social, que garantice
los derechos esenciales de las mayorías y recupere la política
para los sectores populares.
* Legislador porteño de Izquierda Unida. |
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