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AHORA EL DESAFIO ALEMAN ES EXPANDIR LA UE AL ESTE
Las unificaciones que vienen

Por Pilar Bonet
Desde Varsovia

El canciller Kohl contempla el apretón de manos occidental-oriental.t.gif (862 bytes)  El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, y el partido de “los Verdes” (socio menor de la coalición gubernamental) han querido celebrar el décimo aniversario de la reunificación que se cumple hoy con un alegato a favor de la reunificación de Europa y de la ampliación de la Unión Europea (UE). Para subrayar esta dimensión pendiente del reencuentro alemán, Fischer y los diputados verdes del Bundestag (parlamento federal) viajaron a Varsovia y se reunieron por primera vez como grupo parlamentario en la capital polaca.
En lugar de sumergirse en el mezquino debate interno sobre el protagonismo de la reunificación, los verdes abordaron el futuro de Europa y la ampliación de la Unión Europea (UE) en el Sejm (la sede del parlamento polaco). Sus interlocutores fueron los antiguos disidentes del sindicato independiente, Solidarnosc, que impulsaron el proceso de ampliación de las libertades cívicas en el Este culminado con la caída del Muro de Berlín en 1989 y con la reunificación alemana en octubre de 1990.
Del total de 47 diputados verdes en el Bundestag, 27 estaban ayer en Varsovia. Algunos, como Helmut Lippelt, el portavoz de política internacional, conocen a los “históricos” dirigentes polacos desde hace varias décadas. Para otros, sin embargo, el viaje en tren desde Berlín era el primero que hacían en su vida a Polonia.
“La caída del Muro puso fin a la división de Europa, pero el proceso no será completo mientras los países del Este no sean parte de la Unión Europea”, dijo el ministro de Exteriores polaco, Wladyslaw Bartoszewski. “La pregunta que se plantea hoy es si vencerá la solidaridad europea o si ésta será condicionada por la necesidad de superar elecciones parlamentarias”, subrayó el político, que estuvo en el campo de concentración de Auschwitz y en las prisiones stalinistas.
“Se han perdido ocho años”, manifestó Fischer, refiriéndose a las “promesas incumplidas” a Polonia que, según él, sólo comenzaron a concretarse en la segunda mitad de 1998. En esa época, el gobierno del democristiano Helmut Kohl fue relevado por una nueva coalición de socialdemócratas y liberales en Alemania. “La Unión Europea necesita de la ampliación. Esta evidencia debe reflejarse en el calendario. La UE no puede ser una realidad virtual”, dijo Bronislaw Geremek, el ex ministro de Exteriores, que dirige una comisión parlamentaria dedicada a incorporar el derecho europeo a la legislación polaca. Geremek se mostró partidario de que su país adquiera protagonismo en una nueva “Ostpolitik” de la EU hacia Ucrania, Bielorrusia y Rusia y lamentó las presiones de la UE para que Polonia cierre sus fronteras orientales. “Polonia está dispuesta a unirse a Shengen, pero los disidentes que ahora estamos en el poder y que antes soñábamos con una política de puertas abiertas, no podemos ahora cerrar nuestras puertas a otros”, afirmó Geremek.
Alemania tiene un “interés esencial” en que Polonia esté en primer lugar cuando se produzca la ampliación, dijo Fischer. Esta es la “hora de los expertos”, pero hay que “aplicar presión política” para que la UE esté lista para aceptar nuevos miembros y Polonia para ingresar a partir del 1º de enero del 2003. Para los temas más delicados, como el mercado de trabajo o la venta de tierra a los extranjeros, Fischer se mostró partidario de “plazos de transición flexibles”. Según el ministro, sin una discusión sobre la división de competencias entre los distintos niveles de la UE y sin un debate constitucional, ningún gobierno alemán “sea de centroizquierda, sea de centroderecha o sea una gran coalición” podrá conseguir el apoyo político interno necesario para destinar recursos suplementarios a la ampliación.

 

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