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KIOSCO12

HABLA UN HOMBRE VINCULADO AL GRUPO QUE ASALTO AGUAS ARGENTINAS
�En esta banda no se duda en matar �

Integra la banda y, aunque no participó en el sangriento asalto, conoce todos los
detalles. Aquí cuenta lo que no se sabía.

La escena trágica: dos muertos en la planta de Aguas Argentinas tras el tiroteo.
En total hubo 11 personas de la banda: varios escaparon vestidos de obreros.


Por Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes) �En total había once de la banda. Cuatro estaban dentro de la planta de Aguas Argentinas. Esperaban el camión desde la noche. Pero el blindado los sorprendió. Llegó hasta el cajero por una calle interna imprevista. Cuando dos de los tres custodios del camión se bajaron, recién ahí reaccionaron los chicos (de la banda). Los encañonaron y le gritaron al que quedó adentro del blindado: �Abrí o los quemamos�. El chofer del blindado no sólo no abrió la puerta sino que además puso marcha atrás y empezó a mover el vehículo. Entonces le volvieron a gritar que abriera la puerta, pero terminaron poniendo (matando) a los custodios�. El hombre conoce hasta el último detalle del sangriento robo a Aguas Argentinas. Aunque no participó en el hecho, es miembro de la banda que dio el golpe. Ante Página/12 contó paso a paso la historia de ese feroz ataque y reveló puntos hasta ahora oscuros: dónde estaba cada uno de los asaltantes, por qué se desató el fuego y cómo lograron escapar. No sólo eso: asegura que están �jugados� y que darán otro golpe.
El relato demuestra hasta qué punto fueron sangrientos los delincuentes, la envergadura de la banda y la insólita ineficacia de los policías federales que actuaron. �Los jefes no son los mismos�, dice taxativo el hombre, en referencia al asalto al camión blindado de la Boca, aunque reconoce que dos delincuentes �usados como �satélites� (mano de obra)� participaron en ambos robos.
Los delincuentes que participaron en el asalto a Aguas Argentinas estaban ubicados de la siguiente manera, según explica el miembro de la banda:
Hubo dos choferes que llevaron al grupo hasta la planta.
Cuatro delincuentes esperaron adentro la llegada del camión. De ellos, uno murió, el �Lagarto� Juan Díaz Roldán; dos salieron de la planta �cuatro horas más tarde y vestidos con uniformes de obreros de Aguas�. El cuarto, apodado �Pichín�, saltó el paredón hacia la avenida Lugones. Tal como adelantó Página/12 todos se agrupan en el barrio La Cañada, de la zona de Berazategui y en Banfield. La prueba está en que uno de los delincuentes se fue herido, en taxi, hasta esa zona. El que huyó por Lugones y el que salió con uniforme de obrero escaparon en remises.
Uno de los asaltantes esperaba afuera en el Volkswagen Gol. Un patrullero lo vio sospechosamente estacionado y detuvo al conductor, el �Pantera� Carlos Alberto Iturrez Rodríguez. Dentro del vehículo había armas. �El Pantera tenía que llevarse a alguno de los que actuaban en el asalto adentro de la planta� explica el hombre a este diario.
Otros dos delincuentes, una pareja, también esperaban afuera, en un Ford Escort, también para llevarse a parte de los que estaban adentro. �Vieron la detención del Pantera, se tirotearon con la policía y huyeron�.
Sobre la avenida Lugones había dos delincuentes más, en sendas motos. Tenían armas: �Eran francotiradores para el caso de que hubiera problemas�, explica el hombre de la banda. Los dos jóvenes se asustaron y huyeron ni bien se produjo el asesinato de los dos custodios del camión.
Inmediatamente después de esas muertes, �el Lagarto� �vestido con uniforme de obrero� sale de la planta para subirse a uno de los autos. Es que la banda �que se comunicaba con handies muy sencillos, de color amarillo, que se venden a cualquier particular y en los últimos tiempos estaban en promoción a 250 pesos el par� no obtiene respuesta de los que están afuera. �Como no están ni el Gol ni el Escort, el Lagarto vuelve a ingresar a la planta a juntarse con los que quedaron adentro �explica el integrante de la banda�. Se esconde junto con los que pusieron a los custodios del blindado�. Uno de los ladrones, Pichín, ya había saltado hacia Lugones: se fue caminando unas treinta cuadras hasta encontrar una agencia de remises. 
Lo más insólito ocurrió a continuación. El lugar fue invadido por numerosos patrulleros y decenas de policías; sin embargo ninguno hace un rastrillaje cuidadoso del lugar ni descubren a los tres delincuentes que todavía están dentro de la planta. �Ahí el Lagarto trata de salir con dos armas en un bolso: una 45 y una 32�.
A Díaz Roldán lo sorprende el inspector Rafael Erra, quien le pide que abra el bolso. El Lagarto lo mata a sangre fría. �Entonces empezó el tiroteo: los policías bajaron al Lagarto y al rehén �asegura el hombre�. Al Lagarto lo remataron, lo ejecutaron en venganza porque se había cargado al policía�. 
La versión de la Policía Federal obviamente es distinta: Díaz Roldán, ya herido, mató al rehén Rubén Maciel y después se suicidó. O sea que las tres muertes y los dos delincuentes fugados horas después son producto de un rastrillaje que no se hizo.
El miembro de la banda entrevistado por este diario asegura que no se trata de la misma organización que este martes asaltó el blindado de la Boca. �Esa es una banda donde hay verdes (militares), gendarmes y milicos (policías). Es la banda del Narigón Navarro, íntimo de Hugo La Garza Sosa, que tiene mucho más armamento que la banda que hizo (robó) Aguas Argentinas. Y es una banda menos sanguinaria: tenían la ametralladora y prácticamente no la usaron. En la banda de Aguas está el Tractorcito Cabrera y otros que no dudan en matar. Están jugados y seguro van a dar otro golpe�, sentenció el hombre, que conoce a ambas bandas. 

 


 

LA DISPUTA POR EL ORIGEN DE LAS ARMAS SUBE DE TONO
�Profundo malestar� del Ejército

Por H.C.

La polémica por las armas de la banda de Paso del Rey ayer sumó dos nuevos ingredientes: la incorporación al debate del ministro del Interior, Federico Storani, y el acuse de recibo del ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, de una queja de alto voltaje pero de carácter reservado, por parte del Ejército, en respuesta al jefe de la Bonaerense, Eduardo Martínez. �Se notificó al ministro por el profundo malestar entre las filas del Ejército, por las declaraciones del jefe policial�, reveló a Página/12 una alta fuente militar. El día del frustrado asalto, Martínez afirmó que �el Ejército ahora debe dar explicaciones� por la ametralladora antiaérea y el impresionante arsenal descubierto en manos de la banda.
Storani tomó el comunicado de prensa difundido el miércoles pasado por el Estado Mayor y lo hizo suyo: la ametralladora �no pertenece en la actualidad al Ejército�, sostuvo. �Queda clarísimo que alguna vez sí formó parte del arsenal�, agregó. �Pero no necesariamente hay que vincularla con el sector carapintada, sino que este sector luego lo pudo haber comercializado en el mercado negro y esto está circulando clandestinamente entre las bandas durante años.�
Por la mañana, López Murphy recibió una nota reservada del Ejército. Se trataba de una queja. Y de alto voltaje. �El malestar es muy fuerte�, deslizó una alta fuente militar. �Es por el oficial de la policía provincial que nos responsabiliza por el arsenal. Tuvo opiniones un poquito apresuradas�. Se refería al comisario Eduardo Martínez, jefe de la Bonaerense, quien el miércoles pasado pidió explicaciones al Ejército por la ametralladora antiaérea y por el sargento de Arsenales, Luis Olea, detenido como integrante de la banda. Martínez aseguró en aquel momento que �es indudable que el armamento pertenece al Ejército�.
�Cuando el Ejército tenga la numeración podrá responder cuándo desapareció y de dónde�, deslizó la fuente. De todos modos, el caso de la ametralladora antiaérea sigue siendo una usina de incógnitas y sombras. 
No hay aún quién explique cómo pudo haber pasado desapercibida su ausencia de los puntillosos registros de control, haya ocurrido durante un alzamiento carapintada o en el copamiento del regimiento de La Tablada. Si se trata de una sola ametralladora de ese tipo perdida �en un ilícito�, la necesidad de la numeración carece de sentido.
�¿Cuántas ametralladoras semejantes desaparecieron en los levantamientos? ¿Es la única o hay otras dando vueltas en el mercado negro? �preguntó Página/12.
�Eso está rotulado como caso reservado �fue la respuesta.

 


 

OCULTAN DONDE ESTA LA BANDA
�Temo que los rescaten�

Por Cristian Alarcón

Después de la supermetralleta antiaérea y los múltiples asaltos a blindados que la Policía Bonaerense les adjudica, los integrantes de la banda de Víctor �El Narigón� Navarro son vigilados con ojos paranoicos por sus carceleros. �Están en una unidad carcelaria del Servicio Penitenciario (Bonaerense), pero no vamos a informar en cuál porque tememos que un grupo comando intente rescatarlos�, le dijo ayer a Página/12 la fiscal Marcela Rodríguez, quien investiga el acopio de armas de guerra con que fueron sorprendidos los delincuentes en una quinta de Moreno. Acercando más aún la pelota al gol que significaría para la Bonaerense haber detenido a los protagonistas de los cuatro casos más sonados de la última época, dos fuentes policiales aseguraron ayer a este diario que en los asaltos de Palomar y General Paz hay testigos que vieron cómo se abría el techo de la famosa camioneta F-100 para dejar al descubierto un hombre manejando una ametralladora antiaérea. 
La fiscal Rodríguez acumulaba ayer una larga lista de pedidos de los tres jueces que investigan los otros asaltos a blindados por los que se sospecha de los cuatro ladrones. Alberto Baños, que investiga el sangriento robo en Aguas Argentinas; el juez en lo criminal Esteban Cicciario, dedicado al asalto del 30 de setiembre en General Paz; y el fiscal Aldo Acosta, abocado al esclarecimiento del intento de robo del 22 de setiembre en El Palomar están ansiosos por conocer los detalles periciales de la causa que lleva Rodríguez. Entre sus pedidos figuran desde las identidades y apodos de los ladrones, las descripciones y registros de todos los autos que se les secuestró, las ubicaciones en la camioneta y el auto que usaron en el golpe de la Boca y los calibres y señas particulares de las armas. 
La imagen que se van ganando Navarro y sus tres compinches, Juan Carlos Veltri, Raúl Alberto Viera y el ex sargento del Ejército Luis Alejandro Olea se sustenta en las dimensiones del arsenal que se les secuestró y en la última fuga de El Narigón. Navarro se escapó del Hospital Manuel Rocca gracias a la ayuda de un grupo de seis ladrones armados. Pero quizás el halo rojo que lo rodea se deba también a que confunden su fuga con la de Roberto Santana Carballo que fue rescatado del Hospital Vélez Sarsfield por el propio Cacho �La Garza� Sosa Aguirre. 

 

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