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ANGEL ROZAS, GOBERNADOR CHAQUEÑO
“No podemos traicionar al pueblo pactando con Menem”

 

Hizo la primera alianza con el Frepaso a nivel provincial y, como radical, admite que su partido no tiene experiencia en coaliciones, �por lo que hace falta mucha tolerancia y flexibilidad�. Le pide a De Santibañes �que reflexione� y se opone totalmenste a un pacto con el menemismo.

Por Eduardo Tagliaferro
Desde Mar del Plata

t.gif (862 bytes)  El gobernador del Chaco, Angel Rozas, uno de los pocos radicales que la semana pasada intermedió entre Carlos Alvarez y Raúl Alfonsín, reconoció en un reportaje a Página/12, luego de la última cumbre de la Unión Industrial realizada en Mar del Plata, que el crecimiento económico y el propio éxito del gobierno de Fernando de la Rúa dependen de la correcta solución de la crisis política de la Alianza. “No puede un hombre como De Santibañes frenar la voluntad aliancista”, dice.
–¿Cómo evalúa la actual crisis que atraviesa la Alianza y por ende el Gobierno?
–Soy optimista, porque creo sinceramente que quienes integramos la Alianza, quienes la hicimos posible, no tenemos otro destino ni otra opción que fortificarla. Debemos ayudar al gobierno de Fernando de la Rúa para que le vaya bien y, cuando digo que le vaya bien, significa que podamos cumplir con las promesas preelectorales. Creo que la Alianza va a superar su problema político, vamos hacia un relanzamiento de la coalición. Sin que esto signifique desautorizar la figura presidencial.
–¿En qué consistiría ese relanzamiento de la Alianza?
–Yo digo que, superados algunos planteos del Frepaso, debemos ampliar la base política de sustentación del gobierno nacional. Se busca darle un fuerte apoyo al presidente De la Rúa, porque los cambios que hay que hacer no son fáciles y no son posibles sin una fuerte vocación política.
–¿Hay una brecha entre las opiniones de los partidos de la Alianza y las decisiones que toma el Gobierno?
–En el año ‘95 junto a Chacho Alvarez formé la primera experiencia aliancista en la Argentina. Desde esa época estoy gobernando en alianza con el Frepaso, sin inconvenientes profundos. Mi pequeña experiencia dice que para que funcione una alianza con un partido como la Unión Cívica Radical, que no ha tenido en su historia una cultura aliancista, tiene que haber mucha comprensión y una alta tolerancia. Si los dirigentes de la Alianza, fundamentalmente los hombres de mi partido, no ponen su esfuerzo en comprender y tolerar a nuestros aliados, no hay Alianza posible. Yo sé que la gente común dice que se dejen de discutir y se ocupen de solucionar los problemas. Comprendo la ansiedad del pueblo, del hombre común, pero respetuosamente quiero decir que para resolver los problemas económicos en este país, la Alianza debe resolver su problema político. No hay posibilidad de crecimiento económico, sin resolución del problema político y esto lo sabe Chacho, lo sabe Alfonsín, lo sabe De la Rúa y todos aquellos que somos aliancistas de verdad. Todos los que pensamos en esta alianza no solamente para vencer al menemismo, sino como un instrumento de cambio real en la Argentina.
–¿Están lejos de dar respuesta a los cuestionamientos que realizó el Frepaso?
–Los interrogantes que Chacho me ha planteado son de público conocimiento. Entre ellos, cuestionó la permanencia de Fernando de Santibañes en el gobierno y algunos aspectos de la política económica. No puede un hombre como De Santibañes frenar la voluntad aliancista que todos nosotros tenemos. Reconozco que hoy se ha convertido en un problema político, pero que se vaya o no se vaya es una decisión del Presidente. Depende de su voluntad. El mismo De Santibañes tendría que evaluar si lo está ayudando a su amigo el Presidente o no y, partir de ahí, con madurez, tendría que tomar una decisión final.
–¿Por qué motivos cree que el Presidente no resuelve el “problema político que significa De Santibañes”, como usted lo caracterizó? –Mucha gente considera que cuando uno produce cambios que son pedidos por la opinión pública se desautoriza la función del gobernante. Creo que es totalmente al revés. Si en el Chaco hago un cambio que la opinión pública me pide, me consolido como un intérprete del verdadero clamor popular. No sé si en la cabeza de algunos amigos del Gobierno no estará rondando esta idea. Si así fuera, se equivocan.
–¿Es probable que De la Rúa concrete algún pacto político con el ex presidente Carlos Menem?
–No veo ninguna posibilidad de acuerdo con el menemismo. Si lo hubiere, sería la muerte de la Alianza. Muchos de nosotros no aceptaríamos este criterio de coalición. Llegamos al gobierno diciéndole al pueblo argentino que éramos la antítesis del pensamiento menemista. No podemos, en función de gobierno, traicionar al pueblo haciendo un acuerdo con Menem.
–Luego de la renuncia de Chacho Alvarez, no sólo se disparó la crisis de la Alianza, sino que también se modificaron los agrupamientos dentro del peronismo. Alvarez habló de una “transversalidad”; usted, de “ampliar la base social”. ¿Cómo puede la Alianza interpretar este todavía embrionario fenómeno de nuevas identificaciones políticas?
–Cuando hablo de agrandar la Alianza, nunca descarto la participación de peronistas. Lo que digo es que los responsables de la corrupción de ayer no pueden ser nuestros socios actuales; esto sí lo tengo claro. No todos los peronistas están comprometidos con la corrupción de los últimos diez años. Por eso no me parece extraño hablar de una transversalidad. Repito, no con las figuras que nos llevaron a este caos.
–¿Qué gestos tendría que realizar la Alianza y el Gobierno para que el escándalo del Senado no quede sin esclarecer?
–Lo peor que le podría pasar a la Alianza es que queden sospechas sobre los probables sobornos en el Senado. Si el tema quedara archivado, tal vez alguno se incline a pensar, bueno terminamos exitosamente este problema. Creo que éste no es el pensamiento de Fernando de la Rúa, porque comprende que cualquier sombra sobre este tema va a ser una pesada herencia para la Alianza.
–¿Qué opinión le merece el probable abandono del bloque aliancista en Diputados, de su coprovinciana Elisa Carrió?
–Me encontré ocasionalmente con ella y me dijo que finalmente no va a participar de un nuevo bloque. Si su ida llegara a concretarse, lo lamento mucho, ya que es una diputada muy capaz e inteligente, más allá de que no comparta muchos de sus procedimientos. Los objetivos finales que ella enarbola los comparto plenamente. Yo le pediría que no renuncie a la Alianza.
–¿Se conformará el comité nacional de la Alianza que propuso Alfonsín?
–Nadie dijo que la iniciativa de Alfonsín no debía ser tenida en cuenta. Hasta el propio Presidente la ha visto con buenos ojos. No descarto que en los próximos días se concrete y que Raúl Alfonsín y Chacho Alvarez son las dos figuras indiscutibles para conducirlo. Pero ésa es una segunda etapa. Primero hay que reforzar y relanzar la Alianza.
–¿De qué manera los partidos pueden recuperar el protagonismo que hoy se les reclama?
–El mundo político tiene que recuperar el valor de la palabra empeñada. Los políticos no podemos especular con que se puede decir cualquier cosa y luego, de la noche a la mañana, incumplirla, como si nada ocurriera. La política ha vuelto a ser el eje central de las discusiones y me parece bien. En ningún lugar del mundo la política es funcional a la economía, sino al revés. No hay crecimiento económico sin un sustento político fuerte.
–¿Qué opinión tiene de la renuncia del vicepresidente Alvarez y cómo la vivió? –Con profundo dolor, porque yo considero que Chacho es un hombre muy valioso, un innovador permanente, un creador, un progresista. De lo que yo he conversado con él me queda en claro que no renunció a la Alianza, lo que dentro de todo para nosotros es un gran aliciente.
–Fue el llamado de atención que necesitaba la Alianza.
–A lo mejor la renuncia de Chacho nos lleve por un camino que era imprescindible. Fortalecer los partidos de la Alianza y ampliar la base de sustentación con la presencia de representantes y dirigentes del interior del país. Desde el ‘97 vengo planteado que hay que incorporar dirigentes del interior a la Mesa de conducción de la Alianza para tener una visión global de la Argentina.
–¿Al Gobierno le falta esa visión global del país?
–No precisamente hay que nacer en el interior para conocer los problemas del interior.

 

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