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LOS BANCOS EXIGIERON TASAS RECORD PARA RENOVARLE DEUDA AL GOBIERNO
El día después, el shock fue para Economía

El Gobierno debió pagar tasas del 14 por ciento para renovar deuda a 31 y 55 meses. Es el nivel más alto de intereses pagado en lo que va del año. �El paquete es muy tibio, Machinea no excita a los inversores�, opinan en Wall Street.

Daniel Marx, secretario de Finanzas, estira la mano para pedir plata. La recibe pero muy cara.

Por Claudio Zlotnik

t.gif (862 bytes) Veinticuatro horas después de lanzar un paquete de medidas tendientes a conseguir un golpe de confianza, José Luis Machinea tuvo su propio shock: ayer pagó las tasas de interés más altas del año en la colocación de Letras y Bonos del Tesoro. El costo que afrontó el Gobierno para refinanciar la deuda resultó del 9,47 por ciento para los títulos a 91 días de plazo; del 13,88 por ciento a 2 años y 7 meses y del 14,1 por ciento a 4 años y 7 meses. Estas tasas, que superan por amplio margen las pagadas hace un mes, reflejan en toda su magnitud la crisis política y el incremento del riesgo-país dada la incertidumbre de los inversores sobre la marcha económica. Volvieron a bajar las acciones y los bonos.
El día había comenzado bien para el equipo económico. A primera hora de la mañana, los títulos públicos arrancaban con una mejora y los funcionarios tenían organizada una conferencia telefónica con inversores y banqueros de Wall Street. En esa charla, de la cual participaron los secretarios de Hacienda y de Finanzas, Mario Vicens y Daniel Marx, y el subsecretario de Financiamiento, Julio Dreizzen, los Machi�s Boys explicaron las medidas lanzadas por el ministro en el Banco Nación, dieron certezas sobre la solvencia fiscal de la Argentina, hablaron de la �reconstrucción� de la Alianza tras la renuncia de Carlos Alvarez y respondieron preguntas de los financistas, la mayoría dirigidas a saber cuándo se saldrá del estancamiento. La exposición de los funcionarios fue apoyada por Internet a través de 20 cuadros explicativos.
�¿Creen que las nuevas medidas ayudarán a cambiar el humor de los mercados y generar confianza en los consumidores? �preguntó, desde Nueva York, un inversor.
�Es el paso que teníamos que dar para lograr esos objetivos, y lo hicimos �respondieron cautelosos desde el Palacio de Hacienda.
Pero el humor cambió en los despachos oficiales a media tarde, cuando se conocieron los resultados de la colocación de títulos de deuda. A pesar de que se presumía un salto de la tasa de interés, en algunos casos hubo sorpresas. Por ejemplo, en la emisión de 250 millones de dólares en Letras del Tesoro a 91 días de plazo, donde el costo trepó al 9,47 por ciento anual, 1,8 punto más caro que el 7,65 por ciento pagado dos semanas atrás, y por encima del 8,87 por ciento del 23 de mayo pasado, que era el nivel record del año. Los analistas de la city habían previsto una tasa del 9 por ciento.
En el caso de los Bonos del Tesoro (Bontes), títulos de mediano, también se detectó un fuerte salto de las tasas. Por la emisión de 200 millones de dólares a un plazo de 2 años y 7 meses, Economía afrontó un costo del 13,88 por ciento anual (2,4 puntos superior al de hace un mes y más caro que el 11,92 por ciento del último 22 de agosto, el record anterior). Lo mismo ocurrió con la colocación del Bonte con vencimiento en el 2005. Los inversores reclamaron una tasa del 14,09 por ciento anual, dos puntos más que un mes atrás y 1,6 punto más que el máximo nivel del año (12,48 por ciento, también en la tercera semana de agosto). La demanda de bonos por parte de los bancos trepó a 2235 millones, casi cuadruplicando la oferta.
La noticia de que el Palacio de Hacienda convalidó un fuerte aumento de las tasas, que sirven como referencia para el resto de la economía, derrumbó los títulos públicos, que hasta ese momento mostraban alzas. Los Globales cayeron hasta 1,3 por ciento y los Brady perdieron un 1 por ciento en promedio. Incluso, el Bonte 2005, que los bancos compraron a 92,50 pesos en la licitación, una hora más tarde �al cierre de la rueda� había caído a 90,75 pesos. En tanto, el índice de acciones líderes MerVal perdió apenas el 0,2 por ciento, pero sostenido principalmente por la evolución de papeles de empresas extranjeras (Telefónica de España y Santander, que avanzaron 4,7 y 2,1 por ciento respectivamente), mientras que las principales acciones argentinas del panel tuvieron bajas importantes: Pérez Companc 4,2 y Telecom 3,5 por ciento. 
Miguel Bein, secretario de Programación Económica, desdramatizó la situación y negó que la suba de las tasas se relacione con las medidas tomadas por Machinea. �Estamos en una coyuntura muy especial, parecida a la de la crisis de Rusia, donde los inversores no quieren arriesgar y se vuelcan a bonos de naciones más estables�, apuntó. A su vez, Vicens señaló que �todavía hay signos evidentes de la crisis política�. 
�¿Los inversores le dieron la espalda al nuevo paquete de medidas? �preguntó Página/12 a Juan Arranz, economista jefe del Banco Río.
�No. Los anuncios fueron muy buenos, pero no hay medidas mágicas que tengan efectos en el corto plazo.
No obstante, desde Wall Street, en diálogo con este diario, el director de un banco de inversión de primera línea fue tajante respecto del impacto que las medidas tendrán entre los inversores. �Si bien el equipo económico dio señales de que no quiere seguir con el piloto automático, lo cierto es que el paquete es muy tibio, no tiene audacia. Así, Machinea no va a atraer a los inversores internacionales. No los excita�, opinó el banquero.

 


 

PRIVATIZACION DE AFJP NACION
Ya empieza la polémica

El proyecto de privatización del 50 por ciento de la AFJP Nación y de las compañías de seguros vinculadas anticipa un arduo debate en el Congreso. La mayoría del bloque justicialista anticipó ayer su �total rechazo� a la intención de Economía, mientras que en la Alianza las opiniones están divididas. 
La diputada María América González, presidenta de la Comisión de Previsión, señaló a Página/12 que �en principio estoy en contra del proyecto. Veo muy difícil que me puedan convencer de votarlo�. Por el contrario, el diputado José Dumón, otro de los referentes de la bancada oficialista en los temas previsionales, le dijo a este diario que �me parece correcto el proyecto de Economía, porque el ingreso de capitales privados le permitirá a la entidad expandir sus operaciones�.
José Luis Machinea señaló ayer que �por el momento no hay novedad, pero es un tema para trabajar de aquí en más, una vez tomada la decisión política de hacerlo�. Esa postura pareció más flexible que la que había sostenido el lunes, cuando puso como condición a la baja de impuestos para fomentar las inversiones la aprobación en el Congreso de la venta de la entidad previsional. Por su parte, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, indicó que se trata de �una operación muy parecida a la del Banco de la Provincia de Buenos Aires con su grupo previsional�, asociado con el banco Santander-Central Hispano en la AFJP Orígenes y en otras empresas vinculadas. 
�Pablo Gerchunoff (jefe de asesores de Machinea) nos dijo que la AFJP Nación iba a actuar como entidad testigo en los precios de las comisiones. Ahora parece que se olvidó de esa promesa�, se quejó María América González. �La creación de la AFJP Nación costó mucho trabajo, tiene que seguir existiendo tal como está y que el ahorro se encuentre por otro lado�, añadió.

 

 

opinion
Por Julio Nudler

Una vela a cada santo

En los anuncios de Machinea hay medidas que sólo parecen pretender que no se piense que la nueva actitud proinversora lo desvió de la ortodoxia. 

Provocar inversiones mediante rebajas impositivas no es sencillo, porque el régimen tributario no suele figurar entre las motivaciones decisivas que mueven a los inversores. Por algo los paraísos fiscales no se han convertido en polos productivos. La cuestión a responder, tras las medidas lanzadas anteayer por José Luis Machinea, es si el tratamiento impositivo explica la brusca caída de la inversión en los últimos dos años, o fueron otros los factores que gravitaron. Tal vez se descubra que se invierte poco porque en una economía en recesión, con redistribución regresiva del ingreso y una moneda sobrevaluada, que se ha seguido revaluando al compás del dólar, no hay demasiadas oportunidades vacantes para desarrollar negocios rentables. 
El equipo económico está poniendo ahora en juego, dentro de las enormes limitaciones de la realidad, las pocas herramientas que tiene. Aunque se le reproche timidez o falta de arrojo en el diseño de los estímulos, es cierto que los mercados financieros mantienen su amenaza latente sobre cualquier medida fiscal medianamente audaz. El paquetito anunciado en la antevíspera pretende servirle de vaselina a la sanción parlamentaria del proyecto de Presupuesto 2001 sin modificaciones sustanciales, y representa, por tanto, una pequeña dosis de osadía dentro de un esquema sumamente ortodoxo, que apunta hacia la eliminación del déficit dos años más tarde. 
De todas formas, si la Argentina no despega rápida y abruptamente del estado recesivo, los números estimados por Economía para el 2001 se reducirán a meros dibujos. Como queda claro, Machinea es el prisionero de una ecuación con la que se viene peleando desde que asumió su trabajo: por cuidar el equilibrio fiscal sacrifica el crecimiento, y sin éste tampoco le cierran los números. Ahora corre el peligro de quedar atrapado en otra contradicción: quiere incentivar fiscalmente la inversión para que ésta genere crecimiento, pero quizás esté poniendo el carro delante del caballo. La manera más sencilla de generar inversiones es un mercado que crece, un Mercosur que se consolida y un tipo de cambio que facilite la competitividad. 
No es que Machinea no lo sepa, pero son variables que no maneja. La paridad cambiaria está congelada por la convertibilidad, y la relación entre el dólar y otras monedas clave, como el euro, el yen o el real, es un dato exógeno para el país. También lo son otros factores determinantes, como el precio mundial de las commodities (materias primas e insumos), el nivel de las tasas de interés e, incluso, el riesgo país, que no sólo depende de lo bien o mal que se porte la Argentina. De hecho, el contexto internacional adverso, que astilló las esperanzas con que este equipo económico invadió los despachos en diciembre de 1999, seguirá igual o cambiará por la acción de variables que el país no puede controlar. Ni siquiera puede trazarse un pronóstico confiable sobre su evolución futura. 
Puestas sobre el actual telón de fondo, las medidas del lunes son apenas una cosquilla en el cuero de la recesión, pero al menos tiran una nueva señal de interés por la economía real, que viene a sumarse a otras anteriores, como el plan de infraestructura y el desbloqueo de proyectos de inversión trabados. Paso a paso, Economía fue dejando atrás el fiscalismo a ultranza, basado en un equívoco: que la dupla Menem/Fernández le legó al binomio De la Rúa/Machinea un déficit fiscal disparatado. La verdad es que la herencia también incluía otros problemas tan graves como ése: la deuda, el déficit en la cuenta corriente externa, el desempleo, la desarticulación productiva, la comoditización y la regresión social. Tal vez fuera imposible hallar una política económica que los contemplara a todos, pero la elegida de ajuste fiscal agravó varios de esos males.
La inversión directa tiende a preferir los países que, como Brasil, defienden persistentemente su producción, dentro de una apertura razonable. El gobierno delarruista insinúa ahora esta actitud, pero lefalta mucho para generarse esa imagen, y le faltará más todavía si sigue adorando a más de un dios al mismo tiempo. Incluso en los anuncios de anteayer se filtraron medidas �vender la AFJP Nación o excluir a las acciones del patrimonio gravado por el impuesto a la riqueza, por ejemplo� que corresponden a una religión diferente, proestablishment. Parecen incluidas para que nadie crea que la actitud proinversora encubre una posición antimercado. Machinea prefiere prenderle una vela a cada santo.

 

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