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La ciudad estrena un río de 15
kilómetros de largo bajo tierra

Un túnel que une Saavedra con Morón, y que será inaugurado el lunes, llevará agua potable al conurbano. Está a 35 metros de profundidad y fue construido sin romper nada en la superficie.

La excavación y la construcción del túnel demandaron dos años y 120 millones de dólares.

Por Eduardo Videla

t.gif (862 bytes) Un nuevo río circulará a partir del lunes entre la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, una suerte de afluente del Plata, pero al revés. Se trata del río subterráneo que llevará agua potable a unos 600 mil habitantes del conurbano y que, a partir de marzo, se extenderá a otros cuatro distritos. El tendido serpenteará con un caudal de 10.000 litros por segundo, a lo largo de 15,3 kilómetros, a 35 metros de profundidad, desde el barrio porteño de Saavedra, para desembocar en dos bombas elevadoras en los partidos de Tres de Febrero y Morón. La obra, realizada por Aguas Argentinas, costó 120 millones de dólares y, por primera vez en el país, no obligó a romper calles ni veredas: la excavación la realizaron dos tuneleras, con una tecnología similar a la utilizada para construir el viaducto bajo el Canal de la Mancha.
El lunes, en rigor, se inaugura la mitad de la obra, hasta Tres de Febrero, con una extensión de 7,8 kilómetros. El beneficio es para los habitantes de Caseros, Santos Lugares, Ciudadela, Sáenz Peña, José Ingenieros y Reconquista. Aunque el conducto hasta Morón ya está terminado, no se habilitará hasta que se termine la estación elevadora en esa localidad.
El río, al que nadie aún le puso nombre, es un túnel de 3,5 metros de diámetro, revestido en todo su interior por placas curvas de hormigón premoldeado, denominadas tobelas, que están aferradas a la tierra con bulones, con juntas de neoprene, un material aislante.
El agua que circulará por este túnel proviene, en rigor, del Río de la Plata, previo tratamiento en la planta potabilizadora General San Martín, la misma que fue escenario del cruento asalto a un blindado, hace veintitrés días. Desde allí, el líquido viene por un río subterráneo ya existente, hasta la estación elevadora del barrio de Saavedra, donde nace la nueva obra. 
El flamante río corre bajo las calles Iberá y Albarellos, hasta la General Paz, por donde recorre 4,2 kilómetros; entra a Tres de Febrero por la avenida Marcelo T. de Alvear, hasta el Hospital Posadas, en Haedo, y luego transita bajo el Acceso Oeste, para terminar su recorrido en un predio de la Base Aérea de El Palomar.
Los beneficiarios del nuevo río recibían hasta ahora agua proveniente del acuífero Puelche, extraída por bombas, que ahora serán cerradas, y de un antiguo río subterráneo que llega hasta La Matanza. Según Aguas Argentinas, el fluido llega hasta las viviendas con baja presión. Y como las bombas funcionan con energía eléctrica, el suministro suele interrumpirse ante un apagón.
Según fuentes de la empresa, la centralización del suministro en una planta potabilizadora �contribuye a garantizar un control permanente de la calidad del agua distribuida�. El cierre de pozos fue cuestionado por vecinos y autoridades de Lomas de Zamora, que atribuyeron a esa causa el ascenso de napas que inundaron sótanos de casas y edificios en ese distrito, algo que es descartado por la empresa. 
No será el primer río que circula bajo los pies de porteños y bonaerenses. La red de agua potable cuenta con 70 kilómetros de cañerías subterráneas, construidas entre 1953 y 1983. Pero sí es la primera realizada con tecnología de última generación: una suerte de torpedo de unos tres metros de diámetro (ver foto), con una cabeza de corte equipada con dientes, que gira sobre su eje, extrae la tierra y la traslada a través de un tornillo sinfín a una hilera de vagones que llevan la tierra a la superficie.
La tunelera, manejada por un operario, dibujó su trayectoria con la ayuda de una guía láser. Trabajó durante dos años, a razón de seis días por semana, y jornadas de 24 horas. Avanzó a un promedio de 1,20 metro por hora, lo que permitió cavar unos 600 metros por mes. 
La estación de bombeo de Morón, se estima, estará habilitada en marzo. Entonces, el suministro alcanzará a los partidos de Morón, Ituzaingó yHurlingham. La obra se inscribe en un proyecto integral denominado Sistema Oeste, que incluye el tendido de caños maestros y red domiciliaria con una inversión total de 300 millones, financiados en parte por un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo que había sido concedido a la ex Obras Sanitarias de la Nación.
Para extender el suministro de agua desde su planta de Palermo, Aguas Argentinas tuvo que ampliar la capacidad de producción de 3 a 3,5 millones de metros cúbicos diarios, aseguraron fuentes de la empresa.

 


 

CUATRO ADOLESCENTES DETENIDOS POR VANDALISMO
Saqueo con esvásticas en una escuela

Cuatro adolescentes fueron detenidos ayer a la madrugada por la Policía Bonaerense acusados de haber saqueado y destrozado una escuela primaria en San Francisco Solano, en Quilmes, al sur del conurbano, donde además pintaron en las paredes y pisos leyendas alegóricas al nazismo y cruces esvásticas.
Los cuatro chicos, dos de 17 años, uno de 14 y otro de 16, habían irrumpido en la madrugada del domingo a la escuela EGB Nº 11, en la calle 835 y 895, y literalmente saquearon todo objeto transportable. Antes de retirarse, pintaron con aerosol cruces gamadas y esvásticas, además de leyendas alusivas al régimen nazi.
Agentes de la comisaría 4ª de Quilmes y de la Delegación de Investigaciones, con una orden del juez de Menores de esa localidad, Pedro Entío, allanaron ayer a la madrugada cuatro casas ubicadas a pocos metros de la escuela. Fue un operativo relámpago: los policías lograron apresar a los cuatro jóvenes e incautaron además en una de las viviendas una gran parte del botín robado en la escuela.
Un jefe policial que participó en la investigación del hecho contó que los adolescentes �con pasmosa tranquilidad, se apoderaron de una docena de pelotas de fútbol, remeras con la incripción de la escuela Nº 11, una fotocopiadora, un equipo de música con dos pesados baffles, tres pasacasetes, radios portátiles, una red de vóleibol, varias calculadoras y hasta un ventilador de techo�. Los chicos ladrones saquearon también un quiosco ubicado dentro de la escuela, al que prácticamente lo dejaron vacío: se llevaron latas de galletitas, cigarrillos y bebidas gaseosas. Al retirarse, destrozaron puertas, vidrios, pizarrones y muebles en general. Las clases debieron ser suspendidas.
En la casa del chico de 14 años �según la policía, alumno de la propia escuela�, los policías incautaron gran parte del botín obtenido en el colegio, así como también aerosoles con pintura de color negro, presuntamente utilizados en el saqueo.

 

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