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FUJIMORI GOBIERNA DE NUEVO EN TANDEM CON EL EX ESPIA MONTESINOS
Volver a empezar la fujicracia

Todo indica que el gobierno de Alberto Fujimori gestionó el regreso a Perú del lunes del ex jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos. Y el presidente peruano proclamó: �Yo ejerzo el control supremo 
de las FF.AA.�. 

La sede limeña del Servicio de Inteligencia. Aquí Montesinos pasó la noche del lunes con Fujimori.

Por Francesc Relea
Desde Lima

t.gif (862 bytes) Hoy nadie alberga ninguna duda de que el presidente Alberto Fujimori compartió, como en los viejos tiempos, la velada nocturna del lunes con su asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos. Así terminó una jornada cargada de tensión que comenzó con el aterrizaje en suelo peruano del avión que trasladó desde Panamá al hombre más odiado en Perú. A medida que pasaron las horas fueron despejándose las dudas. La salida del ex asesor de Panamá y su llegada a Perú no fue una acción solitaria y desesperada, ni tomó por sorpresa a nadie del gobierno en Lima. Fujimori, que ya el pasado 11 de octubre había reconocido que mantenía contacto telefónico con Montesinos, dio a sabiendas luz verde al regreso del siniestro personaje.
�Yo ejerzo el total control como jefe supremo de las Fuerzas Armadas�, aseguraba Fujimori después de recorrer las principales instalaciones de la Segunda Región Militar, que comanda el general Luis Cubas Portal, cuñado de Montesinos. Los hechos de las últimas horas desmienten las palabras del presidente y revelan lo que el silencio gubernamental calla. ¿Quién manda actualmente en Perú? Acompañado del presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general José Villanueva Ruesta, de los ministros de Defensa e Interior (ambos militares), de los seis edecanes de las distintas fuerzas armadas y de un amplio despliegue de seguridad, el jefe de Estado visitó, entre otras, las dependencias de la División de Fuerzas Especiales (DIFE), el SIN, el Batallón de Comandos y la Escuela Militar. Las cámaras captaron a un ajetreado Fujimori dando instrucciones, tomando notas y hablando por teléfono rodeado de uniformados. 
¿Qué tranquilidad transmitió un presidente que asegura que manda sobre los militares mientras va de un cuartel a otro poco menos que como una marioneta? ¿Cómo evitar la proliferación de sospechas después de pasar la noche entera en la sede del Servicio de Inteligencia, que oficialmente ha sido desactivado? Hasta el momento ningún portavoz oficial ha dado respuesta alguna a estas preguntas ni a los motivos que han llevado de regreso a Perú al controvertido Montesinos. Pero el presidente había encargado al ministro de Defensa, general Carlos Bergamino Cruz, la coordinación con las Fuerzas Armadas para facilitar el viaje de regreso de Montesinos. Según reveló una investigación del diario La República, para cumplir su cometido el ministro utilizó un teléfono celular que está asignado a la Comandancia General de la Fuerza Aérea, desde cuyas instalaciones se mantuvo en contacto permanente con Montesinos hasta que su avión aterrizó en la base de Pisco. Allí se trasladó el ministro Bergamino para dar la bienvenida al ex jefe del SIN garantizándole su seguridad y preparar su desplazamiento hasta Lima, a unos 250 kilómetros. Fujimori dijo a sus ministros que se enteró del viaje de su asesor cuando éste abandonó Panamá. 
La vuelta de Montesinos ha desmentido aquellas versiones que insinuaban que su ruptura con el presidente era definitiva. En su primera comparecencia ante los periodistas, el primer mandatario evitó toda crítica, por velada que fuera, a su brazo derecho, y llegó a justificar el regreso a Perú debido a la difícil situación que vivía en Panamá. Por el contrario, Fujimori fue contundente con el primer vicepresidente Francisco Tudela, que ha presentado la dimisión, a quien trató de cobarde ��cuando las papas queman hay que dar la cara�, vino a decir�. El presidente se autocitó como ejemplo de valentía y de mantenerse en su puesto cuando se produjo el asalto a la embajada japonesa por un grupo guerrillero del MRTA en diciembre de 1996, pero olvidó que en noviembre de 1992, cuando un grupo de militares constitucionalistas trató de levantarse contra el autogolpe de abril del mismo año, Fujimori se refugió en la embajada de Japón. 
Por la tarde, Fujimori inició un vuelo con rumbo desconocido desde el aeropuerto militar de Lima. Llegó sorpresivamente a la terminal aérea, tras salir de Palacio por la puerta trasera, y emprendió el viaje junto alpresidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general José Villanueva Ruesta, del comandante de la Fuerza Aérea, general Elesván Bello, y del ministro del Interior, general Walter Chacón Málaga. Las primeras especulaciones apuntan a que el presidente, que desde ayer se ha dedicado a recorrer instalaciones militares, vaya a hacer igual en provincia. Todos los rumores apuntan a que el grupo se dirigiría a alguna localidad del norte del país. Salvo un breve contacto con reporteros, Fujimori se ha abstenido de hacer declaraciones desde que la crisis política se agravara con el exitoso regreso al país de Montesinos.

 

 

Claves

El regreso de Vladimiro Montesinos a Perú termina de poner en cuestión la totalidad del proceso de transición hacia elecciones libres.
La operación habría sido imposible sin el apoyo de los altos mandos militares, todos los cuales responden al ex jefe de Inteligencia.
El hecho produjo la renuncia del vicepresidente Francisco Tudela, hasta anteayer delfín de Alberto Fujimori, lo que indica que se están abriendo grietas en el fujimorismo y, tal vez, que el presidente es un rehén de los militares y de su antiguo asesor.
Fujimori pasó la noche del lunes al martes con Montesinos en el Servicio de Inteligencia, cuyo �desmantelamiento� resultó un fraude.

 

 

EL SERVICIO DE INTELIGENCIA SOLO CAMBIO DE LUGAR
La sala de torturas se mudó a Cañete

Por Laura Puertas
Desde Lima

Las cosas están cada vez más claras. El Servicio de Inteligencia sigue funcionando: mantiene su infraestructura y equipo. Y, desde el lunes, tiene de vuelta a su entrenador. El regreso de Montesinos, bajo el amparo del gobierno del presidente peruano Alberto Fujimori, ha originado que el delegado civil Marcial Rubio no participe en desactivar el Servicio de Inteligencia peruano. 
A sólo 48 horas de haber sido nombrado, Rubio, en una carta dirigida a Federico Salas, primer ministro y jefe de la comisión desactivadora del SIN, expresó que la llegada del controvertido asesor supone una decisión política de tolerancia por parte del gobierno y resulta contradictorio con la decisión de �extinguir el funcionamiento del Servicio de Inteligencia Nacional�, indicó. Lo único que parece haber cambiado en el Servicio de Inteligencia es el local. La semana pasada, el primer ministro Federico Salas organizó para la prensa dos visitas guiadas por las viejas instalaciones de los servicios secretos peruanos. El objetivo era demostrar que el SIN ya no funcionaba, por lo menos en su local original. 
Pero Salas fue más allá. Durante la visita, Salas declaró que se podía comprobar que en el SIN no existían túneles �porque así se lo habían dicho, sostuvo sin mencionar quién ni basándose en qué pruebas� ni sótanos de torturas. Así de simple. Así de burdo. De acuerdo al diario peruano Liberación, la nueva sede está situada en la provincia sureña de Cañete, a 150 kilómetros al sur de Lima. Desde hace diez meses �sostiene el diario� se inició la construcción del nuevo edificio que cuenta con tres sótanos y gran seguridad. Para ingresar, es necesario hacerlo a través de otra base militar o por aire. Hasta allí han sido trasladados todos los equipos, archivos, videoteca y, eventualmente, el personal que se encontraba en la antigua sede, la de la base de Las Palmas, en el distrito limeño de Chorrillos.

 


 

EL RASPUTIN PERUANO ENTREVISTADO POR LA PRENSA
�No he vuelto para dar un golpe�

Vladimiro Montesinos, el monje negro del fujimorismo, concedió ayer una entrevista inédita a la emisora Radioprogramas del Perú. Estos son sus tramos salientes.
�¿Por qué se fue del país?
�Decidí salir del país porque mi presencia era un motivo de conflicto para la desactivación del Servicio de Inteligencia Nacional donde presté servicios como asesor de la alta dirección. En esos momentos consideraba que mi permanencia podía ser un obstáculo y con esa medida dejaba en total libertad a quienes estuvieran a cargo de dicha desactivación. Pero mi vida, y mi seguridad personal, corrían un grave peligro frente a Sendero Luminoso y al MRTA. 
�¿Por qué regresó?
�Al haberse vencido los treinta días de permanencia que la ley me permitía y sabiendo que varios grupos de Sendero Luminoso, del MRTA y del narcotráfico estaban llegando para atentar contra mi vida es que decidí regresar a mi patria. Ese ha sido el motivo por el que he regresado, y no como se viene diciendo que vuelvo para atentar contra la democracia o la estabilización del país. Eso está muy lejos de mi memoria (sic). Espero que mi presencia no altere el proceso de diálogo que soy el principal interesado en que se fortalezca y que continúe. Menos que se altere el cronograma electoral que se ha establecido por las partes con la presencia de la OEA. 
�¿Qué hay de su participación en acciones tan cuestionadas como las torturas a Leonor Berreto, las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos?
�Yo no tengo nada que hacer con los lamentables sucesos de La Cantuta, con los lamentables sucesos de Barrios Altos ni con los lamentables sucesos en contra de la señora Leonor La Rosa. Para su conocimiento, y el de los radiooyentes, yo fui procesado por lo sucedido en La Cantuta, al igual que el general Hermoza Ríos y a los dos la justicia militar �que fue la competente por mandato de la Corte Suprema de la república�, nos sobreseyó en el caso. En lo que se refiere a la señora Leonor La Rosa, quiero precisarle que ella sufrió los lamentables sucesos que conocemos en las instalaciones del Servicio de Inteligencia del Ejército, y no en los locales del Servicio de Inteligencia Nacional. Los responsables de esos hechos fueron procesados y hoy cumplen condena. Quiero decirle que yo como hombre de leyes siempre apuesto por la vida y nunca he apostado por la muerte. Y le voy a contar una anécdota. Al señor Abimael Guzmán lo iban a fusilar. Luego de su captura en setiembre de 1991 yo hablé con el presidente Fujimori y le dije que no me parecía conveniente que se procediera a la ejecución de esa persona porque consideraba que la vida no se puede quitar por obra de los hombres. La vida solamente corresponde a Dios quitarla a los seres humanos cuando así lo determina el Señor. 
�¿Desea agregar algo frente a la situación política del país?
�Espero de todo corazón que el Perú, nuestro querido Perú, continúe por la senda que se ha trazado y que todos los peruanos, sin distinciones de credo ni posición política logremos vivir en paz. Ese es mi anhelo y a eso me voy a dedicar, a vivir en paz y alejarme de la política y a estar alejado de toda actividad pública. Mi objetivo ahora es exclusivamente dedicarme a mi profesión de abogado.

 

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