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“FELICIDADES” FUE ELEGIDA PARA IR EN BUSCA DEL OSCAR
Una tarde llena de sorpresas

Contra todos los rumores, el film de Lucho Bender fue votado para pelear por un lugar en Hollywood. �Plata quemada�, al Goya español.

Pablo Cedrón en uno de los pasajes más logrados de “Felicidades”. Alfredo Casero es una de las muchas figuras que integran el elenco.

Por Luciano Monteagudo

t.gif (862 bytes)  Fue una tarde de sorpresas para el cine argentino. Se suponía que el anuncio iba a ser recién el miércoles, pero ayer mismo el director del INCAA, José Miguel Onaindia, se apuró a llamar a conferencia de prensa para informar sobre la película que representará a la Argentina en la preselección del Oscar de la Academia de Hollywood al mejor film extranjero. Contra todos los rumores previos, que hablaban de Nueve reinas, de Plata quemada e incluso de Nueces para el amor, el film elegido fue Felicidades, la ópera prima de Lucho Bender protagonizada por Pablo Cedrón, Gastón Pauls, Alfredo Casero y la española Silke, entre un numeroso elenco. “¡Qué puedo decir! Estoy feliz”, señaló ayer Bender a Página/12. “La verdad, mis expectativas eran casi nulas, porque en las notas previas que se publicaban en los diarios Felicidades ni siquiera era mencionada. Si la elección es justa, eso lo dirán los críticos. Yo estoy convencido de que en estos casos habla tanto la calidad de la película como la calidad del jurado.”
El jurado fue otra de las novedades de la agitada tarde de ayer. Históricamente, y hasta el año pasado, la elección de la película argentina que era enviada a Hollywood salía de una votación que se hacía entre las diferentes entidades vinculadas al sector cinematográfico (directores, actores, técnicos, productores, cronistas). Pero este procedimiento, permeable a intereses corporativos, llegó al colmo del escándalo durante la administración de Julio Mahárbiz en el INCAA, particularmente en 1999, cuando fue elegido el dibujo animado Manuelita, de García Ferré Entertainment. “El sistema anterior generó tantas críticas que preferí integrar un jurado”, explicó Onaindia, aclarando que se había regido por las diversas posibilidades que brinda el artículo 2 del reglamento de la Academia de Hollywood.
Para el caso, el jurado también fue toda una incógnita hasta ayer mismo, como una forma de evitar presiones y filtraciones. Los convocados fueron Graciela Borges, Sergio Renán, Aída Bortnik, el crítico Adolfo Martínez y el escenógrafo Emilio Basaldúa, quienes –aclaró Onaindia– eligieron Felicidades “por mayoría, no por unanimidad”. Ante la requisitoria de la prensa, el director del INCAA debió aclarar que la otra película que llegó a las discusiones finales fue Nueve reinas, de Fabián Bielinsky, el gran éxito de la temporada, que sonaba en todos los pasillos como firme candidata.
De hecho, el film protagonizado por Ricardo Darín y Gastón Pauls también quedó afuera de los Premios Goya, de la Academia Española de Cine, para los cuales fue elegida Plata quemada, de Marcelo Piñeyro. Tampoco estaba previsto que este anuncio se hiciera ayer, pero Onaindia decidió matar dos pájaros de un tiro y lo dio a conocer en una información conjunta, aclarando en este caso que el jurado estuvo integrado –tal como piden los reglamentos del Goya– por un representante de cada rubro artístico y técnico: Rita Cortese (por los actores), Alberto Gianino (músicos), Gabriel Arbós (directores), Marcelo Céspedes (productores) y Oscar Tavernisi (guionistas). Tampoco ellos votaron por unanimidad y, en este caso, la película que le disputó el primer lugar a la de Piñeyro fue... Felicidades.
“Ojalá que toda esta atención que está teniendo la película sirva para encontrar acá en Argentina 100.000 curiosos”, fantaseaba ayer Bender, quien reconocía que, a pesar de la buena carrera internacional de su Felicidades –que fue muy bien recibida en los festivales de Venecia y Montreal– no tuvo aquí la repercusión de público necesaria para recuperar la inversión: en este momento sólo se encuentra en cartel en el Complejo Tita Merello. Las expectativas con respecto al Oscar también deberían ser, en principio, acotadas. Lo que le permite haber ganado esta elección a Felicidades –un film de historias cruzadas en una noche de Navidad, un poco a la manera de Ciudadde ángeles, de Robert Altman o Magnolia, de Paul Thomas Anderson– es participar de la preselección que realiza un comité de la Academia de Hollywood entre cincuenta títulos de otros tantos países. De allí saldrán, a mediados de febrero, las cinco candidatas a competir por esa estatuilla dorada, hecha de la materia con que se esculpen los sueños.


HABLA PABLO CEDRON, PROTAGONISTA Y COGUIONISTA
“Estamos afinando la puntería”

“¿En serio?”, pregunta Pablo Cedrón a Página/12, cuando se le comunica que Felicidades, la película de la que es coguionista y uno de los actores protagónicos, es la candidata argentina para el Oscar. Cedrón no habla desde la pose: “Pensé que era un dato equivocado, no esperaba la nominación”, asegura. Pasada la sorpresa, explica: “Soy consciente de que Felicidades es una película bastante particular dentro de nuestro cine, por la temática que aborda y por el modo de contar las historias, que no son grandes conflictos sino historias cotidianas, nacidas de lo que yo conozco, de lo que viví. No soy una persona optimista, el libro original era mucho más negro y la película tiene una mirada menos devastadora. Pero mantiene el tono realista que me interesaba transmitir”. Puesto a analizar los logros del film, Cedrón considera tres elementos: el nivel actoral (“Cacho Castaña, Alfredo Casero, Gastón Pauls”, señala), los rubros técnicos (fotografía, escenografía, vestuario) y las pequeñas historias nutridas de diálogos creíbles. “Por lo menos a eso aposté cuando la escribí. Y a mantener el humor, la ironía y el sarcasmo que tiene la vida”, agrega.
Felicidades es su primer libro cinematográfico. Lo escribió durante tres meses, a pedido del director Lucho Bender, quien sólo conocía los sketches que Cedrón escribía en TV para “Cha Cha Cha”. “El insistió, yo no quería hacerlo porque no soy guionista, sólo puedo hablar de lo que conozco en profundidad. Y creo que puede tener tanta profundidad la calavera de Hamlet como una porción de pizza, depende de su contexto”, sostiene. De ahí que la idea original del guión surge de una historia real, “algo que me había sucedido cuando un paralítico me paró por la calle mientras yo hablaba con una chica”, cuenta sobre el segmento que él mismo interpreta en Felicidades. El ofrecimiento llegó cuando ya estaba en marcha la producción: “No lo escribí para mí”, advierte. Luego de tres meses de trabajo en las historias, los diálogos, el perfil de los personajes, se sumaron al trabajo el propio Bender y Pedro Loeb. Hoy, con la nominación lograda, sugiere: “Me parece algo soñado, y más allá de que nos toca a nosotros la suerte de ir al Oscar, lo importante es que en el cine hay un aire nuevo, estamos afinando la puntería”.

 

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