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EL PRESIDENTE DICTO UN DECRETO SOBRE LOS ATACANTES DE TABLADA
Ahora la Corte tiene la palabra

De la Rúa instruyó al procurador del Tesoro para que interpusiera un recurso tendiente a que la Corte habilite la doble instancia exigida por los tratados internacionales. Quiere que la Justicia resuelva. Los presos, disconformes, seguirán ayunando.

Jorge de la Rúa, ministro de Justicia, hermano del Presidente. Enojado.

Por Irina Hauser

El Gobierno resolvió dejar en manos de la Corte Suprema la decisión que podría marcar el destino de los presos por el copamiento del cuartel de La Tablada, que mantienen una huelga de hambre desde hace 96 días. Mediante un decreto, el presidente Fernando de la Rúa instruyó al procurador del Tesoro, Ernesto Marcer, para que interpusiera un recurso destinado a que el alto tribunal disponga la revisión de las condenas. Esta iniciativa fue fruto del fracaso de las gestiones con el justicialismo para que se pudiera tratar en la Cámara de Diputados la reforma legal necesaria para habilitar una segunda instancia. Los presos, que permanecen internados, no están dispuestos a levantar su medida. Siguen sosteniendo que, aun así, el Gobierno sigue incumpliendo las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Enfadado, el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa, denunció que el PJ violó el “acuerdo político” cuya gestión estuvo en buena medida en manos de su segundo, Melchor Cruchaga. “Ante las dificultades políticas, que llegan al límite de la irracionalidad puesto que han querido privar al Congreso de expresarse en la reforma de la Ley de Defensa de la Democracia, el Ejecutivo elige el camino de recurrir a la Corte para cumplir con la CIDH”, dijo el viceministro a Página/12. “Lo que pasó en Diputados fue una extorsión política cuando había que tratar el presupuesto”, remató.
Los acusados por el ataque a La Tablada fueron enjuiciados en 1989 bajo la Ley de Defensa de la Democracia, que impide la doble instancia de apelación. Sólo el líder del MTP, Enrique Gorriarán Merlo, y su mujer, Ana Sívori, que fueron juzgados en 1997 después de estar prófugos, tuvieron revisión de condenas concedidas por la Corte. El 23 de noviembre de este año la Sala II de la Cámara de Casación Penal rechazó el planteo de los presos para que se reconsideraran sus condenas. Argumentó que no hay ley que faculte a conceder esa instancia.
El decreto que firmó ayer el Presidente recuerda que la Convención Americana de Derechos Humanos, de jerarquía constitucional, incluye el derecho a “recurrir el fallo ante el juez o tribunal superior”. Y subraya la intención oficial de cumplir con la recomendación internacional de hacer efectivas las disposiciones de la Convención. Debido a que los propios presos no se presentaron, el Estado se constituirá en parte del asunto a través de Marcer, quien el lunes suscribirá el recurso judicial correspondiente. Hará un pedido de revisión ante Casación para que resuelva la Corte Suprema. Si los camaristas lo rechazan, irá con un recurso de queja directamente ante los supremos.
El objetivo político del Gobierno es que la Corte revoque la reciente decisión de Casación y establezca la revisión. Hasta la semana pasada el Ejecutivo analizaba la chance de firmar un decreto de necesidad y urgencia para habilitar la doble instancia sin vueltas. Pero resultó una salida controvertida que cuestionó públicamente la propia subsecretaria de Derechos Humanos, Diana Conti, argumentando “que los decretos de necesidad y urgencia en materia penal están prohibidos por la Constitución”. De todos modos, aclaró que “ese decreto sigue en estudio”.
El abogado de los presos, Rodolfo Yanzón, se mostró molesto con la iniciativa gubernamental. “El Presidente pretende hacer una presentación judicial, cuando no tiene mandato para eso sino para otras cosas que no hizo, atado por las presiones militares. Se olvida que los presos tienen abogado. Es muy poco serio”, dijo. Y reiteró que, a su entender, las recomendaciones de la CIDH trascienden la revisión de las penas. “Indulto o conmutación de penas, eso es lo que reclamamos”, añadió Adrián Wittenberg, vocero de los detenidos.
En la Corte el panorama aún es incierto. Un vocero del tribunal señaló que los ministros Julio Nazareno, Eduardo Moliné O’Connor, Adolfo Vázquez y Augusto Belluscio no estarían de acuerdo con una presentación que no sea ciento por ciento ortodoxa. Podrían opinar que los presos debieron haberapelado y no el Estado. Otro vocero recordó que los supremos, en casos de envergadura como el recorte salarial, vienen firmando fallos oficialistas. En ese sentido una mayoría de los jueces podrían reflotar jurisprudencia que permite reconocer al Estado como parte en casos de trascendencia y remitirse al fallo que concedió la apelación a Gorriarán Merlo.
Wittenberg concluyó con crudeza: “Esto es para que la Casación le lleve al cementerio una respuesta a los presos”.

 

Las gestiones de Ortega

El ex presidente de Nicaragua Daniel Ortega, quien llegó al país para visitar a los presos de La Tablada, se reunió ayer con el ministro de Interior, Federico Storani, y con la subsecretaria de Derechos Humanos, Diana Conti, para interceder ante la situación de los condenados. Ortega también visitó a los presos que cumplen su huelga de hambre en el hospital Santojanni y se sumó a las Madres de Plaza de Mayo en la vigésima marcha por la Resistencia, que este año tuvo al tema de La Tablada entre sus reclamos centrales.
Adrián Witemberg, vocero del Movimiento Todos por la Patria, informó que con el mismo objetivo también llegaron al país los diputados del Frente Amplio de Uruguay Eduardo Bonomi y Edgar Belomo, mientras que se espera para el viernes el arribo de Jorge Soto, de la Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala.

 

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