Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


Los nuevos edificios deberán ser accesibles a todos

Ni puertas giratorias ni molinetes. Y los desniveles, con rampas. Todos los edificios tendrán que contemplar a los discapacitados.

Las puertas giratorias son un obstáculo insalvable.

Por Eduardo Videla

En los edificios del futuro no habrá puertas giratorias ni molinetes. En todos los desniveles, además de escalones, habrá rampas y la salida estará señalizada en idioma braille. Las salas de espectáculos tendrán un porcentaje de sus localidades reservadas para sillas de ruedas y deberán contar con un sistema de sonorización asistida para hipoacúsicos. Y en los campos de deportes deberán instalarse bebederos de 75 centímetros de alto, accesibles para niños y personas de baja estatura. Estos son algunos de los requisitos exigidos para los edificios públicos y privados, con asistencia masiva de personas, que se construyan de aquí en más, según lo establece la reforma al Código de Edificación de la ciudad de Buenos Aires –que la Legislatura prevé aprobar el jueves próximo–, que pone especial énfasis en posibilitar el acceso físico a las personas con discapacidad.
De a poco, Buenos Aires se irá convirtiendo en una ciudad menos hostil a aquellos que hoy no pueden acceder, por ejemplo, a un registro civil, una función de cine o teatro, o un espectáculo deportivo: no videntes, hipoacúsicos y personas en silla de ruedas, pero también mujeres que llevan un bebé en cochecito, embarazadas, ancianos y los niños más bajitos.
La norma no será aplicada en forma inmediata a su aprobación: debe pasar por el denominado trámite de “doble lectura”, por lo que se debatirá en una audiencia pública, para ser nuevamente tratada por la Legislatura. Se trata de un proyecto presentado por el Ejecutivo en octubre de 1999, pero cuyo punto de partida fue “un estudio realizado por el Centro de Investigaciones de Barreras Arquitectónicas y Urbanísticas, de la Facultad de Arquitectura de la UBA”, explicó el diputado Marcelo Vensentini, uno de los impulsores del proyecto.
La norma establece que en los edificios públicos o privados con concurrencia masiva “se utilizarán plataformas mecánicas elevadoras o que se deslicen sobre una escalera para sillas de ruedas”. Los sanitarios para discapacitados deberán instalarse no sólo en los centros comerciales y oficinas públicas sino en salas de espectáculos, estadios deportivos y locales bailables.
Las puertas giratorias estarán prohibidas en edificios a construir o a remodelar. Y en el caso de las existentes, sólo podrán permanecer si se complementan con una o más puertas comunes que garanticen la accesibilidad. Lo mismo ocurrirá con los molinetes.
En los lugares destinados a espectáculos públicos deberá reservarse el 2 por ciento de la capacidad total de la sala para usuarios en silla de ruedas, en platea, planta baja o lugares equivalentes. En los estadios deportivos, los espacios reservados se reducirán al 1 por ciento del total. En cuanto a los institutos de enseñanza, deberán ser construidos sin ningún tipo de desnivel entre la vía pública y el interior. Y adentro, en el caso de existir escaleras, éstas deben ser complementadas con medios de elevación mecánicos.
El proyecto ya tiene despacho de comisión y todo indica que será tratado el jueves. “Las modificaciones propuestas fueron analizadas y consensuadas con entidades como la Cámara Argentina de la Construcción, el colegio Profesional de Ingenieros, la Comisión Pro Medios Accesibles y la Fundación Rumbos, defensora de los derechos los discapacitados”, dijo Vensentini a Página/12. La reforma tendrá una segunda etapa, destinada a adecuar las áreas internas de las viviendas, con el mismo concepto de accesibilidad.

 


 

REDUCEN EL VALOR DE VIVIENDAS
Las cuotas que bajan

Como en el reino del revés, las viviendas de las familias más humildes de la ciudad estaban sobrevaluadas hasta en un 30 por ciento de su valor real: sobre 5700 familias, la mitad ya no estaba al día con el pago de su deuda con la Comisión Municipal de la Vivienda y sólo el 15 por ciento de ellos había podido escriturar. Ayer, el gobierno porteño firmó un acuerdo con los afectados para reducir el valor de las viviendas y establecer un nuevo régimen de cuotas para que puedan afrontar su deuda.
El acuerdo fue firmado por el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, y el titular de la CMV, Eduardo Jozami, con representantes de ocho barrios de la zona sur de la ciudad: Presidente Illia, Cardenal Samoré, Cardenal Copello, Lafuente, Savio III, Rivadavia II, Consorcio 16 y Donizetti. Los barrios fueron construidos en las décadas del 70 y 80 y su valuación supera no sólo el costo real de estas casas sino también su precio en el mercado inmobiliario.
Una comisión mixta integrada por representantes de todos los bloques de la Legislatura y de la CMV llegó a conclusiones como ésta: en el barrio Donizetti, los departamentos tenían una valuación original que rondaba los 1000 pesos el metro cuadrado. Con el acuerdo firmado ayer, el valor se redujo a 620 pesos.
La sobrevaluación tenía otros efectos sobre los vecinos, sus viviendas y el propio gobierno: como las cuotas son altas, los vecinos tampoco pagan las expensas, lo que produce un alto déficit de mantenimiento de los edificios, con problemas de humedad, filtraciones y caños rotos. Mientras tanto, la CMV debe afrontar las deudas con las administraciones.
El acuerdo firmado ayer involucra a 5719 familias. Se produjo un revalúo retroactivo de las propiedades, de hasta un 30 por ciento y los vecinos deberán pagar las cuotas según ese cálculo. Las deudas, además, se cancelarán con planes financieros que contemplen la capacidad de pago de cada familia, con plazos de hasta 30 años e interés cero. El revalúo también será aplicado a las cuotas que ya se pagaron.
“Los acuerdos alcanzados con los representantes de los barrios contemplan una demanda social más que justificada: la de ajustar a la realidad los valores que cada familia paga por su vivienda”, dijo Jozami, tras la firma del convenio.

 

PRINCIPAL