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Los 13 días que conmovieron al
mundo, en versión Kevin Costner

 El gran estreno de Navidad en Estados Unidos es un film sobre la crisis de los misiles de octubre del �62, con Kennedy como presidente.
Kevin Costner viene de varios fracasos, como el de �Waterworld�.
El film evita caer en el lugar común del nacionalismo estadounidense. 

Por Rocío Ayuso 
Desde Los Angeles 


La crisis de los misiles de Cuba es el tema del gran estreno de Navidad en Estados Unidos, la película Thirteen Days, con la que el actor Kevin Costner vuelve a estar al frente de un producto de posible gran impacto internacional. Costner dice que quiere dar al público una lección de historia sobre los 13 días que tuvieron al mundo al borde de un desastre nuclear. El film, que se estrenó ayer en Estados Unidos, vuelve al 16 de octubre de 1962, día en el que el entonces presidente John F. Kennedy recibió las fotos de técnicos rusos instalando misiles balísticos en las costas de Cuba. Según su visión de los hechos, de ser disparados podrían llegar hasta el norte de Washington, barriendo a su paso a unos 80 millones de estadounidenses en diez minutos. La respuesta nuclear contra la entonces Unión Soviética no se haría esperar.
�Creo que a nivel político fue uno de los mayores momentos de la historia. A la vez es puro entretenimiento, porque creo que es una de las historias más excitantes que puede contar el cine�, defiende Roger Donaldson, el director del film. Típico producto de la era de la corrección política, el film se guarda muy bien de hacer proclamas anticomunistas o de mostrar a soviéticos y cubanos como los malos: simplemente narra hechos desde un punto de vista estadounidense, no necesariamente reaccionario.
Costner comparte su idea, interesado en este capítulo de la historia que a sus 45 años aún recuerda, aunque sólo sean las maniobras escolares para esconderse debajo del pupitre en caso de ataque nuclear y la tensión que reinaba entre los adultos, algo propio de la �Guerra Fría�. Sin embargo, el actor de Hollywood que participó en JFK, la versión de Oliver Stone sobre el asesinato del presidente Kennedy, prefirió pasar del papel del entonces gobernante estadounidense o de su hermano Bobby, por temor a ocultar la importancia de la historia con un reparto de estrellas. Por ello, prefirió el papel de Kenny O�Donnell, amigo de Bobby Kennedy de la universidad y siempre presente durante el mandato de J.F.K. como la persona más leal a su gobierno. �Es el clásico personaje de Costner, el héroe de la América cotidiana, lacónico, cuya moralidad es puesta a prueba durante estos momentos históricos�, describe el guionista. �Mi personaje es una ventana a la historia. Una vez que estás dentro, lo que ves es a dos hombres salvando el mundo�, confiesa Costner. 
Este fue el punto de partida de un proyecto valorado en 80 millones de dólares que intentó buscar el realismo, tanto en sus protagonistas (Bruce Greenwood en el papel de J.F.K. y Steven Culp en el de Bobby) como en la versión de la historia. El equipo también está preparado para las críticas, ya que como buen film de Hollywood, la Casa Blanca fue reproducida en Los Angeles, las costas de Cuba están en Filipinas y sólo el barco que lideró el bloqueo, o �cuarentena� como se llama para limar asperezas políticas, fue el mismo que surcó las aguas hace 38 años. �Cualquier film toma licencias artísticas. No es posible contar la vida de alguien en dos horas y media. El público sabe que Charlton Heston no es Moisés. Si les diéramos lecciones de historia, la gente no iría al cine a entretenerse sino a ver documentales�, afirmó el productor.

 

 

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