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INMINENTE
REDUCCION DE PENAS
¿El fin del ayuno?

El presidente De la Rúa admitió anoche que la conmutación de las condenas para los presos de La Tablada es �lo más posible� para resolverlos reclamos de la CIDH para garantizar igualdad ante la ley.

Robert Goldman, comisionado relator para Argentina en la CIDH.
Reclamó al Gobierno “una solución excepcional” para los presos.

Por Victoria Ginzberg

El presidente Fernando de la Rúa dio por hecho ayer por la noche que conmutará, antes de fin de año, las penas de los presos de La Tablada. “Eso es lo más posible”, dijo en el programa “A Dos Voces”. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA hizo un guiño al Gobierno para que avanzara en este sentido. En una nota firmada por Robert Goldman, comisionado relator para Argentina, la CIDH consideró que es tiempo de que el Poder Ejecutivo adopte medidas “de carácter excepcional” y dijo varias cosas que el Gobierno esperaba oír: destacó sus esfuerzos para cumplir con las recomendaciones y llamó al levantamiento de la huelga de hambre que realizan los detenidos desde hace 115 días.
“La Comisión considera que se ha arribado a las circunstancias mencionadas por el Gobierno sobre la inevitabilidad de adoptar medidas de carácter excepcional por parte del Poder Ejecutivo”, se aseguró en la comunicación que recibió ayer la Cancillería. En este párrafo el organismo internacional hizo alusión a un escrito del Gobierno, en el que se mencionó que el Poder Ejecutivo adoptaría “medidas de carácter excepcional” si “la acción o inacción” de los poderes Legislativo y Judicial desembocaran en un “irreversible incumplimiento de las obligaciones internacionales”. La CIDH mencionó que este tipo de solución cumpliría con la recomendación que estimó que el Estado argentino debía “reparar” el daño causado a los presos. Además, explícitamente citó el caso de Guillermo Maqueda, a quien el ex presidente Carlos Menem le conmutó la pena ante un reclamo de la CIDH.
El organismo internacional repasó las recomendaciones que hizo al Estado argentino en 1997. Así, expresó satisfacción porque el Gobierno impulsó la reactivación de las investigaciones de lo ocurrido durante la toma del Regimiento de La Tablada. La CIDH concluyó en su informe que todos los asaltantes al cuartel fueron torturados y que nueve miembros de MTP fueron ejecutados después de la recuperación del regimiento.
La Comisión también envió un mensaje a los presos, ya que señaló que “no avala una huelga de hambre que afecta la salud y arriesga la vida de personas”. Y llamó a que “por razones humanitarias” los huelguistas reconsideren su decisión.
En un comunicado, la Cancillería señaló que además de la OEA hay “muchos otros actores de la comunidad internacional que aguardan con interés una pronta solución de la cuestión”. El ministerio informó que recibe a diario notas y telegramas de dignatarios eclesiásticos y personalidades extranjeras apoyando la actitud del Poder Ejecutivo en favor del cumplimiento de las obligaciones asumidas por el país.
El parte médico del Servicio Penitenciario Federal indica que Roberto Felicetti, Miguel Aguirre, Luis Alberto Díaz, Carlos Motto y Claudio Rodríguez están “hemodinámicamente descompensados de regular a grave” y que padecen “mareos e hipotensión ortostática” (al levantarse). Aguirre además está bajo tratamiento con antibióticos por una “flebitis de miembro superior”. Enrique Gorriarán Merlo también está medicado, en su caso debido a la anemia. El líder del MTP, que presenta una “desnutrición moderada a grave”, fue sometido a distintos estudios hormonales de próstata.
La carta de la CIDH era una señal que el presidente Fernando de la Rúa esperaba para firmar la conmutación de penas de los presos. Por eso, varios funcionarios arriesgaron que la medida sería “inminente” pero que la decisión final depende exclusivamente del Presidente. Los abogados de los presos se quejaron por la especulación que indica que, después de la reducción de las condenas, los presos no saldrían enseguida, sino que deberían esperar más de un año para recobrar su libertad. Rodolfo Yanzón, abogado de los miembros del Movimiento Todos por la Patria, reiteró que de esa manera los detenidos no levantarían la huelga de hambre. El Gobierno está tanteando a los allegados a los huelguistas, ya que la conmutación no saldría si los presos no levantan la medida.

 


 

CARTA DEL SERPAJ AL PRESIDENTE
“Hay falta de coraje”

El titular del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), Adolfo Pérez Esquivel, le envió una carta el presidente Fernando de la Rúa para hacerle llegar “algunas preocupaciones”, entre ellas la situación de los presos de La Tablada, y recordarle que le pidió una entrevista.
“Señor Presidente, usted conoce y no puede ignorar la urgencia de implementar políticas sociales para revertir la grave situación de violencia social y estructural que afecta a grandes sectores del pueblo”, dice un fragmento del texto. En otro, el Premio Nobel de la Paz lamenta no haber tenido respuesta a un pedido de entrevista que le hizo al Presidente “con carácter urgente”. También hay una referencia a la situación de los presos de La Tablada: “Es lamentable la actuación de los protagonistas oficiales (...). Actúan con falta de coraje, están paralizados por el miedo y no se atreven a dar un paso para la aplicación del Pacto de San José de Costa Rica”, puede leerse.

 

OPINION
Por Gustavo Beliz
1 La inversión social en la Argentina debe ser intocable. Intocable por los políticos que la desvían con fines partidistas y clientelares. E intocable por los economistas, que reducen los presupuestos públicos sociales con un criterio tecnocrático y poniendo por delante prioridades macroeconómicas.
2 Para garantizar lo anterior, propongo crear un Banco Central de Reservas Sociales. Que concentre todos los recursos que en materia social gastan las provincias, los municipios y la Nación, más los aportes de los organismos internacionales. Y que los declare intangibles de todo vaivén coyuntural.
3 Este Banco Central de Reservas Sociales debería estar integrado por un directorio elegido por concurso, con criterio profesional y federal y priorizando la labor de los representantes del tercer sector y sector social, que vienen desarrollando una tarea impecable de solidaridad.
4 El directorio del Banco debe trascender el mandato de un presidente, para coordinar una auténtica política de Estado en la lucha contra la pobreza, sin interferencias electorales ni partidistas.
5 Estos recursos económico-sociales tienen que concentrarse en una prestación básica: un salario social y educativo familiar. Que sea percibido por el jefe de hogar desocupado, y que esté atado a derechos y obligaciones. Con aplicación al reentrenamiento laboral y educación del grupo familiar y a la libre elección de su obra social.
6 Para alcanzar lo anterior, hay que terminar con la irracionalidad de más de 100 programas sociales malgastados en todo el país, que convierten a la lucha contra la pobreza en un auténtico colador. Y hay que concentrar los recursos en la gente y no en el despilfarro burocrático. (De cada 100 pesos que gasta la ministra Fernández Meijide en política social, 45 pesos son gastos administrativos y de consultoría.)
7 Hay que atar la lucha contra la evasión con la lucha contra la pobreza. Por cada 100 pesos que aumente la recaudación en el país, 50 pesos deben ir destinados a incrementar los fondos del Banco Central de Reserva Social.
8 Los sectores más beneficiados por el modelo económico en vigencia deben hacer un aporte extraordinario a este Banco Central de Reserva Social. Así como lo hicieron durante el efecto tequila para garantizar la estabilidad financiera, lo deben hacer hoy para garantizar la estabilidad social, sin la cual no habrá crecimiento ni reactivación posible.
9 Hay que reactivar la economía aumentando el consumo. De esta manera se podrían volcar en una primera etapa 5000 millones de dólares al mercado interno, concentrados en los sectores más vulnerables. Se podría llegar a 10 millones de argentinos con una prestación transparente y eficaz.

10 Los políticos también deben hacer lo suyo: los fondos reservados, los gastos de representación, los sueldos exorbitantes, las Legislaturas elefantiásicas, la publicidad electoralista, las exenciones impositivas aberrantes, deben ser racionalizadas y aplicar sus recursos al Banco Central de Reserva Social. Se trata de un contrato de solidaridad básico –un piso inmediato para la emergencia recesiva– que posibilite que en todo hogar con dificultades laborales exista una red de mínima protección.

 

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