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Pagarán casi medio millón
a los padres de Miguel Bru

El gobierno bonaerense aceptó pagar la indemnización sin un juicio civil, reconociendo la responsabilidad por la tortura y muerte del estudiante en manos de la Bonaerense.

Rosa Schonfeld de Bru, la madre del estudiante desaparecido por la Bonaerense.

Por Cristian Alarcón

El gobierno bonaerense aceptó esta semana el pago de una indemnización de 450 mil pesos a la familia del estudiante Miguel Bru, torturado en la comisaría novena de La Plata y desaparecido luego por miembros de la maldita policía. Después de siete años y medio, y a poco de que la corte provincial dejara firme la sentencia que condena a los asesinos del joven, la Fiscalía de Estado acordó con los abogados patrocinantes de Rosa y Néstor Bru lo que técnicamente se denomina un “resarcimiento por el desistimiento de la acción de derecho contra la provincia de Buenos Aires”. Esto implica que el Estado reconoce que no es necesario un proceso civil para demostrar su responsabilidad por los funcionarios policiales y judiciales que actuaron en el crimen.
“En realidad lo que nosotros iniciamos es primero una demanda por daños y perjuicios al doctor Amílcar Vara, el juez que durante años frenó la investigación por la desaparición de Miguel”, explicó ayer a Página/12 Rosa Schonfeld de Bru. La madre del estudiante de periodismo había desistido de la idea de una demanda civil porque se negaba a “ponerle un monto a la vida de un hijo, que es algo demasiado doloroso”. Pero este año, en mayo, ante la inminencia de que prescribía una causa penal en la que deberían investigarse los delitos cometidos por el ex juez Vara, Schonfeld se presentó a través de los abogados Guillermo Peñalva y Fernanda Ruelli como demandante contra el magistrado. A ello los patrocinantes le continuaron una presentación civil contra los autores responsables de las “torturas seguidas de muerte” y la desaparición de Miguel Bru. Por ambas demandas el último responsable es el Estado provincial, ya que los delincuentes, en este caso, estaban bajo su órbita cuando causaron el daño producido.
Miguel Bru desapareció el 17 de agosto de 1993, cuando lo vieron por última vez pasar en bicicleta cerca de un brazo de río en General Bavio. Miguel vivía en una casa tomada de la calle 69, en La Plata, cerca de la comisaría novena. Fueron los hombres fuertes de la seccional con peor prontuario de la ciudad, el ex sargento Justo López, y el ex jefe del Servicio de Calle, Walter Abrigo, quienes lo amenazaron durante meses, después de que el chico los denunciara por un allanamiento ilegal y abuso de autoridad. En el juicio oral en el que ambos fueron condenados a cadena perpetua quedó demostrado que secuestraron al joven y lo llevaron a la seccional, donde lo golpearon y lo sometieron al submarino seco. Durante las torturas el chico perdió la conciencia y lo sacaron de allí en un auto. Nunca se volvió a saber del cuerpo del estudiante. En la causa también fueron condenados como cómplices el ex comisario Juan Domingo Ojeda y el agente que borró el nombre de Miguel Bru en los libros de ingreso de detenidos a la comisaría, Ramón Ceresetto.
Desde el primer día la investigación por la desaparición del joven estuvo viciada de trabas judiciales. El magistrado de turno, Amílcar Vara, resultó ser uno de los mejores amigos de la Bonaerense. En un juicio político se demostró que había cometido irregularidades en 27 causas en las que siempre benefició a la policía. “Tanto por la policía como por el juez –dijo ayer Rosa Schonfeld– ahora la mayor parte de ese dinero será para poder concretar un proyecto con el que soñamos, que es una fundación para darles asesoramiento a todas las víctimas del Estado que no saben cómo defenderse. Ese dinero me duele –dijo llorando–. No es algo que nosotros hayamos perseguido más que la justicia y no reemplazará jamás a Miguel.”

 

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