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CESA EL DIALOGO, RENACE LA VIOLENCIA
El acuerdo que no fue

Tanto Israel como los palestinos se desmarcaron claramente ayer de un punto crucial del plan de Bill Clinton: la soberanía compartida en el Monte del Templo. Un palestino fue muerto y cuatro resultaron heridos.

Manifestantes palestinos y soldados israelíes durante un viernes muy tenso después de las oraciones religiosas.

El plan de paz de Bill Clinton para Medio Oriente agoniza. Del lado israelí, el primer ministro Ehud Barak dijo que no piensa firmar ningún acuerdo que incluya una soberanía palestina en la Explanada de las Mezquitas; del lado palestino, Nabil Abu Rudeina, asesor de Yasser Arafat, replicó rápidamente que su lado no firmará ningún acuerdo que excluya esa soberanía. En realidad, el plan de Clinton proponía dividir la soberanía del lugar al ras del suelo: la Explanada correspondería a los palestinos, mientras que lo que está debajo, donde se supone que se encuentran las ruinas del Templo de David, correspondería a Israel. Al rechazar una transacción, las dos partes empiezan a ponerse fuera del plan, cuando a Clinton le quedan escasas tres semanas antes de dejar la Casa Blanca a su sucesor George W. Bush, el 20 de enero próximo.
El estancamiento de las negociaciones fue paralelo a un renacer de la violencia, que había tendido a decrecer desde que Clinton formuló su plan la semana pasada, pero que anteayer tuvo dos nuevos y dramáticos disparos de largada con atentados dinamiteros de fundamentalistas palestinos contra un ómnibus civil en Tel Aviv y una patrulla militar en Gaza. Un policía palestino fue ultimado ayer en inmediaciones de la frontera entre Israel y Gaza. Fuentes palestinas dijeron que el policía murió por el impacto de un obús disparado por el tanque israelí, durante la confrontación que estalló después de que soldados israelíes derribaron con excavadoras unos árboles aledaños a un retén de seguridad palestino. El ejército dijo que derribó los árboles para impedir que los pistoleros los aprovecharan para ocultarse. Según el ejército, el tanque disparó un obús después de que sus soldados fueron blanco de fuego nutrido por parte de pistoleros palestinos. Durante la batalla, una de las más enconadas en más de una semana, policías y francotiradores palestinos intercambiaron disparos con soldados israelíes a inmediaciones del cruce de Erez, en la frontera Israel-Gaza. El incidente elevó a por lo menos 346 el total de muertos durante tres meses de una Intifada palestina que estalló en el vacío político creado por el estancamiento de las conversaciones de paz. La mayoría de los muertos son palestinos o árabes israelíes, pero también hay 41 soldados y civiles israelíes en el total. También ayer, cuatro palestinos resultaron heridos en un enfrentamiento en uno de los puntos regulares de confrontaciones en la ciudad cisjordana de Ramalá. El ejército israelí dijo que pistoleros palestinos abrieron fuego contra dos vehículos todo terreno y que sus soldados respondieron al ataque.
La violencia socavó aún más un esfuerzo estadounidense para forjar un acuerdo definitivo. Las negociaciones se estancaron gravemente el miércoles, cuando la parte palestina rehusó dar su aprobación a los contornos generales del plan norteamericano, que hubiera concedido a los palestinos el 95 por ciento de Cisjordania y el 100 por ciento de Gaza, además de la partición de Jerusalén y la entrega de la mayor parte del sector oriental como sede del futuro Estado Palestino. Los palestinos reclamaron que la paz debería incluir el derecho de retorno de los 3,7 millones de refugiados palestinos a Israel, que el Estado judío rechazó por entender que implicaría un desequilibrio demográfico capaz de destruir al país. Adicionalmente, los palestinos reclamaron una larga serie de aclaraciones y de mapas. Como resultado, el primer ministro israelí Ehud Barak canceló una cumbre prevista para el jueves con el líder palestino Yasser Arafat y el presidente egipcio Hosni Mubarak en el balneario egipcio de Sharm el Sheik.
Ayer, los palestinos seguían pidiendo aclaraciones. Un ministro del gabinete palestino dijo que persisten amplias diferencias en torno a tópicos clave en el marco de la propuesta de Clinton. “Necesitan ser clarificadas y desarrolladas a fin de poder, en verdad, seguir adelante con ellas como base para futuras negociaciones y estamos en el proceso de tratar de hacer eso, de manera positiva”, dijo el ministro Nabil Shaath. Pero Clinton ya había advertido el jueves que no seguiría su esfuerzo de mediación si las dos partes no explicitaban claramente su apoyo. Del ladoisraelí, ese apoyo estaba asegurado: Barak había dicho que, si Arafat aceptaba los términos estadounidenses, Israel debería aceptarlos también. Pero la Autoridad Palestina se negó a aceptar los términos del acuerdo y exigió precisiones sumamente detalladas sobre cada uno de sus puntos, además de mantenerse intransigente sobre el tema de los refugiados.
La agonía del esfuerzo de paz se reflejaba también en el espectro político israelí. Sondeos de opinión demostraron que una mayoría de israelíes se opone a un acuerdo de paz que se base en las propuestas de Clinton, y que la popularidad del primer ministro Ehud Barak ha caído a un nuevo mínimo, antes de las elecciones israelíes del 6 de febrero para el cargo: si las elecciones se realizaran ahora, Barak obtendría un 35 por ciento de los votos contra su desafiante, el general ultranacionalista Ariel Sharon.
Es que el acuerdo de paz era la única posibilidad con que contaba Barak para imponerse contra el desafío de la derecha, que ahora puede decir que tuvo razón todo el tiempo en oponerse al esfuerzo negociador.

 

Claves

Israel anunció ayer que no concederá soberanía a los palestinos sobre la Explanada de las Mezquitas.
Los palestinos replicaron que, en ese caso, no firmarán la paz.
El lugar, que es sagrado para judíos y musulmanes, estaba en el centro de una fórmula de transacción del presidente norteamericano Bill Clinton.
Quedan ahora sólo tres semanas para que Clinton deje su cargo, y las posibilidades de paz se alejan con el paso de los días.

 

DEBATE
Por Edwin Yabo *

Una comparación impropia

En la nota titulada “Una chispa en el arsenal de Jerusalén”, del periodista inglés Ewen MacAskill, publicada ayer por Página/12, hay errores de información que desvirtúan la realidad.
La reunión entre el premier Barak y Arafat no se canceló porque el alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, abrió una oficina temporaria frente al Muro Occidental (en un sector que ni siquiera está en disputa con los árabes). Dicho encuentro se suspendió porque el premier Barak y el presidente egipcio Mubarak entendieron que Arafat no aceptaba el plan de paz propuesto por Clinton, por lo cual una nueva cumbre no tenía sentido.
Quiero referirme también a la comparación inaudita e impropia que realiza el periodista, al situar en un mismo plano lo que él llama “una provocación simbólica del alcalde Olmert” (abrir una oficina en Jerusalén) y “un acto de extremismo del lado palestino” (poner una bomba en un autobús que circula trasladando civiles por Tel Aviv). La actitud del alcalde de Jerusalén puede definirse como un hecho político, pacífico, dentro de los límites de legalidad y disenso que permite la democracia. Poner una bomba en un autobús que traslada civiles al trabajo y a la escuela es un acto de terrorismo criminal e ilegal.

* Agregado de Prensa, Cultura e Información de
la Embajada de Israel en Buenos Aires.

 

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