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Las cosas por su nombre
Hace
unos meses, Radar dio una lección de periodismo recopilando una
lista de apellidos-verbo que entraron a la historia. Ahora, en un nuevo
alarde por parte de nuestra redacción, le ofrecemos a los lectores
una nómina de apellidos- sustantivos:
Roberto Cossa Juan Carlos Mesa
Félix Luna Fernando De la Rúa
Alberto Lacalle José Mármol
Jorge Lanata Doris Day
Philip Glass
Günter Grass
Mercedes
Benz Raul Portal
Thomas Mann Graham Bell
Peter Pan José Luis Manzano
José
Luis Perales Armando Manzanero
Raquel Olmos Oscar de la Hoya
Oscar De la Renta Carlos Monzón
Julio Lagos Diego Torres
Graciela Montes Fabián Vena
Claudio Caniggia Theodor Adorno
Horacio Roca Carlos Fuentes
David Viñas Violeta Parra
Florencia Peña Eugenio Barba
Alfredo Alcón María Rosa Gallo
Reinaldo Arenas Alfredo Silleta
Julio Iglesias Enrique Carreras
Santiago Rueda Victoria Abril
Carola Reyna Marta Mercader
Uby Sacco Julio Bocca
Clorindo Testa Martín Balza
Javier Portales Marisa Paredes
Miguel Estrella Inés Botella
Diego Latorre Nicolás Gallo
El Pichi Campana El Pichi Escudero
El pibe Saviola Truman Capote
Abelardo Castillo Domingo Cavallo
Lito Cruz Luis Islas
Ben Molar Martín Fierro
El Comisionado Fierro
El
knack y cómo lograrlo
Para
muchos, desde la caída del Imperio Otomano los baños turcos
de Budapest perdieron el knack: los harenes y las orgías multitudinarias
fueron paulatinamente reemplazadas por señores reumáticos
deseosos de aliviar el dolor de huesos y jugarse una partida de ajedrez.
Ahora, los dueños de los históricos Baños Rudas decidieron
aggiornarse. El nuevo programón de la juventud húngara consiste
en aglutinarse todas las noches dentro de su gigantesca pileta, mientras
las chicas que acostumbraban treparse a los parlantes de los boliches
ahora bailan asomadas a los balcones medievales. Pero la cosa no termina
ahí: Lászlo Lakatos, encargado del local, decidió
ampliar la oferta y empezó a proyectar películas mudas en
una pantalla gigante colgada en la cabecera de la pileta. El asunto fue
bautizado Vizi Mozi (Cine acuático). Quiero aprovechar
para mostrar a los jóvenes los primeros años del cine. Inclusodentro
de unas semanas vamos a proyectar una filamción inédita
de la visita de Trotsky a Kiev en 1919, explicó el candoroso
húngaro. Porque puede ser que el sauna se llene, pero seguro que
no es por la película.
El tamaño
de mi esperanza
La semana
pasada, los organizadores del festival de cine independiente de Victoria
(Canadá) tenían planeado proyectar Vida y momentos de John
Holmes, un documental sobre quien fuera una de las estrellas más
célebres del cine porno. Pero dos días antes de la proyección,
surgió un pequeño inconveniente: el festival se llevaba
a cabo en la Academia Santa Ana, un edificio público donde hace
años funcionó un convento. Enteradas del carácter
soez de la proyección, las monjas de la congregación exigieron
a los organizadores no proyectar la película en tan sagrado recinto.
Cuando todo parecía indicar que el pedido iba a ser ignorado, entró
en escena Laurie Holmes, viuda de John y porno star retirada alguna vez
conocida como Misty Dawn. La viuda fue mucho más contundente: amenazó
a los gritos con emprender acciones legales si llegaban a proyectar una
película que está llena de estupideces. Algunos
suponen que la ira de la viuda de Holmes se debe a que el documental aporta
pruebas irrefutables sobre las proezas del hombre que inspiró la
película Boogie Nights: según declaró el mismo Holmes
antes de morir en 1985, durante la década del 70 el actor grabó
2.274 películas porno y mantuvo relaciones sexuales con más
de veinte mil mujeres. A pesar de suspender la proyección del documental,
cuando las monjas se manifestaron a favor del pedido de la ex actriz porno,
los organizadores decidieron recordarle a la congregación la cualidad
fundamental por la que el Gran Holmes entró en la historia del
porno, y sin demasiadas vueltas les mandaron a decir que una verga
de 33 centímetros no es ninguna estupidez.
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