Crucero
por los canales, fiordos e islas de Tierra del Fuego. De Punta Arenas
a Ushuaia y el Estrecho de Magallanes.

Tierra
del Fuego en el Terra Australis. Una experiencia inolvidable entre paisajes
del fin del mundo, canales, fiordos e islas donde la aventura se puede
tocar con las manos. De Punta Arenas a Ushuaia y el Estrecho de Magallanes.
Por
Graciela Cutuli
Es
una tierra de glaciares, bruma y hielo, pero la llaman Tierra
del Fuego porque los primeros exploradores que llegaron a la zona
divisaron desde sus embarcaciones las hogueras que encendían
en la costa los indios yaganes, dueños y señores de una
región inhóspita, tal vez esa condición necesaria
con que la naturaleza protege sus propias maravillas. El viaje a bordo
del crucero Terra Australis, una ciudad flotante que sale y vuelve al
puerto chileno de Punta Arenas en el término de una semana, durante
la cual se adentra por espectaculares paisajes y fiordos, permite revivir
esa experiencia de los primeros exploradores, sintiéndose otra
vez los primeros y únicos en descubrir el límite del mundo.
Hora
de zarpar
Punta Arenas empieza a quedar atrás al atardecer: los pasajeros,
de todas las nacionalidades imaginables ya que éste es
el viaje que se hace una vez en la vida para muchos de ellos
embarcan entre las seis y las siete de la tarde y empiezan esa ceremonia
de la vida a bordo que, después de varios días de aventura
compartida, parecerá tan cotidiana como exótica fue al
principio. Los primeros ritos son el cóctel de bienvenida, la
presentación de los oficiales del buque, la charla informativa
sobre la navegación, la necesaria instrucción sobre un
eventual abandono del barco y la primera cena, poco después de
zarpar, cuando todos se despiden de Punta Arenas desde las cubiertas
exteriores del Terra Australis.

El crucero
Terra Australis. Una ciudad flotante que recorre
en una semana el extremo sur.
Laberinto
fueguino
A la mañana siguiente, después de un desayuno bien temprano,
se puede desembarcar por primera vez en Bahía Parry para reconocer
las zonas de hielo y las laderas boscosas de las montañas que
caen abruptamente sobre el agua helada. Queda atrás la calidez
de los salones del crucero, que tiene capacidad para más de 100
personas en 55 cabinas, y se siente de lleno en la cara el frío
de estas latitudes, a medida que los viajeros se aproximan a los glaciares
en grandes gomones. Estas embarcaciones permiten también llegar
a tierra con comodidad, para caminar por lugares vírgenes rodeados
de un aire tan puro que casi no parece de este planeta. Las explicaciones
de los guías sobre la fauna y la flora de Tierra del Fuego hacen
más apasionante el paseo por el laberinto fueguino, donde dejaron
huella navegantes como Magallanes y Drake, entre tierras llenas de vida,
pero bautizadas con nombres como la Bahía Desolada, o la Isla
Desolación. Al volver a bordo, al refugio cálido del sofisticado
buque, una sorpresa secretamente deseada espera a los pasajeros: un
chocolate caliente ofrecido en un bar instalado sobre la costa, o bien,
para los más valientes... un whisky con trozos de los perennes
hielos australes.

Desembarco
en gomones en Bahía Parry. Primera aproximación a los
glaciares.
Aventuras
del fin del mundo
Por la tarde, un nuevo desembarco, esta vez en Bahía Ainsworth,
permite volver a internarse en las últimas estribaciones montañosas
de nuestro continente. El tiempo es variable: estas travesías
se realizan de octubre a abril, la mejor de las temporadas, pero la
inestabilidad del extremo sur hace que sea posible caminar por los bosques
fueguinos en medio de una fuerte nevada, acariciados en el rostro por
un cortante viento helado. Pero así son las aventuras del fin
del mundo, emocionantes como la navegación de transición
entre el Estrecho de Magallanes y el Canal de Beagle, pasando por el
canal Cockburn y el paso Brecknock, sacudidos por las corrientes y los
vientos del Pacífico.
Glaciares,
ventisqueros, canales
Claro que también se puede disfrutar el paisaje desde los confortables
camarotes o los salones del Terra Australis, ya que todas las cabinas
tienen vista exterior, y por supuesto es posible recuperarse de las
emociones diarias con sesiones de relajación, cenas acompañadas
por renombrados vinos chilenos y divertidas noches de karaoke. Pero
no hay nada más increíble, más emocionante que
el contacto con estos paisajes donde se alternan los profundos fiordos
con estrechos canales, ventisqueros de hielo turquesa con picos montañosos
eternamente blancos, bosques intensamente verdes con islas surgidas
de la nada entre las aguas agitadas. Durante el segundo día la
navegación ofrece una vista panorámica del glaciar Serrano,
y esa misma mañana se puede desembarcar para visitar el glaciar
DAgostini. Al día siguiente es el turno de internarse en
la bahía Yendegaia, para una caminata de una hora, siempre acompañados
por guías que indican el camino entre senderos abiertos en el
bosque de especies nativas, lengas y ñires que en esta época,
pleno otoño, se tiñen de un rojo contrastante con el uniforme
gris del cielo. En el camino hacia la zona de la antigua estancia el
mirador se ven numerosos caiquenes, y con suerte tal vez algún
cóndor.

Caminatas
por lugares vírgenes rodeados de un aire tan puro
que casi no parece de este planeta.
De
Puerto Williams a Ushuaia
Así el Terra Australis se aproxima a Puerto Williams, que
le disputa a Ushuaia el honor de ser la ciudad más austral del
mundo. En realidad, Puerto Williams está más al sur, pero
no es exactamente una ciudad con los atractivos turísticos de
Ushuaia, puerta de entrada al magnífico Parque Nacional Tierra
del Fuego, sino un pequeño puerto que no llega a los 2000 habitantes,
base naval chilena con diversos servicios y un museo sobre la historia
y los recursos de los primeros habitantes del Canal de Beagle. El siguiente
punto del viaje es justamente Ushuaia: hay que levantarse muy temprano
para ver la entrada del crucero al puerto, pero vale la pena aproximarse
así, a la lenta velocidad del barco, a los techos de esta ciudad
a veces tan parecida a las escandinavas que hace pensar que los extremos
sin duda se tocan. La estadía es corta, apenas un día,
ya que a la noche se regresa a bordo del barco, pero bastará
para elegir algunas de las excursiones opcionales que permiten conocer
algo más de Tierra del Fuego o de la ciudad que se hizo, por
el misterio que le da su lejanía, un mito en todo el mundo.

En el itinerario de regreso, los lobos marinos del Seno Garibaldi miran
indiferentes el paso del crucero.
Marineros
y pingüinos
Esa noche también son recibidos los nuevos pasajeros que embarcan
para hacer el trayecto entre Ushuaia y Punta Arenas, un itinerario de
regreso que pasa nuevamente por Puerto Williams y se interna luego por
el Seno Pía, con desembarco en el glaciar del mismo nombre, el
Seno Garibaldi, donde se pueden ver de cerca los lobos marinos, y el
bosque nativo de Playa Garibaldi. Cada uno aprovecha, además,
para cultivar su pasión: los turistas que aman los barcos participan
en las clases de nudos marinos y pueden visitar la sala de máquinas;
mientras tanto, los que llegan hasta el fin del mundo atraídos
por la naturaleza y la historia pueden aprender más sobre la
geografía, los aborígenes que vivieron en estas tierras
antes de la llegada de los europeos y ejemplares de fauna tan característicos
como el pingüino de Magallanes. Así, lento pero inexorable,
el Terra Australis va volviendo al punto de partida. Antes desembarca
en Bahía Brookes, y en la isla Magdalena, en pleno Estrecho de
Magallanes, la mañana del último día de la travesía:
allí anidan unas 60.000 parejas de pingüinos de Magallanes,
que comparten el hábitat con lobos marinos y cormoranes. En la
isla se puede subir por un sendero trazado hacia la colina más
alta, dominada por un faro con una exposición con fotografías
y explicaciones sobre la fauna marina de Magdalena. El último
día, la nave amarra definitivamente en Punta Arenas: porque si
bien la belleza, el misterio y la lejanía de Tierra del Fuego
no tienen fin, esta aventura sí lo tiene, aunque el Terra Australis
dure para siempre en la memoria de cada uno de sus pasajeros.
datos
útiles |
Informes:
Paola Massignotti, Avenida El Bosque Norte 0440, Oficina 1103, Las
Condes, Santiago de Chile. Tel. 0052 4423118. E-mail: [email protected].LanChile
cubre el tramo Buenos Aires-Santiago y Santiago-Punta Arenas, donde
se embarca en el Terra Australis. Oficina en Buenos Aires: 43782200.
En Internet: www.australis.com.
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