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Ya no son muchas las regiones del mundo donde el hombre aún no dejó huella. Algunos parajes chaqueños gozan de este privilegio extraordinario, que les da a sus llanuras, bosques y ríos una increíble riqueza turística.

 



Textos:
Graciela Cutuli

Chaco es para los observadores... y los aventureros. Sus llanuras inundadas de vegetación, de un verde que no se interrumpe sino que avanza impulsado por el calor y la humedad de la región, son el paraíso de una fauna huidiza que de pronto, entre la espesura de las ramas, se asoma tímidamente para deleite de los ojos del “cazador de fotos”. No en vano “chaco” significa “tierra de cacería”, aunque las lentes de las cámaras fotográficas permiten dejar de lado las armas que amenazaban a las especies de la zona. Como en pocos lugares del mundo, todavía hay rincones vírgenes. Todavía hay lugares donde se puede poner un pie seguro de ser el primero, lugares en los que llegar y quedarse es toda una aventura. Por eso es una tierra muy buscada por quienes hacen prácticas de supervivencia, en las condiciones extremas que imponen un aislamiento ampliamente compensado por la hermosura de la naturaleza. Pero el potencial de Chaco para el turismo aventura plantea otro problema, no menor: el de la conservación de los recursos.

Yacarés y “bicherío”
“La idea –explica Walter Prado, biólogo responsable del Proyecto de Conservación y Uso Sustentable de Yacarés, supervisado por la Dirección de Fauna provincial– es encontrar un modelo de aprovechamiento de la fauna silvestre que estimule también la conservación. La idea antigua, que era ‘no tocar nada’, se demostró que no sirve, porque pesan más los intereses económicos que otra cosa”. Y lo que vale para el yacaré, una de las especies más vistosas y atractivas de una región donde viven osos hormigueros, gatos monteses y una rica avifauna acuática, vale también para muchas otras especies animales, sin descuidar los grandes peces de los ríos Pilcomayo, Paraná y Paraguay, a veces objeto de una pesca desaprensiva. “A mí me impacta la diversidad -.sigue Prado– y que todavía se conserven en la provincia ambientes sin tocar, totalmente originales. Nosotros encontramos, en el ‘97, el primer registro de nidificación de un pájaro que no tenía antecedentes en el país, y eso es un indicador el estado de virginidad total del lugar. Hay lugares donde no se sabe qué fauna hay, ni si hay especies nuevas.” Para proteger ese patrimonio natural, la provincia está implementando otros proyectos de uso sustentable con carpinchos, ñandúes e iguanas, además de peces como el pacú.

Verde infinito
Chaco es, además, infinitamente verde. El Parque Chaqueño Central se distingue por los espesos arbustos espinosos, los campos de tunas, los chañares y el cardón, mientras la zona central está cubierta de pastizales bajos y bosquecillos cerrados, todos afectados por la explotación masiva de las ricas maderas de la región: primero y principal, el durísimo y resistente quebracho, pero también los algarrobos, el urunday, el lapacho. El Impenetrable, en el límite entre Salta, Formosa y Chaco, sabe del hacha, que se interna en los atrincherados territorios del jabalí, el oso hormiguero, el tapir y el pecarí. Y la porción oriental, tierras bañadas por arroyos y ríos donde crece el irupé, al borde de bosques de lianas, enredaderas y palmeras, es el lugar preferido de las aves que hallan refugio en las fértiles selvas en galería. Entre las tierras del este y del oeste hay en realidad un pequeño desnivel, por lo cual los ríos -.como el Pilcomayo, el Salado y el Bermejo– corren todos en el mismo sentido, con cauces llenos de curvas y zonas donde son comunes las inundaciones.

Del bosque a la isla
Para los amantes del avistaje de fauna, los fotógrafos y los aficionados a la supervivencia, el invierno es la mejor época para internarse en los caminos chaqueños, ya que el calor afloja y los insectos perdonan más queen pleno verano. Hay que recordar que si la gran riqueza de los paisajes se debe a su aislamiento, la infraestructura es consecuentemente escasa, aunque en lugares como el Parque Nacional Chaco -.creado en los años 50, justamente cuando la explotación forestal devastaba buena parte del monte- hay sitios con servicios de camping desde donde es posible internarse en circuitos autoguiados. Estas tierras son amadas también por los conductores de 4x4, que no le temen a los caminos sin huella ni a los vados por donde poner a prueba sus vehículos, con la salvedad de que también en este caso hay que prestar atención a la protección del ambiente por donde se pasa.
Por las características climáticas -.un ambiente cálido y húmedo, pero que en determinadas estaciones adquiere una rigurosa sequedad– los bosques suelen ser de hojas caducas en invierno, con adaptaciones -.como espinas– que impiden la pérdida de agua. En los pastizales, hay que ser cuidadoso: aquí vive la serpiente de cascabel, mucho más peligrosa que otro de los símbolos chaqueños, el inofensivo y social mono carayá, que suele vivir en grupo y se muda de copa en copa entre los árboles y palmeras.
Entre las regiones protegidas chaqueñas, la Isla del Cerrito –en la conjunción de los ríos Paraná y Paraguay– es uno de los lugares más bellos. Son 12.000 hectáreas de pastizales, palmares, selvas en galería, lapachos y ceibos, la roja flor de la indiecita Anahí. Aquí se pueden ver osos hormigueros, coipos, carpinchos, osos lavadores, y en primavera, cuando se organiza la fiesta del dorado, hay numerosos turistas amantes de la pesca buscando el preciado y combativo pez en las aguas del Paraná.

Ciudades y meteoritos
Capital de Chaco, Resistencia es también la principal ciudad de la provincia y punto de partida de las incursiones al Parque Nacional Chaco o la Isla del Cerrito. Aunque su historia empieza allá por 1750 con la fundación de una misión jesuítica, luego abandonada, fueron los friulanos llegados del norte de Italia a fines del siglo XIX quienes le dieron auténtico impulso. El desarrollo del cultivo del algodón, algunos años más tarde, la puso definitivamente en marcha. Baja y arbolada, de tranquilidad provinciana y siesta obligada en las horas de calor, Resistencia supo sin embargo hacerse distinta gracias a las esculturas que adornan sus calles, paseos públicos y avenidas, fruto de una iniciativa que comenzó en la década del 60 y terminó por hacerse característica inseparable de la ciudad. La vida cultural pasa por el Fogón de los Arrieros, que abre de mañana y de noche, y por los museos como el de Antropología y Ciencias Naturales. En el centro de ofidiología, en cambio, se puede ver un serpentario con las principales variedades de la región.
La segunda ciudad chaqueña, también crecida por la expansión del algodón y cultivos como el maíz, trigo, girasol y soja, es Presidencia Roque Sáenz Peña, a 170 kilómetros de Resistencia. En las afueras hay que visitar el Zoológico situado sobre la Ruta Nacional 95, muy cerca de la rotonda con la Ruta Nacional 16. Allí hay unos 2000 animales de 200 especies diferentes, la mayoría autóctonas del Chaco y distribuidas en unas 150 hectáreas donde hay lugar para una reserva botánica de especies locales y un centro de cría de animales en extinción. Allí se logró la difícil reproducción en cautiverio de animales como el oso hormiguero y el yacaré ñato, todo un triunfo de los biólogos y expertos en ecología que trabajan en el centro.
Desde Roque Saénz Peña, además, los turistas que quieren conocer mejor la zona suelen tomar rumbo hacia Concepción del Bermejo y Campo del Cielo, un célebre campo de meteoritos situado a unos 350 kilómetros, cerca de la localidad de Gancedo. Allí impactaron hace miles de años los fragmentos de un cuerpo celeste que cayó a tierra, formando grandes cráteres que despertaron la curiosidad de los indios, y más tarde de los españoles, ávidos de descubrir plata y oro aunque fuera llovida del cielo. Notuvieron suerte: el impacto hizo que los meteoritos, cuyo metal tampoco tenía valor a los ojos de los conquistadores, se enterraran en el suelo, y sólo uno quedó en la superficie. Recién después de los años 60 uno de los fragmentos –¡de 37 toneladas!– pudo ser sacado a la luz por un equipo de expertos. Este meteorito, llamado “El Chaco”, fue expuesto junto al cráter donde se lo halló, en tanto otros fueron destinados a diversos museos de Ciencias Naturales, como el de La Plata o el capitalino Bernardino Rivadavia

DATOS UTILES

Isla del Cerrito: Información turística, (03722) 49990.
Paseos en lancha a la Isla del Cerrito: (03722) 38527. En la isla hay camping con áreas de alojamiento y juegos, electricidad, agua corriente, piscinas y zonas deportivas.
Parque Nacional Chaco: (03725) 96166. Es necesario llevar provisiones, repelente de insectos y todo lo necesario para la permanencia en el camping, que brinda servicios básicos.
Resistencia: Información turística, (03722) 23547. Fogón de los Arrieros: (03722) 26418.
Cooperativa Barrio Toba: RN Nº11, 6 kilómetros hacia el sur de Resistencia, exposición y venta de alfarería.