Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Stira

VERANO
Costa Atlántica

El mar dice presente

A punto de empezar la temporada de verano, las ciudades de la costa atlántica ya tienen todo listo para atraer turistas en busca de diversión y descanso, desde San Clemente a Villa Gesell. Orcas, golf, caballos y bosque, además de mucho mar.

Por Graciela Cutuli

Exactamente donde termina el hueco abierto en la panza de la provincia de Buenos Aires por la bahía de Samborombón, empieza la ola de balnearios que son el principal sinónimo de sol y playa para el verano argentino. Uno al lado del otro, pero cada uno con su perfil –San Clemente amada por los chicos gracias a Mundo Marino, la apacible Santa Teresita de los mayores, la movida adolescente de San Bernardo, el aire fashion de Pinamar– se preparan para recibir este verano al fiel público de siempre y a aquellos que, tal vez más inconstantes, se van y vuelven, y elegirán pasar este año al borde de un Atlántico que desplegará todo su encanto para atraerlos definitivamente.

El primer racimo de balnearios Ya antes de llegar a San Clemente, hay algunos lugares que los amantes de la naturaleza pueden aprovechar para ver durante el viaje: empezando en el kilómetro 270 de la RP 11 por la Reserva Restringida donde se intenta salvar a los venados de las pampas, amenazados por la extinción, y la Reserva Campos del Tuyú, que guarda una rica muestra de la fauna de la pampa húmeda sobre los terrenos linderos con la ría de Ajó. San Clemente es muy conocido por los pescadores que se embarcan durante el verano en busca de corvinas, lenguados o bagres de mar, pero durante todo el año es un gran destino también para los más chicos por el oceanario donde orcas y delfines brindan vistosos espectáculos. Además de la parte recreativa, la Fundación Mundo Marino se encarga ahora de rescatar y curar animales enfermos para intentar devolverlos a sus lugares de origen sanos y salvos. En esta zona, también se puede visitar el Vivero Cosme Argerich, donde se plantan árboles en honor de algunos visitantes ilustres, y que puede recorrerse siguiendo los pasos de los guías ambientales que ayudan a orientarse entre la flora y fauna de la reserva. Por si fuera poco, en febrero San Clemente atrae a payadores de los más diversos pagos para un encuentro que se organiza, puntualmente, en la plaza Pereyra desde hace casi 20 años.
Los siguientes balnearios son Las Toninas y Santa Teresita, donde también se concentran muchos amantes de la pesca deportiva. Santa Teresita, sin embargo, ofrece varias opciones más: golf, equitación en la escuela local (abierta todo el año), aviación (vuelos de bautismo en el Aeroclub) y automovilismo, en el circuito semipermanente Triángulo del Tuyú, que sabe hospedar carreras de TC. Es poco sabido que en esta zona, dentro de lo que hoy es un camping, está el antiguo casco de la estancia donde pasaba los veranos la familia Leloir, incluyendo al premio Nobel Luis Federico Leloir.
A lo largo de la costa, se suceden hacia el sur Mar del Tuyú, Costa del Este y la Lucila del Mar, algunas de las localidades más tranquilas de la costa, donde es más común ver bicicletas que autos y las tardes se estiran, tranquilas, sin vida nocturna que altere la tranquilidad del lugar. Muy distinta es la vecina San Bernardo, que de ser el paraíso solitario de las almejas de los años 70 se convirtió a fines de los 80 en uno de los santuarios de la movida adolescente de la costa bonaerense, con todo lo que implica en materia de moda, discotecas y trasnochadas. Si hay tiempo para algo más que los paseos por Chiozza, la calle principal, vale la pena pasar por el Observatorio Astronómico y jugar a buscar lo poco que queda de un barco inglés que se hundió, allá por fines del siglo XVIII, con un importante tesoro en sus bodegas (como gustan de hacer creer todas las leyendas). Por último, Mar de Ajó le pone el punto final a este tramo de la costa, antes de llegar a ese segundo núcleo entre chic y hippie que va de Pinamar a Villa Gesell.

Bosques, arenas, mar Bien atrás quedaron los tiempos en que Pinamar era apenas el fondo de la estancia de Valeria Guerrero, miembro de la familiadueña de la mayor porción de este sector costero y pionera en costumbres otrora extrañas, como hacer gimnasia en la playa. Hoy, Pinamar es uno de los centros del mundo fashion; las chicas hacen gimnasia para lucir mejor las bikinis o la variante que se use cada año, y ni remotamente alguien puede imaginarse que alguna vez había que llegar a estos parajes en carretas tiradas por caballos. Aunque la llegada masiva de turistas en pleno verano, que hace vivir a la ciudad durante buena parte de lo que queda del año, le saca un poco del encanto agreste que se respira en invierno, en Pinamar todavía es posible encontrar algo de esa naturaleza que la hizo famosa. Las cabalgatas por las playas y los bosques son ideales para románticos, en tanto los que prefieren otros deportes tienen para elegir desde el golf en el Golf Links Pinamar hasta el tenis o el jet-ski, si la idea es aprovechar la oportunidad que brinda el mar. Pegadito a Pinamar, Ostende es mucho más tranquilo, con sus calles poco transitadas y los médanos solitarios pero vivos que a principios de siglo hicieron fracasar el primer intento de construcción en el lugar. Recientemente volvió a abrir sus puertas un sitio histórico, el Viejo Hotel Ostende, donde se pueden revivir los viejos tiempos en que varios aristócratas y personajes de la cultura porteña se instalaban en la costa para pasar los largos veranos.
Siempre hacia el sur, hay que pasar Valeria del Mar (un homenaje a Valeria Guerrero) para llegar al más bello y caro de los balnearios de la costa, Cariló, o “médanos verdes” en el idioma indígena. Aquí el progreso no llegó a los extremos de Pinamar: todavía las casas no tienen divisiones entre sí y surgen como moradas de gnomos en medio de un bosque fantástico, tan denso que a veces no deja pasar la luz del sol, pero el progreso amenaza con no dar respiro. El centro comercial, dominado por vistosos edificios de madera, crece cada vez más, y ya cuenta con iluminación eléctrica pública, algo que hasta hace algunos años los vecinos de Cariló se hubieran negado rotundamente a aceptar. Las playas no están tan pobladas porque los balnearios son pocos, pero para disfrutar realmente de la naturaleza –abundan los pájaros, entre ellos confiados colibríes– hay que internarse en el bosque y alejarse un poco de la animación excesiva que recibe el centro en verano, cuando Cariló se convierte en meta de una buena parte de los turistas de otras localidades. A mediados de febrero, Cariló organiza una de las fiestas más lindas del verano, la Atada de la Costa, que ve desfilar en una pista expresamente diseñada antiguos carruajes tirados por caballos.

Siempre cool Aunque los años hayan pasado, a Villa Gesell le quedará para siempre algo de ese aire hippie, despreocupado, que la hizo famosa. Este año, el 14 de diciembre, la ciudad volverá a rendir homenaje a su fundador, Carlos Idaho Gesell, con recitales y fuegos artificiales frente al mar. Pero a lo largo de toda la temporada hay muchas más actividades previstas: desde el III Encuentro Nacional de Escultores a la elección de la Reina del Verano, pasando por torneos deportivos de diversas disciplinas –beach voley, maratón, biatlón Mar de las Pampas, competencias náuticas, safari 4x4– y los tradicionales encuentros corales, que cada miércoles y sábado presentan espectáculos con dos coros cada vez. Durante enero, se presentarán recitales de Natalia Oreiro, la despedida de Los Chalchaleros y el dúo Vitale-Baglietto, mientras las chicas de Pancho Dotto se ocuparán de darle el toque frívolo al ex santuario hippie. Mientras tanto, en Gesell la oferta desborda los teatros y centros culturales para mudarse a las mismas calles: por iniciativa de la Municipalidad, once grupos de títeres, magia, mimo, música clásica y tango se dan cita en la peatonal todas las noches para entretener gratuitamente a los turistas. El clima es siempre alegre y distendido,porque en Gesell no hay apuros que valgan, sino sólo un cierto espíritu común siempre dispuesto a pasarla bien.

Teléfonos para tener a mano

Emtur (Ente Turístico de Mar del Plata): (0223) 494-4140.
Casa de Mar del Plata en Buenos Aires: 4384-5613.
Secretaría de Turismo de Villa Gesell: (02255) 45-8596.
Casa de Villa Gesell en Buenos Aires: 4371-5098.
Oficina de Turismo de Mar de Ajó: (02257) 42-0139.
Casa de Pinamar en Buenos Aires: 4315-2679.
Turismo de San Bernardo: (02257) 46-3027.
Turismo de San Clemente: (02252) 43-0718.

 

Mar del Plata

Clásico de clásicos, también Mar del Plata quiere dar batalla este verano, gracias a una reciente lavada de cara de las principales calles y la renovación del acceso a la ciudad. Tres eventos marcarán los tres meses del verano: en enero, el Mundial de Seven de Rugby, en febrero la Liga Sudamericana de Básquet y en marzo el Festival Internacional de Cine. Y como cada año, los mejores espectáculos del año y varios estrenos se mudarán a las salas teatrales marplatenses, desde Confesiones de Mujeres de 30 hasta El Ultimo de los Amantes Ardientes y La Cenicienta. En materia musical, se prevé la presentación de María Marta Serra Lima, Alejandro Lerner, Sergio Denis, Adrián Abonizio y Jorge Fandermole, León Gieco y Les Luthiers. Por si fuera poco, se celebrarán las fiestas nacionales del Mar y los Pescadores, y se organizarán el desfile de Roberto Piazza y la colorida Semana de los Valencianos.