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OPINION
Cavallo di razza
Por Alfredo Allende *

El caballo de Troya se ha erigido en una metáfora con diversos sentidos. Para citar ejemplos corrientes entre nosotros: hay un presente similar cuando con el pretexto de ayudar a sectores privados se incentiva de manera violenta la deuda externa, o cuando se decide reducir un Estado a través de las privatizaciones de sectores fundamentales de su economía y de sus facultades decisorias; o cuando se plantea la rigidez de su relación de cambio, en tales términos que las exportaciones sufren ausencia de competitividad y las importaciones quedan premiadas en detrimento de la propia producción; o cuando se asegura mediante complacencias y ardides la prioridad a los factores financieros por sobre los industriales y rurales; o cuando se aumenta el impuesto del IVA de manera espectacular.
“Cavallo di razza”, dicen los italianos para designar a personas –políticos, por ejemplo– que tienen aportes de peso realizados a tareas que les resulten frecuentes. Un “cavallo” de este tipo habría realizado esos aportes enunciados, por lo menos –y no es poco– desde el punto de vista de los sectores beneficiados, que serán escasos en número, pero son poseedores de un fuerte poder como para honrarlo y titularlo, pública e internacionalmente, a la manera peninsular.
Pero volviendo a Troya, también cobra sentido los del equino de madera griego cuando el caballo es de carne y hueso, no necesariamente un animal, y es introducido en un gobierno, del que no participaba y del que era poco menos que repudiado.
Si se sigue en el razonamiento de las tradiciones homéricas, ese caballo se quedará con el gobierno de la “ciudad”, que se extiende más allá de la General Paz. Claro que tendremos un “cavallo di razza”, para bien de un puñado de grupos privilegiados y para que todo continúe igual o peor para las mayorías.
Es una lástima porque se había empezado bien el año con la puesta en marcha del proyecto sobre infraestructura. No vaya a ser que nos pase aquello que se indica en otro dicho italiano: que los argentinos debamos continuar sobre el “cavallo di San Francisco”, esto es, a pie.

* Diputado UCR-Alianza.


 

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