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LOS ACUSADORES PIDIERON EL PROCESAMIENTO DE PINOCHET
Un dictador muy, muy normal

El juez Guzmán Tapia se declaró ayer convencido de la normalidad de Pinochet. Los acusadores demandaron el arresto por la �Caravana de la Muerte�. Y se conoció mejor el interrogatorio del martes.

Viviana Díaz, presidenta de Familiares de Detenidos Desaparecidos, lee la carta entregada a las FF.AA.

“Me pareció una persona extraordinariamente normal.” Esta impresión del juez Juan Guzmán Tapia, expresada ayer abiertamente en un programa de televisión, resume (y resuelve) meses de debate sobre qué le parecería la salud del ex dictador chileno Augusto Pinochet después de su encuentro cara a cara. Durante cerca de 30 minutos y por primera vez en sus 85 años de vida, el ex dictador había respondido el martes ante un juez por las violaciones de derechos humanos cometidas bajo su dictadura. Guzmán le hizo 15 preguntas relacionadas con su responsabilidad en la matanza de 57 opositores políticos y la desaparición de otros 18 durante la Caravana de la Muerte que recorrió Chile entre septiembre y octubre de 1973, al mando del general Sergio Arellano Stark.
Ayer pudieron conocerse mejor las preguntas del juez y las respuestas del ex dictador. Tras las identificaciones de rigor (nombre, edad, domicilio), Guzmán le hizo a Pinochet en su residencia de La Dehesa 15 preguntas clave que ya figuraban en el exhorto enviado a Londres en octubre de 1999 y que entonces Pinochet no había respondido. La primera pedía que aclarara si el general Sergio Arellano Stark fue enviado como su oficial delegado a unificar criterios en los consejos de guerra según el modelo que se seguía fielmente en el campo de prisioneros de Pisagua, donde cientos fueron fusilados sin derecho a defensa.
Guzmán se concentró en una de las principales pruebas contra Pinochet: el oficio que acompañó al proceso del general Joaquín Lagos Osorio, entonces jefe de la Primera División de Ejército, de fecha 30 de octubre de 1973. Lagos Osorio había obligado al ex comandante en jefe a confrontar los crímenes cometidos por los hombres de Arellano en Copiapó, Antofagasta, Tocopilla y Calama.
El primer informe de Lagos Osorio le había sido devuelto por Pinochet la noche del 1 de noviembre para que lo rehiciera y omitiera párrafos y frases comprometedoras. El documento venía con borrones y comentarios de puño y letra de Pinochet, y Osorio, junto con el que redactó de nuevo, guardó el original. Con dicho documento anexado a la causa, Guzmán le preguntó el martes a Pinochet: “¿Reconoce como suya la letra en la segunda hoja de dicho oficio en la escritura del texto manuscrito: ‘No hubo proceso sumarísimo’?, ¿qué quiso decir con ello?”. Luego Guzmán preguntó al ex dictador si reconocía haber realizado personalmente varios subrayados en el texto. Finalmente Guzmán realizó otra de las preguntas clave del interrogatorio. ¿Por qué quería o precisaba que se omitieran determinadas ejecuciones como realizadas por orden del general Sergio Arellando Stark?
El ex dictador respondió a casi todas estas preguntas de la Justicia, eludiendo por falta de memoria sólo algunas como las del oficio modificado del general Lagos Osorio. También habría reconocido que conoció las irregularidades cometidas por la comitiva militar y que por ello le puso fin anticipado, antes de que siguiera viaje más al norte, a Iquique y Arica. Sin embargo, Pinochet habría sido poco claro a la hora de explicar por qué los involucrados siguieron en el Ejército, y no sólo no se los castigó sino que fueron premiados con ascensos. “Yo no soy ningún criminal. Yo, en ningún momento ordené fusilamientos de nadie. Había una orden de la junta de gobierno, que solamente en caso de defensa propia se podía abrir fuego” es una respuesta y un énfasis típico del ex dictador.
Además de alegar su inocencia, la mala salud de Pinochet es el principal argumento de su defensa, que pocas horas después del interrogatorio le pidió a Guzmán que sobresea (cierre) definitivamente el proceso por la ‘Caravana’ o en su defecto “suspenda la causa respecto del general” atendiendo razones de salud. “Yo no soy doctor, ni psiquiatra, ni psicólogo, así que en ese aspecto me pareció una persona extraordinariamente normal”, comentó Guzmán en una entrevista con el canal 13 de la televisión de Santiago. Durante el interrogatorio se mostró como”un hombre de gran corrección, de gran valentía, de gran caballerosidad”, resaltó el juez, junto con declararse “satisfecho” de la diligencia judicial.
Según los abogados querellantes, no existen razones para que el magistrado retrase la orden de arresto de Pinochet, dada la lucidez de sus respuestas. Los acusadores solicitaron el miércoles a Guzmán que someta a proceso a Pinochet por los 74 secuestros y homicidios perpetrados por la “Caravana de la Muerte”. Guzmán no tiene plazos perentorios para decidir qué hará. El consenso de los analistas políticos chilenos era ayer que el juez chileno Juan Guzmán procesará a Augusto Pinochet. Pero no descartaron que finalmente la Corte Suprema de Justicia lo exima por razones de salud, en el marco de lo que algunos consideraron una “solución política” para el caso del ex dictador.

 


 

LAS EVIDENCIAS GOLPEAN A LA EX OPOSICION
El videoclub de Montesinos

Un nuevo terremoto político estremece ahora el Congreso del Perú. Se trata de la aparición de un video en el que se observa al congresista Ernesto Gamarra, del Frente Independiente Moralizador (FIM) e integrante de la comisión del Congreso que investiga al ex jefe de los servicios secretos Valdimiro Montesinos, recibiendo dinero de un general del entorno del ex asesor. También existe otra cinta en la que aparece el vocal supremo y ex presidente del Jurado Nacional de Elecciones Alipio Montes de Oca negociando una remuneración adicional con el ahora prófugo Montesinos. Terminada la reunión del Consejo Directivo del Congreso, el primer vicepresidente, Carlos Ferrero, informó de que el juez Saúl Peña, encargado de la investigación del “caso Montesinos” por presunto delito de corrupción de funcionarios, acudió anteayer al Congreso para entregar oficialmente la transcripción de las imágenes de dos videos. En el primero, rotulado con el número 1193, se observa al parlamentario Gamarra recibiendo un fajo de dinero a cambio de desviar investigaciones periodísticas sobre un caso de tráfico de armas. Participa en la cita el general del Ejército Roberto Huamán Azcurra, uno de los personajes del entorno de Montesinos, quien se encuentra detenido bajo la acusación de ser el responsable de la intercepción telefónica contra opositores al régimen, ministros de Estado, periodistas y militares. Gamarra, por su parte, aseguró que nunca se reunió con Montesinos, que renunciará a la Comisión Waisman (la encargada de investigar al ex asesor) y que pedirá que se levante su inmunidad parlamentaria. Lo que no dijo Gamarra es si recibió dinero de dudosa procedencia, de manos de militares del entorno de Montesinos y a cambio de “favores” en beneficio del régimen.
El juez Peña también dio detalles del otro video. Se observa a Montesinos reunido con Alipio Montes de Oca y le propone que acepte la presidencia del Jurado Nacional de Elecciones. A cambio le ofrece apoyo para su salud y seguridad, un auto blindado y una suma de 10.000 dólares mensuales adicional a su sueldo.

 

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