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ALDO DADONE ESTA PRESO, ACUSADO DE HABER LIDERADO UNA ASOCIACION ILICITA
El gran amor entre IBM y la Banda Nación

Comenzó el interrogatorio patrocinado por su hija. Cuando Bagnasco le informó los cargos y la detención entró en escena Cúneo Libarona. Pero el célebre abogado no pudo evitar que fuera a dar a la cárcel de Marcos Paz. La calificación complica a los otros implicados. Cavallo no quiso opinar.

Aldo Dadone llevó un carrito lleno de carpetas a Comodoro Py para fundar su declaración. También intentó descargar la responsabilidad en las espaldas de su hermano, que declaró el miércoles.

Por Adriana Meyer

Las manos de Domingo Cavallo terminaron de incinerarse. Su protegido, el ex presidente del Banco Nación Aldo Dadone, está detenido en la cárcel de Marcos Paz acusado de haber liderado la asociación ilícita que protagonizó el escándalo informático IBM-Banco Nación. Ayer fue indagado por el juez federal Adolfo Bagnasco y aseguró que el dinero que apareció en una cuenta suiza a nombre su mujer –en un tramo de la ruta de la coima que habría pagado la Big Blue para obtener el millonario contrato con el Nación– era de su hermano. El ex ministro de Economía había dicho que ponía “las manos en el fuego por Dadone”, aunque los hechos que se sucedieron lo hicieron desdecirse. Consultado por este diario, se negó a opinar de la novedad.
Con algunas canas más y varios kilos menos que hace seis años cuando estalló el caso, traje gris claro y camisa blanca, Aldo Dadone se presentó ayer a las 10 en el juzgado de Bagnasco, puntual para el inicio de la audiencia. Junto a su abogada, su hija Mariana, pidió ver toda la prueba que hay en los 88 cuerpos del caso. Lo habría hecho con cierto tono soberbio, según relataron fuente judiciales. En ese momento le comunicaron que la calificación del delito que se le imputa había cambiado y que no sólo sería indagado por cohecho sino como jefe de una asociación ilícita. Esta modificación significó su inmediata detención y tuvo que trasladarse hasta la alcaidía ubicada en el subsuelo de los tribunales federales.
Fue entonces cuando apareció en escena el abogado de ricos y famosos, Mariano Cúneo Libarona, para hacerse cargo de una situación que se había complicado demasiado para la joven Mariana. A las 16 empezó la indagatoria. Dadone se hizo traer en un carrito gran cantidad de carpetas y empezó a describir detalles sobre su formación. Mostró diplomas de cursos en Chicago, pero su propio defensor lo frenó y le explicó que todo eso era para decir recién en el juicio oral. Mientras tanto, uno de sus hijos esperaba ansioso en el pasillo del cuarto piso, fumando y atendiendo en forma incesante el teléfono celular. La declaración se extendió hasta las 21 y podría continuar hoy.
En mayo de 1998 el juez de Ginebra Michel Graber le confirmó a Bagnasco la existencia de dos cuentas en la Unión de Bancos Suizos (UBS) a nombre de las esposas de los hermanos Aldo y Mario Dadone, presidente e integrante del directorio del Banco Nación respectivamente. Pero recién a fines del año pasado llegó la información oficial desde Suiza y el juez dispuso las nuevas indagatorias de ambos –y sus consortes– por el delito de cohecho. Ya habían sido procesados, pero Mario se benefició con una falta de mérito que le dictó la Cámara Federal, mientras que Aldo quedó procesado sólo por defraudación. Para los investigadores, la ratificación proveniente de Suiza de que por esas cuentas había pasado parte de la coima cobrada por los directivos del Nación –a cambio de direccionar la licitación del millonario Proyecto Centenario a favor de IBM– fue también la confirmación de que hubo cohecho.
El miércoles Mario Dadone aseguró ante el juez que fue el fallecido director del Nación Ricardo Imposti quien depositó 1 millón 159 mil pesos en su cuenta porque se la había prestado para saldar una deuda de 280 mil pesos que tenía con él. Ayer, Aldo Dadone declaró que el depósito sospechado en la cuenta a nombre de Antonia Albarracín de Dadone en el UBS –realizado en dos transferencias que totalizaron 1 millón 200 mil dólares– lo hizo su hermano. Los fiscales Carlos Cearras y Pablo Recchini le preguntaron por qué no usó una de las tres cuentas suizas que tenía Mario. El imputado respondió que “la suya era más segura” para hacer determinadas operaciones y aseguró que el resto de dinero que había en esa cuenta era suyo. Le preguntaron para qué la abrió su esposa en junio de 1993. En este punto su exposición se volvió confusa. “Ella no es mi esposa pero es como si lo fuera”, indicó. “Pero, ¿están casados o no?”, insistieron los funcionarios judiciales. Dadone respondió que no. Sin embargo, la información de Suiza mencionó a “Albarracín de Dadone”. El ex presidente del Nación explicó que le abrió la cuenta a su mujer comoprevisión “por si me pasaba algo” (ver aparte), y que cuando ella le consultó para qué la quería, la contestación que le dio fue “vos mejor que no sepas nada”. Su hermano sí sabía de la existencia de la cuenta pero Dadone declaró que no le explicó nada a la mujer porque “para mis cosas personales soy muy reservado”. Ayer Albarracín de Dadone se negó a declarar.
Dadone intentó defenderse argumentando que la información que la UBS le mandó al juez suizo no es correcta. Le replicaron que la traducción que integra el expediente fue realizada por peritos del Banco Central y si acaso insinuaba que ellos también mentían o estaban errados. Dadone lo miró a Cúneo Libarona y contestó que sí. El letrado levantó la vista al techo y puso su mirada en otro lado. La otra línea de razonamiento fue negar la existencia misma del caso y atribuirlo a una invención. De hecho, Dadone había calificado al denunciante Santiago Pinetta como “loco, mentiroso y falso periodista”, lo que le valió una querella por calumnias que todavía se dirime en la Justicia criminal y correccional.
En 1997 Dadone estuvo prófugo durante dos meses hasta que la Cámara Federal revocó la orden de captura que Bagnasco había dictado en su contra. Durante toda la tarde de ayer, el eternamente bronceado Cúneo Libarona lustró con sus caminatas desesperadas los mármoles de Comodoro Py. Seguramente hubiera esperado que el juez enviara a un encierro más cómodo a su flamante cliente, que tiene 62 años. Aunque la nueva cárcel de Marcos Paz ya cuenta con un sector VIP.

 

Claves

El ex presidente del Banco Nación Aldo Dadone quedó preso porque la Justicia lo acusó de liderar una banda delictiva en el caso IBM-Nación.
Aunque el denunciante y el juez trabajaban la hipótesis de la asociación ilícita, recién ahora aparecieron las pruebas para cerrar el círculo.
Dadone concurrió al juzgado ayer para ser indagado por un delito excarcelable, y terminó preso porque le cambiaron la calificación antes de interrogarlo.
El ex funcionario cavallista deslindó responsabilidades en su hermano Aldo. Dijo que su esposa no es su esposa, aseguró que la información proveniente de Suiza es falsa y que el caso es un invento.
Si la Cámara Federal confirma este nuevo giro que le imprimió el juzgado, el caso se encaminará al juicio oral y público.
En 1994 la filial argentina de IBM ganó la licitación para la puesta en marcha del Proyecto Centenario, destinado a informatizar las 525 sucursales del Banco Nación por un total de 249 millones de pesos. La coima fue de 37 millones pero sólo se llegaron a pagar 21.

 

PERFIL DE UN VIEJO AMIGO DE DOMINGO CAVALLO
El Mingo se quemó las manos

Aldo Dadone y Domingo Cavallo fueron amigos, muy amigos durante 26 años. Podría decirse que sus vidas recorrieron un mismo camino que atravesó todos los ámbitos de la vida, personal, familiar y hasta laboral. Fueron la imagen de la simbiosis perfecta. Pero la perfección no existe.
Córdoba vio a Dadone triunfar en sus estudios. Sus altos promedios le permitieron acceder a una beca en la Universidad de Chicago. La experiencia lo deslumbró y después de hablar con Sonia Abrazian, la esposa del ex ministro, convenció a Cavallo de hacer su doctorado en Harvard. No era mala idea, porque tiempo después, cuando integraron la Fundación Mediterránea, habían generado relaciones en las dos grandes escuelas del pensamiento económico. Aun así, durante mucho tiempo la amistad los llevó a probar suerte en diferentes emprendimientos inmobiliarios y hasta fundaron el Banco Edificador. Durante la última dictadura juntos trabajaron y militaron en el Integralismo, un movimiento muy cercano al catolicismo cordobés que formó profesionales para el gobierno militar.
Siempre estuvieron juntos. Incluso durante la experiencia de Cavallo en el Banco Central en 1982. Hecho que le sirvió a Dadone para poder escribir las réplicas a las críticas que recibía su amigo “Mingo” por haber participado en el gobierno militar.
El acercamiento de Cavallo a Carlos Menem fue altamente provechoso para Dadone, quien poco después de que su amigo fuera nombrado ministro de Relaciones Exteriores, el hoy reo fue designado embajador extraordinario y plenipotenciario. La amistad estaba más fuerte que nunca y pareció que nada podría hacerle mella cuando Cavallo, ya en la cartera de Economía, lo ungió presidente del Banco de la Nación Argentina.
Ninguno de esos cargos evitó que Dadone, de reconocido fervor católico, viajara a Salta cada 15 de septiembre para renovar su fidelidad al Cristo de los Milagros, donde suele repetir, mientras saluda a la imagen con un pañuelo blanco: “Nosotros somos tuyos y tú eres nuestro”.
Poco después de que estallara el escándalo de las coimas en el affaire IBM-Nación, con Dadone y Juan Carlos Cattáneo encabezando la lista de sospechosos, Cavallo creyó en su amigo y dijo: “Pongo las manos en el fuego por él”. Pero después, con el desarrollo de la causa, la cuenta en Suiza a nombre de Antonia Albarracín, la segunda esposa de su amigo, y la fuga de éste a Miami, Cavallo no tuvo más remedio y sentenció el fin de la amistad: “Dadone me defraudó”.
Los que conocen al economista encarcelado lo definen como un hombre “paternal, solidario y temeroso de las mafias”. Debe ser cierto, porque cuando apareció ahorcado en la Ciudad Universitaria el empresario Marcelo Cattáneo, se asustó tanto que vivió varios meses escondido en una casita en Córdoba.

 

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