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DE LA RUA INSTRUYO A MACHINEA QUE DENUNCIE EL LAVADO
Buscando evitar el enjuague

El Ejecutivo se vio obligado a tomar posición en el escándalo del lavado de dinero, que hasta ahora salpica al titular del Banco Central y ex funcionarios. Envían antecedentes al procurador.

Susurros al oído. El ministro de Economía, José Luis Machinea, responde a las instrucciones.

Por ahora el Gobierno logró permanecer al margen del escándalo del lavado de dinero. Pero a medida que el tema crece, las posibilidades de que no lo roce de algún modo son cada vez más remotas. Fernando de la Rúa analizó el tema con Chrystian Colombo y José Luis Machinea y concluyeron que resulta esencial tomar la iniciativa antes que la bola de nieve los arrastre, aunque sea con la acusación de mantenerse inactivos. En línea con esa evaluación política, el ministro de Economía anunció anoche que envió todos los antecedentes sobre lavado de dinero al procurador del Tesoro, Ernesto Marcer, quien “el próximo lunes hará una presentación ante la Justicia con la denuncia correspondiente”. Previamente, el propio De la Rúa había manifestado que “instruí al ministro de Economía para que haga la presentación judicial y formule la denuncia”.
El apuro por mostrar ejecutividad en un tema que comienza a quemarle las manos hizo que el Gobierno tomara otra resolución. Después de meses sin reglamentar la ley de lavado de dinero, Colombo anunció ayer que esa tarea estará completada el próximo martes. Los bancos ejercieron un fuerte lobby para parar la aplicación de la ley, al considerar que la norma les asigna responsabilidades demasiado pesadas, como advertir a una unidad especial del Gobierno sobre operaciones sospechosas. De no hacerlo, podrían quedar involucrados como cómplices en maniobras de lavado.
Los bancos habían logrado su objetivo hasta que el Senado de Estados Unidos presentó su informe sobre lavado y desató el escándalo. Colombo precisó que en los próximos días se pondrá en funcionamiento la Unidad de Información Financiera, que tendrá a su cargo investigar las operaciones sospechadas de lavado de dinero. Hasta que ese cuerpo no se constituya, la ley pierde casi todo su sentido práctico.
En rigor, el Gobierno había prometido la reglamentación para esta semana. Al no poder cumplir, Colombo le puso nueva fecha, a fin de morigerar las críticas por la tardanza y diluir las especulaciones sobre la permeabilidad del Gobierno al reclamo de los bancos. “El decreto reglamentario está prácticamente terminado”, insistió, por su parte, el viceministro de Justicia, Melchor Cruchaga, quien precisó que la unidad dependerá de esa cartera y estará integrada por seis miembros del Poder Ejecutivo y cinco nombrados por concurso. Los del Gobierno serán representantes de los ministerios de Justicia y Economía, el Banco Central, la Secretaría contra el Narcotráfico, la Comisión Nacional de Valores y la AFIP.
El otro camino que recorrió ayer el Gobierno para demostrar su interés por el tema fue elevar la información disponible sobre lavado al procurador del Tesoro. Sin embargo, ni De la Rúa ni Machinea dieron detalles sobre el carácter de la denuncia que pretenden que Marcer lleve a la Justicia. No dijeron si el Estado se sumará como querellante en causas existentes o aportará elementos para iniciar otra investigación. Si la estrategia pasara por el primero de esos carriles, podría darse el caso de que el Gobierno se plegara a la denuncia contra el presidente del Banco Central, Pedro Pou, impulsada por diputados disidentes de la Alianza, como Alfredo Bravo y Elisa Carrió. Pero no parece que ése vaya a ser el caso, si se tiene en cuenta que en los últimos días Machinea respaldó públicamente a Pou.
“Le remití una carta al procurador del Tesoro con la información y el informe del Senado de Estados Unidos. Con eso hará una denuncia ante la Justicia”, dijo Machinea. El ministro estuvo muy interesado en remarcar que esa acción “demuestra la intención del Gobierno de que se avance todo lo necesario en la investigación”. “El Gobierno ha colaborado con los miembros del Congreso que estuvieron en esta investigación, como los diputados Elisa Carrió y Gustavo Gutiérrez, prestándoles la máxima colaboración”, enfatizó el ministro. En la misma línea, Colombo destacó “la acción muy concreta de la Argentina contra las operaciones de lavado de dinero, como fue la sanción de la ley”. De la Rúa no quiso quedar al margen en la tarea de subrayar “la preocupación” del Gobierno por el tema. Desde Córdoba, manifestó que había dado instrucciones a Machinea para que elevara la información disponible a Marcer, a fin de que “formule una denuncia”. También explicó que esa orden surgió ante “la publicación de un informe por parte del Senado de Estados Unidos”, y consideró que “toda investigación debe ser profundizada”.

 

Cambio Senado por Lavado

Después de manifestar su apoyo a la propuesta de Elisa Carrió de conformar una comisión que investigue las operaciones de lavado de dinero, Carlos “Chacho” Alvarez apuntó ayer contra el presidente del Banco Central, Pedro Pou. “Es importante analizar exhaustivamente el rol del Banco Central en estos temas y si ha cumplido o no con las tareas de contralor”, subrayó, reclamando que la investigación también haga eje sobre el papel que ha desempeñado Pou. El líder del Frepaso cuestionó que el Central “no haya podido precisar la cantidad de dinero que se lava en Argentina”. Y para dejar en claro su ineptitud en esa tarea, añadió que “hay diputados que están planteando que hubo lavado por 10 mil millones de dólares en los últimos diez años”, cifra que calificó de “escandalosa”.
Al igual que en el tema de las supuestas coimas en el Senado, Alvarez se puso rápidamente del lado de quienes reclaman al Gobierno una actitud decidida en investigar el lavado de dinero. Reclamó que el tema sea asumido “como una cuestión institucional”, para lo que “debe invitar a las otras fuerzas políticas a participar”.
Por otra parte, Chacho consideró que las actividades del ex banquero Raúl Moneta deben ser “parte de la investigación”, al estimar que durante el menemismo, el ex titular del Banco República estaba vinculado con “tráfico de influencias”. “Detrás de Moneta, o al costado, se movieron palancas muy importantes del poder menemista y eso me parece que se conoce, así que debe ser parte de la investigación”, precisó. Finalmente, dijo que “el combate a las nuevas formas de delito como el narcotráfico y el lavado de dinero debe ocupar un lugar central en la Alianza”.
En tanto, los diputados Darío Alessandro y Horacio Pernasetti, presidente y vice del bloque de la Alianza de la Cámara baja, manifestaron ayer que impulsarán la investigación de lavado de dinero desde el ámbito legislativo. Y al igual que Chacho, dijeron que “debe analizarse exhaustivamente si las autoridades del Banco Central han cumplido con su obligación de controlar e impedir la proliferación de lavado de dinero a través del sistema financiero”.

 

OPINION
Por Irma Parentella *

Un problema de decisión

Luego de un extenso trámite parlamentario, en mayo del año pasado se convirtió en ley (la 25.246) un proyecto consensuado para prevenir y reprimir las operaciones financieras conocidas como “lavado de dinero”. Se consideró de suma importancia haber cubierto un vacío legal que, de múltiples maneras, facilitaba la legitimación de activos obtenidos mediante actos de corrupción, tráfico de armas, ventas de drogas ilegales, etc., estimados por especialistas en alrededor de 700 millones de dólares anuales.
La justificación de esta ley se basa en los riesgos que entraña para una sociedad democrática la circulación de enormes capitales provenientes de delitos cometidos por mafias carentes de todo escrúpulo. También en la necesidad de dificultar el accionar financiero de los narcotraficantes como forma de limpiar la oferta de drogas ilegales. La creación, mediante esta ley, de la Unidad de Información Financiera (UIF) tiene por objetivo avanzar sustancialmente en la detección e investigación de operaciones financieras sospechosas de estar relacionadas con graves delitos precedentes.
Pero este avance sólo será posible si se le da suficiente impulso político, reglamentando prontamente la ley sin desvituarla, dinamizando el proceso de constitución de la UIF y, más adelante, dándole a ésta todo el respaldo necesario para una eficaz labor. Si la reglamentación de la ley queda en manos de los que presionaron para que la UIF dependiera del Banco Central, o tuviera menos autonomía, el debate que realizamos no habrá servido. El gobierno anterior no hizo nada para controlar el lavado de dinero en nuestro país, a pesar de la creación por decreto del año 1990 de la Comisión Mixta de Control de las Operatorias Relacionadas con el Lavado de Dinero del Narcotráfico. No hubo decisión política de combatir a los mafiosos. Por eso es preciso que el gobierno de la Alianza apoye decididamente las investigaciones que iniciaron en distintos momentos algunos legisladores nacionales, así como también a aquellos que las hicieron desde otros ámbitos.
En nuestro país se da con cierta frecuencia una situación que debería ser motivo de reflexión: la sanción de leyes que luego en gran medida no se cumplen, entre otras razones debido a que los organismos del Estado no desempeñan eficazmente su rol de control o, lo que es peor, amparan a los poderosos.
Solo va a haber señales claras de que queremos terminar con la impunidad y vivir en una sociedad democrática si elaboramos leyes apropiadas y, además, las respetamos y las hacemos cumplir.

* Diputada nacional, Frepaso-Alianza. Presidenta de la Comisión de Drogadicción.

 

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