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Los desocupados de todo el país
harán un encuentro en La Matanza

En La Matanza levantaron el corte de ruta y convocaron a todas las organizaciones de desocupados a un encuentro en abril. Promueven cortes y protestas múltiples y simultáneos en todo el país.

La movilización del miércoles fue muy masiva, pero todos volvieron con las manos vacías.

Por Laura Vales

Luego del fracaso de las negociaciones con el Ministerio de Trabajo, los piqueteros de La Matanza tomaron dos decisiones: levantar el corte de ruta que mantenían en San Justo y convocar a un gran encuentro de organizaciones de desocupados de todo el país. Desarmaron el piquete de madrugada, con pocas palabras, pero con la advertencia de generalizar las protestas en abril. Se muestran convencidos de que ahora su mejor estrategia es reordenarse y volver con cortes y protestas múltiples y simultáneos. Al mismo tiempo, la cartera de Trabajo insistió en la idea de que, si las conversaciones fracasaron, fue por culpa de los dirigentes del piquete. “No toleran que controlemos los planes de trabajo, reempadronando a sus beneficiarios”, resumen allí. Para demostrar que están dispuestos a ir a fondo en esa pelea, mostraron casos concretos de la entrega irregular de planes.
Fue el vocero presidencial, Ricardo Ostuni, quien se ocupó de difundir los primeros datos. “En La Matanza se han detectado muchachos que están estudiando licenciaturas en Administración de Empresas, algunos en universidades privadas, que gozan de planes Trabajar”, reveló en declaraciones radiales.
La denuncia fue ratificada después por Patricia Bullrich, quien agregó que en las fallidas conversaciones el primer reclamo que recibieron fue “poder actuar, influir de alguna manera, en la causa judicial que está llevando adelante la fiscalía de La Matanza, por extorsión, en la que hay una cantidad de testigos que han dicho que para recibir planes Trabajar tienen que participar de cortes de ruta y demás”.
El gerente de Empleo del área del conurbano, Guido Lorenzini, precisó a Página/12 las irregularidades detectadas:
Beneficiarios que, a cambio del plan, se dedican a limpiar unidades básicas. Lorenzini difundió los ejemplos siguientes: Juan Alberto Raich, de Ramos Mejía, con dos hijos y sin trabajo desde hace dos años; declaró a los funcionarios del ministerio que su actividad es “trabajar en una unidad básica”. Javier Ruiz Medina, de Isidro Casanova, técnico electrónico; dijo que como contraprestación del plan de empleo “limpia la unidad básica en Ciudad Evita”. Ramón Ponce, de la misma zona, respondió que por el plan “trabaja el negro Juan Carán en la unidad básica”. Justo Moreiro, que “limpia la unidad básica de Cogote, el capo nuestro”.
Lorenzini puntualizó que todos los datos fueron brindados por sus protagonistas y refrendados con sus firmas.
También aparecieron como beneficiarios de planes estudiantes de la Universidad de Lomas de Zamora, profesores de educación física, técnicos radiólogos y maestras jardineras, a pesar de que los programas de empleo están destinados a jefes o jefas de hogar desocupados y el criterio para su entrega es privilegiar a los más pobres y con mayor cantidad de hijos.
Las irregularidades fueron detectadas con el reempadronamiento que Trabajo está realizando sobre los 8400 planes destinados a La Matanza.
Hasta ahora revisaron 400 y encontraron más de 30 con anomalías de este tipo.
Lorenzini también anticipó que va a reclamar al intendente de La Matanza Alberto Balestrini (que preside el Consejo de Emergencia Social) que se comprometa a citar para el reempadronamiento a todos los beneficiarios de planes. “El que no venga, a partir del 15 de marzo, va a quedar desafectado del plan”, aseguró.
El intendente Balestrini dijo anoche a este diario que va a chequear personalmente las denuncias. En la mayor parte de los casos, los beneficiarios de los planes de empleo son propuestos por algunos de los sectores que integran el Consejo de Emergencia, pero de la autorización final es responsable un funcionario municipal. En los últimos días Balestrini coincidió con los piqueteros en que la Nación había incumplido sus promesas, pero no se opuso al reempadronamiento. La postura de los dos líderes de la protesta, Luis D’Elía (CTA) y Juan Carlos Alderete (Corriente Clasista y Combativa), es que sólo lo aceptarán si del control también participa el Consejo de Emergencia Social. Plantean que, de otra manera, el único resultado será que seguirá habiendo casos de entrega irregular de planes, sólo que en favor de otros sectores. Todo indica, sin embargo, que en este punto han perdido el apoyo que la provincia y la intendencia les venía dando cada vez que subían las aguas del conflicto.
Fuentes de la gobernación aseguraron que ayer hubo una reunión entre Patricia Bullrich y Balestrini, en la que el jefe comunal dio garantías de que Trabajo tendrá todo el control sobre los planes. El intendente, agregaron, llegó a ese encuentro con indicaciones del gobernador, luego de una consulta cruzada con Fernando de la Rúa.

 

OPINION
Por Claudio Lozano *

Las razones de la marcha

La desocupación y la pobreza de La Matanza avanzó sobre la Capital. Lo hace recordando el acuerdo firmado en noviembre y hasta hoy incumplido por el Estado nacional, pero demostrando una vez más que su experiencia de lucha marca y señala las nuevas modalidades que adopta la organización popular en la Argentina.
En primer término, el corte de la Ruta 3 en noviembre del año pasado, mostró el nuevo rostro del Gran Buenos Aires. Emergió frente a la opinión pública no desde los trabajadores formales organizados de la vieja Argentina industrial, sino desde la desocupación, la precariedad y la pobreza que consolidara la desindustrialización de los últimos 25 años.
En segundo lugar, la experiencia de lucha demostró la capacidad de aglutinar en el denominado “Consejo de Emergencia” a la comunidad de La Matanza. Demostró la capacidad de crear un nuevo espacio público que por fuera del ámbito estatal fue capaz de poner en debate la cuestión del trabajo, la salud, la educación y el propio espacio urbano en La Matanza.
En tercer término, esta nueva clase trabajadora pudo materializar un acuerdo con el Estado nacional, provincial y municipal que reconoce como ámbito de realización el espacio territorial (no la empresa) y que no sólo incluye la asignación de planes de empleo sino que incorpora la pavimentación de calles, la construcción de aulas, alimentos, fondos para herramientas y medicamentos, etc. Acuerdo que por cierto pone en cuestión el monto y la dirección con que se asignan los recursos públicos.
La movilización del miércoles es consecuencia del incumplimiento oficial del acuerdo firmado. Sin embargo, no es éste el único punto que motoriza la protesta. Esta es resultado también del intento oficial de coartar e impedir que los trabajadores que reciben planes Trabajar puedan tener derecho a organizarse en la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat de la CTA. Se intenta impedir que aquellos que voluntariamente quieran organizarse en dicha estructura puedan aportar un porcentaje de su ingreso (2.5%) como cuota de afiliación. Son conocidos los estudios que muestran cómo las prácticas punteriles y clientelísticas desarrolladas por los partidos tradicionales han distorsionado la asignación de los planes de empleo. Es extraño y paradójico que la desidia observada en resolver este punto, sea acompañada por una activa estrategia oficial y judicial a cuestionar una experiencia que institucionaliza la organización, y que pretende democratizar restituyendo capacidad organizativa a esta nueva clase trabajadora. La marcha avanzó sobre la Capital intentando defender sus condiciones de vida pero además exigiendo la ampliación de la democracia, lo cual supone el derecho a organizarse en libertad como actor social y, por tanto, con capacidad para influir sobre el rumbo de las políticas públicas.

* Secretario de Estudio y Formación de la CTA.

 

OPINION
Por Enrique M. Martínez *

Sumar, sumar

Cuando asumí el cargo de secretario, hace tres meses y medio, un periodista me preguntó cuál será mi sueño al completar mi gestión. Con un impulso juvenil, que cada tanto me cruza, dije que aspiraba a que no hubiera más cortes de ruta. Tratando de apuntar a esa meta, en noviembre pedí una entrevista con el intendente de La Matanza. Mi criterio era que, si podíamos ayudar a resolver los problemas de trabajo en el distrito más complejo de la Argentina, podíamos animarnos en cualquier otro lugar.
Me reuní con el intendente, junto con Herminio Bayón, concejal del Frepaso y presidente del bloque de la Alianza. Les expuse nuestra propuesta de colaboración, que incluía la asignación de personal tiempo completo a ese municipio, ejecución de programas de capacitación, formulación de proyectos de inversión y orientación para atacar el problema del empleo desde varios frentes. Hablamos con el INTA y el Ministerio de Desarrollo Social para contar con apoyo y lo conseguimos.
Desde entonces, hemos fortalecido nuestros vínculos horizontales con otros ministerios y ha mejorado nuestra posibilidad de aportar esfuerzo en el tema.
Como resultado de la reunión se convino en hacer un convenio de cooperación, anunciarlo públicamente y ponernos a trabajar. Mandamos el texto y se fijó una fecha de firma. Nos llamaron para postergarla tres veces sucesivas. El propio intendente me explicó que debía participar el Ministerio de Producción de la provincia en el convenio y dimos nuestro acuerdo. Al día de hoy, el pescado está sin vender. Llamamos a Bayón y al concejal Luis D’Elía, para interesarlos en el tema. No nos contestaron.
Seguramente, la Sepyme tiene recursos limitados y hasta groseramente insuficientes para resolver materialmente el problema de la pobreza en un distrito de 1,5 millones de habitantes. Pero creemos que puede aportar elementos para contar con un programa concreto de trabajo, que permita a buena parte de esos compatriotas ir encontrando la salida a partir de sus propias fuerzas. A la fecha nos vemos inclinados a creer que los dirigentes populares de La Matanza, cuya frustración ante el dolor y la pobreza profunda comprendemos y valoramos, se han instalado en el culto a la desesperanza. Esto no les sirve a ellos ni a la gente que cree en ellos. Seguimos esperando que nos llamen.

* Secretario de la Pequeña y Mediana Empresa.

 

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