Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


El largo camino para que La Realidad sea La Paz

El subcomandante Marcos y 23 líderes zapatistas iniciaron desde la localidad selvática de La Realidad la marcha al Distrito Federal para negociar con el gobierno y el Congreso mexicano la paz en Chiapas.

Manifestantes zapatistas en San Cristóbal de las Casas.

El subcomandante Marcos abandonó La Realidad. No es que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se haya sumergido en el mundo imaginario, en la ficción, aunque podría ser el caso, si el gobierno mexicano no cumple con algunas medidas que debe tomar. Tampoco se trata de pensar que la realidad se escriba con mayúsculas; es tan sólo una localidad de la Selva Lacandona, en el estado mexicano de Chiapas. Ni siquiera se trata de que Marcos haya abandonado esa localidad después de cuatro años. La noticia es otra. Ayer, los principales dirigentes del EZLN iniciaron una larga marcha por 12 estados mexicanos cuyo destino es el Congreso, en México DF., y cuyo objetivo es establecer las bases para la paz en los estados mexicanos que tienen gran población indígena, y entre los cuales Chiapas es emblemático. La larga marcha zapatista llegó ayer a San Cristóbal de las Casas, donde concentró a manifestantes de los cuatro puntos del estado, y ahora se dirige a Juchitán, estado de Oaxaca.
La última vez que el subcomandante Marcos había salido del cuartel general zapatista en La Realidad fue precisamente hacia San Cristóbal de las Casas, durante la última ronda de negociaciones con la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), el órgano legislativo creado para mediar en el conflicto armado. Desde entonces, las relaciones entre los zapatistas y el gobierno del presidente Ernesto Zedillo no cesaron de deteriorarse. Hasta que llegó la asunción de Vicente Fox como presidente, poniendo fin a 71 años de gobierno ininterrumpido del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El presidente derechista y el subcomandante Marcos se desafiaron para reactivar las negociaciones.
La base de estas negociaciones, las que supuestamente se iniciarán en México D.F. en unos días, es simple: los zapatistas reclaman que se retiren las tropas del Ejército de Chiapas, que se liberen a todos los presos zapatistas de las cárceles mexicanas y que se apruebe la ley de los derechos indígenas, redactada por la Cocopa en 1996 y que es resultado directo de los Acuerdos de San Andrés de Larraínzar de ese mismo año. El gobierno de Fox ordenó algunas pequeñas medidas puntuales de distensión, como el retiro de unas pocas tropas y la liberación de unos pocos presos zapatistas, dispuesta por el flamante gobernador de Chiapas, Pablo Salazar.
Pero detrás de estas cuestiones a negociar se montó toda una pulseada simbólica: si los zapatistas debían ir o no armados al DF, si debían seguir encapuchados o no, si el Congreso los recibiría formalmente o no, etc. La pulseada enrareció el clima y comenzaron los primeros fuegos cruzados, hasta que el mismo subcomandante Marcos denunció anteayer que este “clima” es una maniobra de Fox para apropiarse de las banderas zapatistas y cargar las culpas de un eventual fracaso de las negociaciones a los líderes indígenas exclusivamente.
Antes de salir de La Realidad, Marcos entregó sus armas, un revólver nueve milímetros y un subfusil Star, al “mayor Moisés”, uno de sus lugartenientes. Luego se subió a una camioneta con vidrios polarizados. En unas horas llegó a San Cristóbal de las Casas, punto de encuentro de los delegados zapatistas. De allí saldrán hoy a la mañana hacia Juchitán los 24 líderes zapatistas que terminarán en México DF. “Si se cumplen las tres señales que pedimos, allí comenzará el diálogo”, anunció Marcos.

 

PRINCIPAL