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RIVER EMPATO EN ROSARIO CON UN GOL DE ARIEL RTEGA
Una gran burrada

Un gol de apilada del Burrito le dio la igualdad al puntero cuando sufría con un hombre menos y Central no se animaba a pegarle el cachetazo de gracia, después de haberlo bailado en el primer período. Franco Costanzo, el arquero visitante, fue la figura del partido. 


Astrada se va expulsado

Ortega le escapa a la marca de Moreno

Por Alejo Diz
Desde Rosario

Por el resultado, River se quedó festejando en el Gigante de Arroyito un punto ante Central. Era impensado que el equipo de Américo Gallego se abrazara al brindis de sólo un punto ganado, pero aun así las sonrisas finales para River no lograron disfrazar el muy mal partido que jugó ante Central. Se encontró con el punto en una providencial jugada de Ariel Ortega, que después de sus acostumbrados firuletes de cintura probó al arco en un tiro que encontró un rebote en el camino y descolocó a Tombolini. Había sido el primer disparo de River en todo el partido, pero para eso se necesitaron consumir 72 minutos de juego y superar la expulsión de Astrada antes de la media hora de iniciado el encuentro. Futbolísticamente, el paso de River por Rosario dejó muchas lecciones por estudiar, pero ratificó �con otros atributos� que el equipo de Núñez tiene cualidades para sortear un partido que nunca tuvo su fútbol.
Hasta el gol del empate, River dejó en Rosario la misma imagen que dispersó semanas atrás en sus amistosos por Mar del Plata y Mendoza que arrojaron el lamentable saldo de tres clásicos perdidos con Boca en sólo un puñado de días.
Pero en esta oportunidad, el rival de ocasión no tuvo jerarquía para poner en la balanza todo el peso de su juego. Porque el equipo de Edgardo Bauza borró a River en el primer tiempo. Le hizo un gol a los dos minutos, lo enloqueció �por momentos� con el toqueteo de primera y hasta le hizo perder a Astrada por doble amonestación.
Con este panorama, el equipo de Gallego se debatía entre las incongruencias de Ayala y Yepes para cerrarse en el fondo, la ineptitud de Coudet para agilizar el juego y la carencia del equipo para darle algo de fútbol a Cardetti. Sólo los chispazos de Saviola y Ortega ameritaban alguna dificultad para el fondo canalla. 
La figura de Costanzo fue tomando relevancia y sólo por sus intervenciones el equipo se fue a los vestuarios con la desventaja de sólo un gol. Y allí, en el descanso, Gallego movió algunas piezas que fortalecieron el andar del equipo y que después sirvieron para que el gol de Ortega signifique la igualdad definitiva.
En el movimiento de cartas, Gallego sacó a Coudet de cinco y lo puso al pibe Pereyra, e hizo ingresar a Alvarez para sumar algo de fluidez en la ofensiva. Pero con esto no frenó a Rosario Central, sólo logró contenerlo un poco más en los metros finales.
Los dirigidos por Bauza gestaron en los primeros veinte minutos del complemento al menos seis oportunidades de gol. Algunas de ellos quedaron en las manos de Costanzo, otras sufrieron la lentitud de Pizzi y otras la imperfección de todo Central para embocarle al arco. El equipo de Rosario perdonó, y fue ahí donde River advirtió que le llegó al turno de castigar a los locales. Claro que para eso fue imprescindible que River le tirara a Central toda su jerarquía dentro de la cancha.
El ataque se inició con cierto aire de intrascendencia, como todos durante toda la tarde, y terminó con Ortega disfrazado de fantasma mientras festejaba su gol con la camiseta sobre la cabeza. Empecinado en buscar siempre el gol de potrero (ése de apilar a medio equipo ante la vista de sus compañeros), el Burrito encontró el hueco y sacó un tiro que se desvió en un defensor y descolocó a Tombolini.
El trámite del juego no daba argumentos para un resultado justo, pero aquí el peso de la jerarquía fue determinante para entender cómo hizo River para salvar un punto en un partido que nunca lo imaginó con tantas adversidades.
La suerte de los rosarinos se desvaneció cuando salió Pizzi (por más que esté parado, el goleador es imprescindible para los pibes dentro del equipo) y Luciano De Bruno se hizo expulsar increíblemente. Y con eso a River le bastó para osar pensar que podía volverse con los tres puntos. Pero eso sí hubiese sido injusto. Finalmente, para Rosario Central fue unafrustración. En cambio para River el partido le dejó la efímera felicidad del punto salvado y la autocrítica abierta para que lo de ayer no se vuelva a repetir. Porque un equipo con pretensiones de campeón difícilmente se lo encuentre festejando igualdades.

Gallego lo vio positivo

Américo Gallego, el técnico de River, valorizó el punto rescatado por su equipo en Arroyito. �Es importante porque seguimos sumando. Especialmente en las condiciones en que lo logramos, con un hombre menos�, dijo el entrenador, mientras se retiraba de la cancha.
Gallego aceptó que Central fue muy superior durante la primera etapa, pero añadió que el empate le parecía �justo� por lo que su equipo había hecho en el segundo período. También lamentó la expulsión de Astrada: �Siempre trato de terminar con los once en la cancha�, señaló. El plantel de River se retiró raudamente del estadio sin que nadie formulara declaraciones: había apuro para cenar y tomar el avión que los llevaba anoche a Ecuador. 
En el vestuario local no había tanto conformismo. �Perdimos dos puntos, no ganamos uno�, sentenció en tono de lamento el entrenador de Central, Edgardo Bauza, respecto del empate. Según Bauza, su equipo no tuvo �la justeza necesaria para definir el partido�, al tiempo que elogió la actuación del juvenil arquero de River, Franco Costanzo, a quien elevó a la categoría de �figura de la cancha�.
�Para colmo, River empató en una jugada aislada y con colaboración de la fortuna. De alguna manera estoy conforme porque empatamos ante un rival de gran jerarquía�, se consoló. Bauza mantuvo algunos entredichos durante el partido con el árbitro Roberto Ruscio, insultado por las dos hinchadas. 
El zaguero Gabriel Loeschbor opinó: �Algunos fallos de Ruscio nos perjudicaron� y agregó �hicimos todo lo posible para ganar el partido, pero la mala suerte lo impidió�.
Según el veterano Pablo �Vitamina� Sánchez, �este resultado tiene sabor a derrota. Nos faltó el golpe de nocaut, una pena�. Su compañero Federico Arias sostuvo que Central �jugó un gran primer tiempo y parte del segundo, y demostró que está para pelear bien arriba. Lamentablemente nos faltó suerte, nada más�.


Lo dejo pasar

En el primer tiempo la supremacía de Central fue evidente. River careció de conductor y contó con algunas de sus individualidades muy por debajo de su nivel.

Costanzo debió ser la figura para evitar que el local ampliara su ventaja, mientras que el desconcierto de sus compañeros derivó en la expulsión de Leonardo Astrada.

Central se cansó de dilapidar posibilidades de gol y cuando River encontró algo de equilibrio con el ingreso de Pereyra al mediocampo, una guapeada de Ortega derivó en el empate del encuentro.

El equipo de Gallego se vio desbordado por momentos al sufrir un hombre de menos, pero supo aguantar y cuando estaban los dos con diez por expulsión de De Bruno hasta se animó a algo más. Pero no fue una tarde de inspiración. 

 

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