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MAS CERCA DEL GOBIERNO DE UNIDAD EN ISRAEL
¿Se equivocó la paloma?

 

En una dura sesión, el Partido Laborista resolvió unirse al gabinete del derechista Ariel Sharon. Shimon Peres sería canciller.

 

Un capítulo de la novela terminó. Terminó a los insultos, pero finalmente la más paloma de las palomas se quedará con el más halcón de los halcones. En una acalorada reunión de su comité central, con menos de la mitad de sus 1700 de sus miembros, el Partido Laborista israelí resolvió integrar el gabinete del premier electo Ariel Sharon en un gobierno de unidad nacional. La cifra no es nada despreciable: el laborismo se quedará con ocho ministerios. De todos ellos, se destaca Shimon Peres, ex premio Nobel de la Paz, calificado por el líder palestino Yasser Arafat como el único socio que le queda en Israel, que ocuparía nada menos que la cancillería en un gobierno liderado por el –en teoría– más duro de los duros respecto de los árabes. De esta manera, termina una larga saga de negociaciones en las cuales el laborismo y Sharon estuvieron regateándose ministerios, y en la que, sobre todo, corrió mucha sangre dentro del laborismo. El clima de la reunión fue muy elocuente en este punto.
El 67 por ciento de los relativamente pocos miembros presentes del comité central se inclinó por la opción Peres. El gran ausente fue el premier saliente Ehud Barak, que en el regateo se quedó sin el pan y sin la torta, pues lideró la campaña dentro del laborismo para integrar el gobierno de unidad nacional, se granjeó luego el desprecio de buena parte de los barones del partido y terminó renunciando a la campaña y a la política (aunque sólo hasta nuevo aviso, ya que éste es un anuncio que hizo varias veces y nunca cumplió).
La sesión fue maratónica. Hubo nueve oradores. El argumento de Peres fue simple: Sharon y su partido Likud, con un discurso en el que prevaleció la seguridad por sobre la paz, arrasó con más del 60 por ciento en los comicios del 6 de febrero, una paliza electoral nunca vista en Israel. “Ha llegado la hora de escuchar a la ciudadanía”, dijo Peres casi a los gritos, porque los abucheos comenzaban a sentirse. “De una vez por todas, escuchen al pueblo”, insistió enojado. “Se trata de una decisión por el bienestar de todo el país y en particular del Partido Laborista.”
El actual ministro de Justicia Yossi Beilin cargó a su turno las tintas contra Peres. “Sharon no te corteja por generosidad sino porque tú eres el único capaz de brindarle acceso a la comunidad internacional. Tú, premio Nobel de la Paz, ¿te vas a sentar en un gobierno con la ultraderecha de Avigdor Liberman y Rejavam Zeevi (dos conocidos ultraderechistas que integrarán el gabinete de Sharon)?, increpó Beilin a Peres. Detrás de Beilin se alineó el actual canciller, Shlomo Ben Ami. Luego, el actual ministro de la Presidencia, Haim Ramón, también fue abucheado y calificado de “traidor”, ya que, como uno de los negociadores con el Likud, podría haber favorecido su posición frente a la del propio Barak, que terminó sacrificado. Para disipar las dudas, Ramón apoyó la opción Peres pero se autoexcluyó de la lista de candidatos para los ministerios.
Las carteras laboristas serán las de Relaciones Exteriores, Defensa, Agricultura, Industria y Comercio, Transporte y Ciencia, más dos ministros sin cartera. En el toma y daca de las negociaciones con el Likud, los laboristas no lograron arrancarle a Sharon el Ministerio de Finanzas, clave porque regula el presupuesto de los demás. Los candidatos para ocupar el ministerio en el que quería perpetuarse Barak, el de Defensa, son tres, todos con pasado militar como el premier saliente: Efraim Sneh, Benjamin Ben Eliezar y Matán Vilnaí.
Mientras Sharon, aliviado, iniciaba las negociaciones con los partidos religiosos y nacionalistas, las palomas más jóvenes del laborismo se quedaron preguntando a la paloma más paloma por qué quiso ir con el halcón. Quizá la paloma se haya vuelto más halcón. O quizás el halcón sea más paloma de lo que parece. En todo caso, es el comienzo de otra historia.

 

 

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