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TELEVISION Y PODER EN EL PERU POSTMONTESINOS
Entre fujivisión y videocracia

La mayor bomba en la política peruana, después de los vladivideos con sobornos, fue la noticia de compra de la tevé.

Página/12
en Perú

Por Carlos Noriega
Desde Lima

Luego de cuatro meses de estar prófugo en Miami, el ex congresista Alberto Kouri, acusado de recibir un soborno de quince mil dólares de Vladimiro Montesinos, regresó al Perú en la madrugada de ayer. En el aeropuerto fue esperado por la policía, que lo llevó a declarar ante un juez, luego de lo cual quedó detenido. El video en el que el ex asesor de inteligencia Montesinos apareció sobornando a Kouri fue el primero en conocerse y desató la crisis que terminó con el gobierno de Fujimori. Los “vladivideos” que siguieron al de Kouri han puesto en evidencia los niveles de corrupción a los que descendió el Perú bajo el gobierno de Fujimori y paralizan a la clase política actual. Pero la compra de los empresarios de la prensa y la manipulación de los medios de comunicación ocupó también un lugar central en la trama montesinista puesta en escena en las escandalizadas pantallas del país.
El sometimiento de la televisión peruana al régimen dictatorial del ex presidente Alberto Fujimori ha sido revelado en todos sus escandalosos detalles no sólo por esos “vladivideos”, sino por los documentos que han salido a la luz en estos últimos días. No satisfecho con el abierto apoyo que los canales de televisión le daban al gobierno de Fujimori a cambio de la millonaria publicidad estatal y de un trato especial al momento de pagar impuestos, el ex jefe de facto de los servicios de inteligencia hizo que los propietarios de las televisoras se comprometieran por escrito, con firma y huella digital, a poner sus medios de comunicación al servicio del gobierno fujimorista.
Los hermanos Samuel y Mendel Winter, accionistas minoritarios de Frecuencia Latina, que tomaron el control de ese canal en 1997 luego de que el gobierno le quitó la nacionalidad peruana a su accionista mayoritario Baruch Ivcher, firmaron, en noviembre de 1999, un “contrato de locación de servicios” por el cual se sometían a lo que Montesinos les ordenara hacer y decir. Las cláusulas de ese “contrato” no dejan ninguna duda de cómo se manejó la televisión peruana durante el fujimorismo: “El contenido y titulares de los noticieros y programas periodísticos serán coordinados y aprobados por el contratante”, dice uno de los párrafos del documento firmado por los hermanos Winter. El “contratante” no es otro que Vladimiro Montesinos. “El contratante podrá ejercer el derecho de veto sobre la participación de cualquier comentarista o periodista del canal”, impone otra de las humillantes cláusulas. Por firmar ese “contrato” Montesinos les pagó medio millón de dólares mensuales a los hermanos Winter. Pero ese no fue el único trato económico que hicieron con Montesinos. Un mes después de firmar este contrato de sujeción, los hermanos Winter hicieron una ampliación de capital, y así pasaron de tener el 46 por ciento a poseer el 60 por ciento de acciones. Documentos encontrados en los últimos días han revelado que el dinero para esa ampliación de capital –tres millones de dólares– fue puesto por Montesinos, quien de esa manera pasó a ser el propietario encubierto del 27 por ciento de las acciones de ese canal de televisión. A raíz de estas revelaciones, los hermanos Winter fueron detenidos en la madrugada del último viernes.
Pero ellos no son los únicos empresarios de televisión que han sido arrastrados por el desmoronamiento del fujimorismo. José Francisco Crousillat, propietario de América Televisión, firmó un contrato de sujeción idéntico al que suscribieron los Winter. La única diferencia fue que Crousillat, ahora en el extranjero, se vendió a un precio más alto quelos hermanos Winter. A él Montesinos le pagó un millón y medio de dólares mensuales. Ayer un juez dictó orden de captura contra él y contra su padre, José Enrique Crousillat, principal accionista de América.
Otro empresario en problemas es Genaro Delgado Parker, propietario de Red Global Televisión. En su caso, el asunto ha sido más sorprendente que en los otros, ya que hasta hace una semana Delgado pasaba como un defensor de la libertad de prensa frente a la maquinaria fujimorista y hasta había recibido el apoyo de organismos internacionales. Pero la transmisión de un video en el que se reúne con Montesinos lo ha desenmascarado. En ese diálogo, realizado en abril de 1999, Delgado le ofrece a Montesinos “poner mi canal a disposición del gobierno” y pone en la mesa de negociación la cabeza del periodista César Hildebrandt a cambio de que el ex asesor lo haga ganar un millonario juicio en una disputa empresarial. Hildebrandt tenía en ese entonces el único programa periodístico independiente en la televisión peruana y era un crítico del corrupto gobierno de Fujimori. El programa de Hildebrandt fue levantado del aire.
En las pasadas elecciones todos los canales de televisión se negaron a transmitir propaganda política de los candidatos opositores al ex presidente peruano. Ahora se sabe la razón de esa decisión: una de las exigencias de Montesinos a los canales, puesta en esos contratos de sujeción, era “no pasar avisos políticos de los candidatos en las elecciones del 2000 a menos que el contratante (léase Montesinos) lo solicite”. Todos cumplieron.

 

 

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