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SE DEFINIO EL EQUIPO ECONOMICO. FIEL DESEMBARCO EN EL GOBIERNO
Banda de economistas platenses

Ricardo López Murphy se rodeó de su gente de confianza, la mayoría de FIEL y graduados en la Universidad de La Plata. Daniel Artana y Manuel Solanet serán sus más estrechos colaboradores. Liberales y con anteriores pasos por la función pública durante la última dictadura militar.

Parado: Pese a los sucesivos cambios de go-biernos y equipos econó-micos desde el comienzo de la democracia, en 1983, Daniel Marx siempre cae parado.

Daniel Artana, nuevo secretario de Hacienda y vice de Economía.

Por Claudio Scaletta

Tras una jornada plagada de rumores y presiones que se hicieron sentir desde los tableros de las cotizaciones, Ricardo López Murphy dio a conocer su gabinete. Estará acompañado por el ala más liberal del liberalismo local. No faltarán incluso los personajes que no aparecían por Economía desde la última dictadura militar. Con Daniel Artana, desde la estratégica Secretaría de Hacienda, y Manuel Solanet, desde la nueva Secretaría de Reforma Administrativa, la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) completa su llegada al gobierno. A diferencia de otros ocupantes del Palacio de Hacienda, el nuevo ministro contará con un equipo homogéneo, formado y fogueado durante años en la defensa de un mismo objetivo.
El resultado es que los supervivientes de antiguas alianzas políticas serán pocos. Quizá el único discordante sea el frepasista Enrique Martínez en la relegada Secretaría para las Pymes. Otros supérstites como el secretario de Transporte, Jorge Kogan, con fluidos contactos con las privatizadas, o Carlos Winograd, en Defensa de la Competencia, no pueden considerarse lejanos al liberalismo cerril de los hombres de FIEL. Aunque Winograd finalmente no fue reemplazado deberá compartir espacio con Santiago Urbiztondo, quien ocupará la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. La permanencia del último heredado de Machinea, Daniel Marx, al frente de la Secretaría de Finanzas, resultó más previsible. Fue el principal gestor del blindaje financiero luego de provocarlo con su errática estrategia financiera. Fue retenido por sus valorables contactos con inversores estadounidense y organismos multilaterales de crédito. Pese a los sucesivos cambios de gobiernos y equipos económicos desde el comienzo de la democracia, en 1983, Marx siempre cae parado. En este contexto, Henoch Aguiar al frente de la Secretaría de Comunicaciones parece funcionar como un líbero con muy buenas relaciones con las principales firmas del sector y especialmente con potenciales inversores.
Daniel Artana será la mano derecha de López Murphy, mientras que Solanet será la otra mano derecha del ministro. Este último tendrá la tarea de la reestructuración del Estado, trabajo que lo conoce bien porque participó en el equipo que acompañó durante cinco años la gestión de Alfredo Martínez de Hoz.
Pero el cambio más rutilante fue la subsunción de las carteras de Agricultura y de Industria en la nueva Secretaría de la Producción que conducirá el también integrante del staff del directorio de FIEL y ex de Loma Negra e IBM, Víctor Savanti. Aunque se podría concluir livianamente que la degradación de Industria y Agricultura significa una simple reestructuración administrativa, en realidad representa, el fin de una alianza y hasta de una época. La salida de Javier Tizado de Industria, la cara más visible del Grupo Techint en el Gobierno, a la que seguramente seguirá la de Nicolás Casullo de la AFIP, fue el último paso de la ruptura de la frágil alianza que unió a la multinacional ítalo-argentina con la administración de De la Rúa. Es además el apartamiento del sector del establishment vinculado a las exportaciones productivas y más preocupado por la rigidez del tipo de cambio, a favor de los bancos y privatizadas que, en tanto generadoras de bienes no transables, están más comprometidas con la convertibilidad o, en su defecto, con la lisa y llana dolarización. La degradación de Industria representa también un sinceramiento del profundo proceso de desindustrialización que vivió la Argentina desde mediados de la década del 70. Por el lado de Agricultura, el reemplazo de Antonio Berhongaray, a pesar de sus frustrados intentos de pegarse a la figura presidencial, era esperado luego de fracasada su estrategia de relativización del rebrote de fiebre aftosa.
El gabinete se completará con Federico Sturzenegger en la Secretaría de Política Económica, a quien además del apellido lo acompaña un doctorado en el MIT. Emilio Apud, también de FIEL, será el reemplazante de DéboraGiorgi en Energía y Minería y Aníbal Rothamel ocupará Obras Públicas. El secretario de Coordinación será Jorge Sereno y el jefe de Gabinete, Fernando Navajas.
Los integrantes de FIEL durante años bregaron por el ajuste más ortodoxo y una reforma del Estado sin concesiones. Finalmente tendrán la oportunidad de aplicar en la práctica sus recetas. Lo curioso es que no llegaron de la mano de una alianza entre la derecha de los partidos tradicionales y el conservadurismo de siempre, sino de otra en apariencia muy distinta. Debieron pasar muchos meses hasta que los cables de las agencias internacionales, acostumbradas a definiciones ideológicas partidarias menos laxas, dejaran de utilizar el calificativo “centroizquierdista” para referirse al gobierno de Fernando de la Rúa.

 

Savanti, el de Loma Negra

Es el único empresario del equipo, tan liberal como sus compañeros y tan alejado de las ideas de política activa de sus colegas industriales. Víctor Savanti encabezará la flamante Secretaría de Producción, que reúne a Industria y Agricultura, convirtiéndose junto a Daniel Artana y Manuel Solante en los tres hombres claves del team de los Murphy boys. Savanti viene del mundo empresario, ocupando en el último año la vicepresidencia del Consejo Directivo de FIEL. Tras haberse recibido de ingeniero civil en la Universidad de Buenos Aires, en 1959, cuenta con una dilatada actividad en el sector privado. El empresario cursó estudios de especialización en la Universidad californiana de Berkeley a principios de la década de los 70 e inició su carrera en IBM Argentina, en 1960, donde ocupó entre 1980 y 1993 el cargo de presidente de la filial local. Luego pasó a ocupar la vicepresidencia del grupo Fortabat y el cargo de director de Garovaglio y Zorraquín. También fue presidente de la Cámara Argentina de Comercio. No deja de llamar la atención que la secretaría que manejará también incluya Agricultura, ya que no se conoce antecedentes de Savanti en el tema. Puede ser que, precisamente, por ese motivo lo primero que hizo ayer fue reunirse con el renunciante titular de Agricultura, Antonio Berhongaray.

 

Daniel Artana, de la teoría a la práctica

Fue el candidato a la AFIP en algún momento de la gestión de José Luis Machinea, cuando el ex ministro buscaba una figura que reemplazara al cuestionado Carlos Silvani. Pero Daniel Artana, si bien lo tentaba el cargo, prefirió esperar. En los últimos quince meses, sabiendo íntimamente que tarde o temprano su destino sería un despacho principal del Palacio de Hacienda, alternó críticas y apoyos a Machinea. Censuró el aumento de impuestos; aplaudió la baja salarial; acompañó las negociaciones con las privatizadas que implicaban inversiones a cambio de aumento de tarifas; y se opuso al Plan de Infraestructura. Desde su puesto de economista jefe de la liberal Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) actuó de vocero de un sector que le reclamaba a Fernando de la Rúa liderazgo política para encarar el ajuste. Ahora le tocó el turno de ser protagonista.
Artana ocupará la estratégica Secretaría de Hacienda, actuando en la práctica como viceministro, mano derecha de Ricardo López Murphy y como el Señor No ante los reclamos de fondos de las reparticiones públicas. Realizó toda su carrera de Economía en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Con 42 años, casado y tres hijos, Artana obtuvo la licenciatura en Economía en 1980 y el master de la especialidad cuatro años después. En febrero de 1988, recibió el título de Doctor en Economía, otorgado también por la alta casa de estudios platense, la misma en la que estudió su jefe.
Federalismo fiscal, reducción del gasto en las provincias y que el mejor mecanismo para redistribuir ingresos es el mercado son sus ideas rectoras.
Entre sus escritos figuran publicaciones sobre desregulación dentro del sector petrolero, política fiscal, incentivos a la inversión, promoción a las exportaciones, reconversión industrial y reestructuración del sector público. Sobre sus intenciones y sobre lo que se puede esperar, vale un botón: en uno de sus últimos trabajos postula una reforma administrativa profunda en los tres niveles de gobierno, con racionalización de personal, modificación de los estatutos de los empleados públicos, con jornadas laborales de 40 horas por semana en lugar de las 30 a 35 actuales y vacaciones y licencias menos generosas.

 

Solanet, el hombre de la dictadura

Al igual que otros economistas célebres de la historia argentina, Manuel Solanet, porteño y de 60 años de edad, es ingeniero. Los estudios de economía vinieron después, bajo la forma de un corto postgrado en Santiago de Chile durante 1964, detalle éste que lo diferencia de otros integrantes de la Fundación de Investigaciones Latinoamericanas (FIEL), que suelen preferir Estados Unidos para este trámite. La segunda diferencia importante con sus colegas de la Fundación, donde se desempeña como miembro de su Consejo Académico, es que posee experiencia en la función pública. Su currículum incluye colaboraciones con las gestiones de Adalbert Krieger Vasena, de quien fue asesor antes de desempeñarse en el Consejo Nacional de Desarrollo, de José Alfredo Martínez de Hoz hasta 1981, y de Roberto Alemann en 1982, cuando se desempeñó como secretario de Hacienda.
Con el advenimiento de la democracia el ingeniero Solanet se llamó a cuarteles de invierno. Fue el tiempo de capitalizar la experiencia acumulada en el Estado y, como todo economista retirado provisoriamente del ámbito público, decidió fundar, en 1984, su consultora de Inversiones, Fusiones y Participaciones (INFUPA) desde donde hasta hace unos pocos días continuaba atendiendo el teléfono. Estas actividades no le restaron tiempo para ocupar también un lugar en el consejo directivo de la conservadora Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE) y de la Comisión de Economía de la Bolsa de Comercio.
Ahora podrá dejar de lado la nostalgia y ocupar nuevamente un despacho en Hipólito Yrigoyen 250. Y además, desde la nueva Secretaría de Reforma Administrativa podrá dedicarse a la que fue una de sus prédicas predilectas, los recortes en el sector público con especial hincapié en los estados provinciales. La opinión de Solanet sobre este punto no deja dudas: “Hay que revisar el Compromiso Fiscal Federal para reducir las erogaciones primarias. No alcanza con mantenerlas, como se acordó en noviembre. Por lo menos eso es lo que debería hacerse con las 13 provincias a las que la Nación está asistiendo”, sintetizó.

 

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