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�No podemos concentrarnos sólo en el manejo de las cuentas�

Participa en la reunión de la Comisión Trilateral en Londres. Mantiene un silencio de caballeros sobre el nuevo equipo económico, no quiere hablar de medidas concretas pero sí de los rumbos a tomar. Insiste en que nadie le ofreció �formalmente� el Banco Central.

Página/12
en Gran Bretaña

Por Marcelo Justo
Desde Londres

En la progresiva derechización de la Alianza, Domingo Cavallo aparece sorpresivamente como la opción heterodoxa, preocupado como siempre por los temas fiscales pero también por la necesidad urgente de reactivar la economía. De eso piensa que no necesita hablar: le basta con lo que dice su buena relación con el frepasista Carlos “Chacho” Alvarez. El ex superministro de Carlos Menem dialogó con Página/12 en Londres, donde participa de las deliberaciones de la Comisión Trilateral, nada menos. Entre reuniones con importantes personalidades de Estados Unidos, Europa y Japón, no rompió con la regla de respetuoso silencio que se impuso hacia la nueva dirección económica del Gobierno, pero deslizó que no es suficiente preocuparse con el tema fiscal y que es importante un gobierno de unidad de todo el espectro político. Conceptos que no parecen prioridades del actual ministro de economía, Ricardo López Murphy, aunque destacó una preocupación que sí comparten: aumentar la desregulación como condición para atraer inversiones.
–¿Qué medidas debería tomar el Gobierno para reactivar la economía?
–No estoy dando opiniones sobre las medidas que deber adoptar el Gobierno, salvo las que ya he mencionado, es decir que se implemente bien el pacto federal fiscal y se abran el mayor número posible de oportunidades de inversión. Pero la responsabilidad de definir medidas concretas es del Gobierno y yo prefiero no dar opiniones y mucho menos por anticipado. En todo caso los que siguen la política económica en mi partido, darán su opinión una vez que se hagan los anuncios.
–¿A qué se refiere exactamente cuando dice abrir oportunidades de inversión?
–A remover los obstáculos impositivos y regulatorios que durante los últimos cuatro años han ido cerrando posibilidades de inversión. El mayor problema de la Argentina desde el punto de vista económico es que ha caído la tasa de inversión y al caer la tasa de inversión ha caído también la tasa de incremento de la productividad y esto ha significado una disminución de los niveles de empleo y una mayor incertidumbre sobre el ingreso futuro de los trabajadores. Eso ha deprimido el consumo, por lo que nos hallamos en recesión económica. Hay que revertir este clima. Para hacerlo, la clave está en conseguir que aumente la tasa de inversión en la economía.
–Usted dice que hay trabas burocráticas creadas en los últimos cuatro años, que antes no existían. ¿Cuáles son estas trabas?
–Impuestos y regulaciones. Estoy escribiendo un libro que pronto va a salir y que es un poco más explícito sobre todo esto. En este momento no voy a dar un recetario de medidas económicas.
–Sin embargo la impresión es que la única apuesta que se hace para reactivar la economía es seducir a los mercados para que disminuya el riesgo país.
–Bueno, vamos a ver las medidas que se anuncien. Ahora se está reorganizando el Gobierno y no sólo está López Murphy trabajando en los temas fiscales y de reforma del Estado. También el Gobierno ha designado a Marcos Makón en la parte de desarrollo social, con miras a implementar esa idea que había lanzado Chacho Alvarez de la agencia social y en la que también venía trabajando Graciela Fernández Meijide. Creo que a Marcos Makón se le va a hacer más fácil que a Graciela coordinar con las provincias para hacer un manejo bien direccionado de los fondos sociales, lograr mayor transparencia y erradicar los vicios del clientelismo político, para que esos fondos lleguen a los que realmente los necesitan. Así que este es otro aspecto en el que el Gobierno está profundizando sus políticas. Habrá que ver si eso produce o no resultados complementarios a la política económica.
–Es decir que deberíamos entrar en una etapa más social.
–Yo creo que es necesario encarar simultáneamente los problemas económicos, sociales, de la salud, de la seguridad, de la justicia. El gobierno es siempre integral. No podemos concentrarnos exclusivamente en el manejo de las cuentas públicas, a pesar de lo importante que es el manejo presupuestario.
–¿Usted ve su incorporación al Gobierno?
–Yo no tomo decisiones sobre hipótesis. Siempre decido en el momento apropiado y con toda la información. No he recibido ninguna oferta para incorporarme al Gobierno. Hubo sí una conversación sobre el Banco Central que quedó totalmente postergada para cuando exista una vacante, si es que llega a existir una. En ese caso hablaremos sobre esa posibilidad. Pero yo no he contestado ni sí ni no y además no ha habido ningún ofrecimiento formal sobre ese tema. Mi actitud es la de apoyar como dirigente político la formación de un gobierno que sea eficaz, un poco al estilo del gobierno italiano de Dini en los 90, que fue un gobierno técnico que concitó el apoyo de todo el espectro político y que permitió formar un gobierno que duró varios años y que permitió la entrada de Italia al euro.
–¿Cree que es posible lograr una unidad política entre la Alianza, la oposición justicialista y su partido?
–El no es siempre lograble. El asunto es lograr el sí de los distintos partidos políticos. Yo creo que los gobernadores justicialistas, lo mismo que De la Rúa y los principales dirigentes de la Alianza, todos necesitan poder gobernar y gobernar bien. En ese sentido hay intereses comunes para formar un gobierno eficaz.
–Sin embargo, el diálogo es más fluido entre algunos dirigentes que entre otros. En su caso, el diálogo parece mucho más fluido con Chacho Alvarez que con Alfonsín. Es en base a la fluidez de su diálogo con Chacho Alvarez que se habló de su posible incorporación al Gobierno.
–Yo tengo un buen diálogo con Chacho Alvarez, con De la Rúa y también con Alfonsín. No he dialogado tan frecuentemente con Alfonsín pero las veces que he querido hablar con él me he sentido escuchado. Así que en términos de posibilidades de diálogo, lo tengo con ellos, al igual que con los gobernadores justicialistas. Yo creo que existe la capacidad para dialogar entre los dirigentes de la Argentina, de modo que creo que es posible formar un gobierno eficaz.
–En algún momento usted dijo que Argentina tendría que encaminarse hacia una canasta de monedas. ¿Usted cree que estamos más cerca de ese momento?
–No. El momento apropiado fue el primero de enero de 1999, ahí deberíamos haber pasado a una canasta. En ese momento el euro estaba a 1,17 respecto al dólar. Ahora no conviene. Es necesario que el euro sea mucho más fuerte de lo que es. Si pasamos a una canasta en este momento, corremos el riesgo de que se vuelva a apreciar exageradamente el peso, por influencia de la futura apreciación del euro. Así que el tema de la canasta hay que pensarlo, pero para el futuro, cuando el euro sea una moneda más fuerte de lo que es hoy.

 

 

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