“Propongo entonces, compañeros, que tomemos la facultad”, dijo el pibe de barba que hablaba por el altavoz. Hubo aplausos de los 300 o 400 estudiantes de Derecho que cortaban la avenida Figueroa Alcorta ayer a las 18. “Pero además digo que tenemos que prepararnos para enfrentarnos con la represión, con la policía”, y los aplausos se transformaron en un generalizado “¡Uuuuuh!”. “Se pasó de mambo”, comentó una estudiante con su mochila a cuestas. El mismo ¡Uuuuh! con algunos chiflidos se repitió cuando otro pibe pidió que la asamblea desalojara la calle y continuara en la vereda “por respeto a la gente que vuelve a su casa después de trabajar”. Enojado por el abucheo, el orador gritó: “¡Viva López Murphy!”.
Para ese entonces, el descalabro en el tráfico ya era monumental. En la zona de Económicas pasaba algo similar. Había clases públicas de esa Facultad cortando la avenida Córdoba; de Medicina cortando Paraguay, y de Ciencias Sociales sobre Marcelo T. de Alvear. También estaban tomados con clases públicas en las calles el Nacional Buenos Aires y el Carlos Pellegrini, los dos colegios secundarios dependientes de la UBA, y los estudiantes de Ingeniería recibían clases sobre Paseo Colón. En total, ayer se produjeron ocho cortes de calles en distintas zonas de la ciudad. El repudio generalizado al recorte de 360 millones al presupuesto universitario tuvo ayer su primera expresión en las calles de la ciudad.
“Estamos armando este pequeño quilombito –justificó otro de los oradores de la asamblea callejera de Derecho– porque es la única posibilidad que tenemos de hacer conocer a la sociedad que estamos en contra de las medidas de López Murphy.” Otro orador propuso que el corte de la avenida fuera permanente y motivó expresiones de desaprobación. Había estudiantes sobre el puente que cruza la avenida que intervenían para expresar su enojo con el ministro de Economía y también había corrillos con un paseador de perros y corredores en jogging, más algunas ancianas que venían de tomar el té en Bellas Artes que escuchaban atentamente lo que se decía. Finalmente, una chica que dijo que no pertenecía a ningún partido político pidió que se acabara la competencia entre las agrupaciones y que se votaran las propuestas. “Tomemos la facultad de una vez”, planteó entre los aplausos de sus compañeros.
El clima de esta asamblea era el que se vivía en general en las demás facultades de la UBA, aunque en las clases públicas los temas que se trataban eran distintos. “¿A qué hueso pertenece la espina dorsal?”, preguntaba un señor de guardapolvo en la calle Paraguay, como si se hubiera atragantado comiendo pescado. “A ver: ¿la filosofía es o no es una ciencia?”, preguntaba a los gritos otro señor de traje azul en el medio de la calle Uriburu.
Si bien el centro de las protestas se verificó en la Capital Federal, también se efectuaron clases públicas, tomas de facultades y actos en La Plata, La Matanza, Córdoba, Chubut y Tucumán. En La Plata fueron tomadas las facultades de Humanidades, Ciencias Económicas y Ciencias Exactas, además de la Escuela Superior de Trabajo Social.
En La Matanza, estudiantes, profesores y no docentes de la Universidad se unieron para protestar contra las medidas de López Murphy y tomaron la sede de Florencio Varela y Presidente Perón de esa localidad.
En general, en todas las asambleas que se realizaron fue aprobada la propuesta de paro activo lanzada por la Federación Universitaria Argentina (FUA) y la Federación de Docentes Universitarios. Con esta decisión, las facultades serán tomadas por los estudiantes y seguirán las clases públicas con sus consiguientes cortes de calles por tiempo indefinido. Hoy a las 10 la comunidad universitaria marchará al Congreso para exigir la anulación del decreto que recorta 360 millones, mañana se sumará al paro nacional y el 28 habrá una marcha nacional educativa convocada por Conadu, FUA y Ctera.
En la Plaza Houssay han surgido decenas de carpitas y los estudiantes toman mate entre ellas. Están decididos a acampar allí hasta que se dé marcha atrás con las medidas de López Murphy. “Nos quedamos a dormir acá hasta que den marcha atrás”, explicó uno de los carperos. En la clase pública de Historia Social Latinoamericana que presentó el decano de Ciencias Sociales, la profesora Dora Barrancos explicó que “el liberalismo está presente desde la fundación de los Estados nacionales en América latina –explicó a sus alumnos–, pero siempre tuvo a la educación como un pilar; sería bueno, por lo menos, que el liberalismo recordara sus viejos tiempos”.
En Ciencias Económicas había un gran cartel de Franja Morada que daba una idea de la encrucijada que atraviesa la tradicional agrupación estudiantil del radicalismo: “Preferimos dejar de creer en un Gobierno que en nuestras ideas y principios”.

PRINCIPAL