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Inician en Alemania una causa
por el genocidio en la Argentina

Es la segunda de esa naturaleza en el mundo; la otra es la de Garzón. La querella se presenta hoy. Hay acusaciones contra unos 50 represores incluidos todos los integrantes de las juntas.

Idalina Tatter y Betina Erenhaus,
dos de las víctimas que iniciaron denuncias penales en Alemania.

La Justicia alemana investigaba hasta ahora doce casos de desapariciones de ciudadanos de ese país durante la última dictadura argentina. Pero la Coalición contra la Impunidad espera que todos las víctimas reciban justicia y que todos los culpables sean condenados. Por eso presentará hoy una querella por “genocidio y crímenes contra la humanidad”. Esta es la segunda denuncia de ese tipo: la primera es la que lleva adelante el juez Baltasar Garzón en España. Ayer, el presidente alemán, Johannes Rau, recibió en Berlín a una delegación de familiares de desaparecidos.
En el escrito, la Coalición –organismo alemán formado para impulsar estos juicios– puntualiza acusaciones contra unas 50 personas, entre las que figuran todos los miembros de las cuatro juntas militares argentinas, los comandantes de las zonas y subzonas militares de la época y algunos oficiales que trabajaron en el centro de detención clandestino de la Escuela de Mecánica de la Armada. Entre ellos figura Ricardo Cavallo, que está preso en México a pedido de la Justicia española.
“Mi experiencia personal me llevó a un límite máximo que un ser humano puede resistir. Porque este vacío, la ausencia total, esa “nada” absoluta, irreversible, es exactamente como si la sangre dejara de pronto de circular por las venas. Sigo viviendo, pero no encuentro respuestas a mis interrogantes, el sufrimiento es permanente y se hace parte de uno mismo. Es lo más que puedo decir sobre lo que sentí hasta hoy”, relatará ante el Reichstag (Parlamento) de Berlín, Elsa Oesterheld, esposa del autor de El Eternauta, Héctor Oesterheld.
Elsa viajó junto con otros familiares de víctimas de los militares argentinos y el abogado Rodolfo Yanzón para presentar la denuncia y hacer su exposición en el simposio sobre los crímenes de la dictadura que se celebra en el Parlamento con motivo del vigésimo quinto aniversario del golpe de Estado en Argentina. Si bien la querella es de carácter general, en ella se ejemplifica lo ocurrido durante la dictadura con veinte casos, los doce que ya está investigando la fiscalía de Nuremberg, y ocho nuevos, entre ellos el de la familia Oesterheld –en la que hay nueve desaparecidos– y los Von Schmeling. Ayer, el presidente alemán se comprometió ante la delegación argentina a brindar su apoyo “con los medios que puedan estar a su alcance”.
Wolfgang Kaleck, uno de los abogados de la Coalición, explicó en Berlín que los familiares de ciudadanos alemanes desaparecidos en Argentina no quisieron utilizar su pasaporte para encontrar “satisfacción en un caso ideal sino que desean poner de relieve políticamente la dimensión de los crímenes cometidos por un Estado terrorista”.
“Siempre esperamos que el fallo del juez (Gabriel) Cavallo se convierta en realidad y podamos juzgar a esos asesinos en tribunales argentinos”, expresó el periodista y escritor Osvaldo Bayer en la conferencia de prensa que brindó ayer la Comisión de Familiares de Desaparecidos alemanes y de origen alemán, junto con organismos de derechos humanos y la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Ellen Marx, una madre alemana que ya hizo su denuncia en la fiscalía de Nuremberg, recordó que el camino recorrido en estos 25 años “que a algunos les parecerá mucho, un tercio de nuestra vida” sirvió para que “las generaciones que viene detrás recojan las banderas de la verdad y la justicia”. Los familiares recordaron que el gobierno argentino tiene en su poder, desde hace más de un año, un pedido de cooperación jurídica de Alemania sin contestar.

 


 

SERVINI DE CUBRIA ORDENO DETENER A UNA APROPIADORA
Cuando la ocultación no alcanza

Teodora Jofré, apropiadora del hijo de los desaparecidos Patricia Roisinblit y José Manuel Pérez Rojo, fue detenida ayer por orden de la jueza María Servini de Cubría. Su esposo, Francisco Gómez, quien durante la dictadura se desempeñaba como agente civil de la Fuerza Aérea, está en prisión desde principios de febrero.
Patricia y José Manuel fueron secuestrados el 6 de octubre de 1978 por la Fuerza Aérea y estuvieron detenidos en una casa situada en la zona oeste del Gran Buenos Aires. Patricia fue llevada a la Escuela de Mecánica de la Armada exclusivamente para dar a luz. Tuvo un niño al que le puso Rodolfo. Las abuelas Rosa Roisinblit –vicepresidenta de la asociación de Abuelas de Plaza de Mayo– y Argentina Pérez buscaron a su nieto durante años. El año pasado la hermana de Rodolfo, Mariana, recibió una denuncia anónima y contactó a su hermano, que se realizó los análisis genéticos en el banco de Abuelas en Estados Unidos. Los estudios comprobaron que el joven apropiado por Gómez y Jofré era Rodolfo Pérez Roisinblit, que hoy vive con otro nombre.
Jofré fue llevada ayer a los tribunales federales del barrio porteño de Retiro, para ser indagada por la juez federal María Servini de Cubría y luego quedó detenida. En su declaración indagatoria, Gómez había admitido que recibió al menor de manos del comodoro Roberto Sende, ya fallecido. Y admitió haberlo inscripto como hijo propio.
El capitán de aeronáutica Pedro Alejandro Canela firmó la falsa acta de nacimiento y el capitán Carlos Leónidas Solís certificó su firma. Ambos miembros de la Fuerza Aérea ya declararon ante la Justicia y por sus contradicciones fueron careados.
La estrategia defensiva del apropiador fue asegurar que era un simple albañil y jardinero y no un agente de inteligencia. Pero en el legajo personal de Gómez, que está incorporado a la causa, el acusado fue descripto por sus superiores –para el período entre el 16 de octubre de 1978 y el octubre de 1979– como “un agente callado, respetuoso y disciplinado. Se destaca por su excepcional voluntad de trabajo y la leal y amplia colaboración que presta más allá de sus funciones específicas. Colabora, sin descuidar su función específica, en otras tareas del quehacer interno de la Regional”.

 

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